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Pemex minimiza fuga de crudo; ambientalistas insisten en gravedad

La empresa afirma que se afectó una superficie de 0.06 km2 y no los 400 km2 que reportaron organizaciones ambientalistas, quienes señalan que la mancha de crudo es visible vía satélite y sigue alimentándose, de hecho.

Petróleos Mexicanos (Pemex) admitió este martes que derramó petróleo crudo en aguas del Golfo de México, pero refirió que se trató de un volumen menor y acusó “mala fe” de las organizaciones que el día previo denunciaron un derrame mayor que produjo una mancha superior a los 400 kilómetros cuadrados.

La estatal petrolera aseguró en un comunicado que la cantidad de aceite fugada desde una fisura de una de sus tuberías fue de 365 barriles y que la mayor parte del hidrocarburo fue recuperado.

La filtración se presentó en la red de ductos de los campos Ek Balam —ubicados a unos 95 kilómetros al Noroeste de Ciudad del Carmen, Campeche—, la cual, explicó Pemex, ha concluido ya su vida útil, pero se encuentra en proceso de remplazo.

La petrolera afirmó que notificó el incidente el pasado 6 julio a la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), pero no fue hasta 12 días después, cuando una veintena de organizaciones ambientalistas no gubernamentales denunció la existencia de una mancha de petróleo de 400 kilómetros cuadrados, cuando la petrolera informó a la sociedad su versión del hecho.

El martes, Pemex reportó que, de acuerdo con sus especialistas, el volumen de petróleo fugado fue de 365 barriles de aceite, los cuales afectaron un área de únicamente 0.06 kilómetros cuadrados. Además, dijo que la fuga se había controlado.

“El área de la mancha de aceite de 400 km cuadrados publicada en algunos medios de comunicación, es una estimación de mala fe, que para que fuese cierto, tendrían que haberse derramado más de millón y medio de barriles de petróleo”, dijo en un comunicado.

Explicó que existieron dos puntos de fuga en el ducto, los cuales fueron “pequeñas fisuras de 7 cm de longitud por 1 mm de ancho y un poro de 1.2 cm de diámetro. Dado lo reducido de las grietas, el volumen de hidrocarburos que se fugó fue mínimo”.

La mancha sigue: ONG

En contrapunto, la agrupación Conexiones Climáticas, uno de los organismos firmantes de la denuncia realizada un día antes, aseveró a El Economista que en las observaciones satelitales a las que tienen acceso periódicamente, se ve que la mancha sigue alimentándose, es decir, que no se ha detenido el derrame, que viene del mismo punto de fuga.

“Doce días después de que no informaron a la población, seguimos viendo petróleo en el mar. Es una mancha de 400 kilómetros cuadrados aproximadamente. Vemos que es crudo, es todo lo que sabemos. ¿Qué habría pasado si no notamos e informamos sobre esto? ¿Habría pasado desapercibido para la población, para el mundo, se lo habría reservado Pemex?”, cuestionó Pablo Montaño, representante de Conexiones Climáticas.

La petrolera del Estado puede guardarse información derivado del diseño para reporte de estos incidentes en la regulación mexicana. El Plan Nacional de Contingencia para derrames de hidrocarburos y sustancias nocivas potencialmente peligrosas en las zonas marinas mexicanas establece que cualquier responsable del derrame debe notificar de manera expedita a la ASEA y a la Secretaría de Marina.

Sin embargo, para las notificaciones a la población en general, cada centro de trabajo responsable del derrame tomará la decisión de informar a los medios de comunicación que considere, en el tiempo en que así lo determine su comité técnico.

Las organizaciones no gubernamentales denunciantes como Iniciativa Climática de México, Alianza Mexicana contra el Fracking, CartoCrítica, Centro de Derechos Humanos de los pueblos del Sur de Veracruz “Bety Cariño", Centro de Investigación y Capacitación Rural y Centro Mexicano de Derecho Ambiental, entre otras, llegaron a las imágenes luego de una visualización como parte de un trabajo de seguimiento al accidente del viernes 7 de julio en el centro de proceso de Cantarell, Nohoch Alfa. Sus apreciaciones son sólo la observación, explicaron.

Pero Pemex no presentó mayor evidencia que su respuesta, mientras que la ASEA no se ha pronunciado al respecto.

“Lo que nos permite suponer esto es que es una forma de operar de la empresa, ocultando información. En imágenes vimos también que hay otro derrame del 6 de julio, también de extensión considerable de 250 kilómetros, que también pasó desapercibido. Si no hubiéramos salido más de 20 organizaciones, se habría quedado sin respuesta”, afirmó Pablo Montaño.

karol.garcia@eleconomista.mx

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