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Finanzas Personales

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Impactos de la innovación y el desarrollo tecnológico en el bienestar económico

La tecnología se percibe como una actividad que atraviesa todos los sectores de la economía mundial.

El aprendizaje y la innovación van de la mano; la arrogancia del éxito es pensar que lo que te funcionó te funcionará mañana .

William Pollard, físico estadounidense.

En el foro anual de liderazgo en mercados emergentes que organiza Credit Suisse en la ciudad de San Francisco, al que tengo la oportunidad de asistir, se presentaron diversos conferencistas que se han referido al impacto que los cambios tecnológicos tienen en diversos sectores económicos.

Por un lado, Devon Wendy, presidente de eBay, al hablar sobre las nuevas tendencias existentes en el comercio internacional, destacó que hoy ya no es relevante ni distinguible la diferencia entre comercio digital y físico.

La mayor parte del comercio está en una condición híbrida, en la que los consumidores constantemente pasan de una interacción digital a una física; particularmente en las economías emergentes la tendencia se acelera entre los jóvenes que forman parte de una generación completamente digitalizada, inclusive en los sectores de menor ingreso.

Una persona puede no necesariamente realizar la transacción final por vía digital, pero buena parte de su interacción previa y de su proceso de decisión incorpora consultas a través de dispositivos fijos y móviles que preconfiguran sus decisiones de compra y consumo. En su visión, la tecnología actualmente ya no es un sector, sino una actividad que atraviesa todos los sectores de la economía mundial.

Esta revolución digital, sin embargo, claramente genera transformaciones relevantes. Si bien muchas son positivas, otras están generando graves consecuencias en el futuro inmediato.

Los empleos en la era digital

Una de estas consecuencias tiene que ver con el empleo. Las tendencias relacionadas con la inteligencia artificial, la automatización y fenómenos tecnológicos están afectando de manera fundamental ciertos sectores en los que el empleo tenderá a desaparecer como lo conocemos.

Por ello, si las sociedades y las economías no son capaces de crear alternativas de capacitación, educación y empleo, se generan presiones importantes para el bienestar de la sociedad.

A ese diagnóstico hay que agregar que, en las últimas décadas, particularmente después de la recomposición de la crisis financiera del 2008, el crecimiento económico no ha generado beneficios homogéneos.

Claramente las empresas y el capital financiero han resultado ganadores, lo cual es evidente al analizar los retornos obtenidos tanto en los mercados de capitales como por los grandes fondos de capital privado.

Sin embargo, históricamente los beneficios del crecimiento económico siempre tenían una proporción reservada para el desarrollo del sector laboral. El crecimiento económico posterior a la Segunda Guerra Mundial se asoció en muchos países con el surgimiento de sectores medios y la disminución de los niveles de pobreza.

El desplazamiento tecnológico

Si bien los datos de la pobreza global han disminuido, también es cierto que sectores de ingreso medio bajo y medio han visto contraída su capacidad financiera y sus ingresos reales promedio, porque los beneficios del crecimiento no se derramaron hacia las personas.

En el caso de México, si analizamos el nivel de ingreso promedio, por ejemplo, de los jóvenes que se insertan en el mercado laboral, éste es, en términos reales, sensiblemente inferior al de las generaciones previas.

Si a eso sumamos el efecto de desplazamiento que la tecnología tendrá en ciertos sectores, se presenta un panorama complejo, a menos que, como sociedad, seamos capaces de reeducarnos y crear nuevas condiciones de fortalecimiento a través de los sistemas de educación y simultáneamente establecer mecanismos que permitan que una parte de la riqueza vuelva a derramarse hacia la población.

Sólo así, fortaleciendo la capacidad de compra y el consumo interno, estaremos en la senda de lograr un crecimiento económico sustentable y duradero.

El autor es politólogo, mercadólogo, especialista en economía conductual y director general de Mexicana de Becas, Fondo de Ahorro Educativo. Síguelo en Twitter:

@martinezsolares

director_general@mb.com.mx

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