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Producir más con menos es ?el nuevo orden

Jane Nelson,? directora de la ?iniciativa de RSC ?de la Universidad ?de Harvard, dice que competitividad y sostenibilidad van ?de la mano; pide a empresas a involucrarse en los desafíos actuales.

Entre la primera cumbre global sobre cambio climático, realizada en Brasil en 1992, a la realizada el año pasado, las empresas han desempeñado un papel más participativo y consciente sobre la huella ambiental que dejan.

A 21 años de aquella primera reunión, miles de compañías en el mundo han implementado programas de acción y mitigación de riesgos, aunque también existen más desafíos y falta mucho por hacer, comentó Jane Nelson, directora de la Iniciativa de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de la Universidad de Harvard.

Nelson aseguró que la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) vive tres tendencias globales actualmente; la primera de ellas, explicó como parte del VI Encuentro Latinoamericano de Empresas Socialmente Responsables, es que la RSE ya no es marginal ni exclusiva de las multinacionales.

La filosofía de la RSE debe ser el corazón del negocio , aseguró durante la conferencia magistral Presente y futuro de la RSE , del encuentro organizado por el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi).

La segunda tendencia, agregó la experta, es que la RSE dejó de ser una práctica aislada y ahora hay un involucramiento con la sociedad a través de los medios de comunicación y de las redes sociales; además, hay más transparencia porque no sólo se tiene un informe anual, sino que se está migrando a los reportes integrados y los consumidores y organizaciones obligan a las firmas a informar de sus acciones.

La tercer tendencia es la colaboración intersectorial y con los stakeholders, con quienes se tiene cada vez una mayor retroalimentación.

La colaboración va desde los individuos a las grandes empresas, es decir, existe una participación de todas las partes involucradas y de las coaliciones empresariales en pro de la responsabilidad social , dijo.

LAS CUATRO CLAVES

La especialista agregó que la RSE tiene cuatro elementos fundamentales: filantropía, creación de valor compartido, cumplimiento de normas y manejo de riesgos.

La filantropía sigue siendo el motor del cambio social, por lo que las empresas deben alinear su estrategia de negocio con los programas sociales o de asistencia; se deben involucrar a las comunidades y a las pequeñas y medianas empresas en los desafíos medioambientales, para crear valor compartidos. La competitividad no está peleada con la sostenibilidad , detalló la Directora de la Iniciativa de RSC de Harvard.

UN PASO HACIA DELANTE

Ante el desempleo, pobreza y cambio climático que se vive en el mundo, la RSE debe tener su estrategia orientada a lograr un crecimiento económico incluyente y verde, dijo.

Para Jane Nelson, ya no es opcional producir más con menos, por lo que el futuro de la RSE está en la integración de valores sociales, ambientales, económicos, éticos y sustentables, así como en la innovación de modelos que no sólo mitiguen los riesgos, sino que se valga de la tecnología para crear soluciones.

Hay que colaborar todos, sector empresarial, academia, sociedad civil y gobierno para obtener nuevas políticas públicas en la materia , mencionó.

La región responde a los retos que enfrenta

JANE NELSON PALOMEA MODELOS?DE INCLUSIÓN EN AMÉRICA LATINA

América Latina es el nuevo rostro de la filantropía y de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), y destaca por sus modelos empresariales incluyentes , aseguró Jane Nelson, directora de la Iniciativa de RSC de la Universidad de Harvard.

Para la experta, la región vive una nueva etapa y, a diferencia de lo que se vive en Europa o Asia, tiene necesidades sociales, educativas y de salud más grandes, al mismo tiempo que arrastra un fuerte inequidad económica, lo que ha detonado, mencionó, que las empresas aprovechen estas necesidades para impulsar el crecimiento de la región a través de modelos y estrategias inclusivas.

La región ya no sólo es receptora, sino que sus modelos pueden ser replicados y adaptados en países de Europa; hay un aprendizaje de las prácticas adoptadas acá , agregó, en el marco de su participación en ?el encuentro del Cemefi.

La RSE en AL ha pasado de la etapa de sensibilización dentro y fuera de las empresas a la incorporación de líneas de acción específicas, en beneficio de las comunidades.

La etapa que aún es necesario explotar más, de acuerdo con Jane Nelson, es cómo escalar la RSE y llevarla a alianzas con gobiernos y organizaciones de la sociedad civil para aumentar su impacto.

diana.salado@eleconomista.com.mx

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