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Mitsubishi detiene la producción en su planta rusa que dirige junto a Stellantis
El fabricante de automóviles japonés Mitsubishi Motors dijo este viernes que detuvo la producción en una planta rusa de furgonetas en Kaluga que posee con Stellantis hasta nuevo aviso, uniéndose a otros grandes fabricantes de automóviles que han detenido las operaciones en Rusia.
El fabricante de automóviles japonés Mitsubishi Motors dijo este viernes que detuvo la producción en una planta rusa de furgonetas en Kaluga que posee con Stellantis hasta nuevo aviso, uniéndose a otros grandes fabricantes de automóviles que han detenido las operaciones en Rusia.
Debido a las dificultades logísticas, las exportaciones de vehículos y el suministro de piezas a Rusia se han suspendido desde marzo", dijo Mitsubishi en un comunicado.
Japón se ha unido a Estados Unidos y otros aliados en la imposición de sanciones adicionales a Rusia, incluida la congelación de los activos de los líderes del país y de tres instituciones financieras, para castigar a Rusia por lo que Moscú llama "una operación militar especial" en Ucrania que comenzó el 24 de febrero.
Stellantis, el cuarto mayor fabricante de autos del mundo -Peugeot, Citroën, DS, Opel, Fiat Chrysler Automobiles, Alfa Romeo, Dodge, Jeep, Lancia, Maserati y RAM-, dijo a fines de marzo que tendría que cerrar la planta de Kaluga en breve, ya que se estaba quedando sin piezas.
No estaba claro si Stellantis había detenido también sus operaciones en Kaluga.
La empresa, que ya había suspendido todas las exportaciones de autos a Rusia, así como todas las importaciones procedentes de este país, no estuvo disponible de inmediato para comentar el anuncio el viernes.
Stellantis también ha dicho que está trasladando su producción actual a Europa occidental y congelando los planes de más inversiones en Rusia, mientras mantiene la producción de furgonetas en Kaluga sólo para el mercado local.
Las ventas de autos nuevos en Rusia cayeron un 62,9% interanual en marzo, contrayéndose por noveno mes consecutivo, ya que el sector se enfrenta a una aguda escasez y a la subida de los precios provocada por la fuerte caída del rublo y las disrupciones logísticas.