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Menores tasas de interés podrían estimular la demanda de financiamientos para pymes

El sector de Uniones de Crédito se podría fortalecer si la presidenta Claudia Sheinbaum impulsa el crecimiento de la banca de desarrollo e impulsa el desarrollo económico de las pymes a nivel regional y nacional

BANXICOARCHIVO ee

CANCÚN, QRoo. Ayer, la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) redujo en 25 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de 10.50%, con el objetivo de estimular la economía en un entorno post-pandemia, lo que podría ser positivo para las Uniones de Crédito, especialmente en su papel de financiamiento a pequeñas y medianas empresas (pymes), así lo consideró Juan Rodolfo Hernández Trejo, director general de la Unión de Crédito Mexicano en entrevista con El Economista.

En una conversación durante la XVII Convención Nacional de Uniones de Crédito, el directivo dijo que la decisión del Banxico representa una oportunidad para que el sector ofrezca créditos a menores costos, lo que podría impulsar la demanda y apoyar el crecimiento de los negocios locales y regionales.

El Banxico redujo este jueves en un cuarto de punto porcentual su tasa de interés de referencia a un 10.50 por ciento.

Sin embargo, esta reducción en las tasas también plantea un desafío: el estrechamiento de los márgenes de ganancia. “El reto está en encontrar nuevas estrategias de rentabilidad que nos permitan seguir siendo competitivos sin comprometer la gestión del riesgo”, explicó Hernández Trejo. Para enfrentar este entorno, las Uniones de Crédito deberán optimizar sus operaciones y explorar nuevas áreas de negocio que compensen la disminución de ingresos por intereses.

Gestión de riesgos

Hernández explicó que la adopción de la Norma Internacional de Información Financiera (NIIF 9) marca un punto de inflexión para el sector financiero mexicano, especialmente para las Uniones de Crédito. Esta normativa introduce un modelo basado en la pérdida esperada, que exige a las instituciones financieras anticipar y provisionar posibles pérdidas crediticias de manera proactiva, en lugar de registrarlas solo cuando ocurren. Esto significa que las Uniones de Crédito deben ajustar sus modelos de evaluación y gestión de riesgos para adaptarse a esta nueva realidad.

Para las Uniones de Crédito, la implementación de la NIIF 9 representa una exigencia adicional en términos de capital y gestión del riesgo crediticio”, explicó Hernández. “La clave de éxito radica en su capacidad para fortalecer sus reservas y adaptarse rápidamente a las nuevas exigencias regulatorias. Además, la NIIF 9 no solo impacta en el ámbito contable, sino también en la operación diaria, al requerir sistemas más sofisticados para el análisis y la provisión de créditos”.

Juan Rodolfo Hernández Trejo, director General de Unión de Crédito Mexicano

Juan Rodolfo Hernández Trejo, director general de Unión de Crédito MexicanoCortesía

Nuevo Gobierno

La llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México ha generado expectativas en el sector financiero, particularmente en lo que respecta a la inclusión financiera y el apoyo a la banca de desarrollo. “Sheinbaum ha expresado su intención de fortalecer este segmento, lo que podría traducirse en mayores oportunidades de financiamiento para las Uniones de Crédito. Esto permitiría a estas instituciones expandir su capacidad de ofrecer servicios financieros a sectores históricamente subatendidos, consolidándose como actores clave en el desarrollo económico regional”.

“El apoyo a la banca de desarrollo que propone Sheinbaum podría ser un catalizador importante para el crecimiento de las Uniones de Crédito”, dijo Hernández Trejo.

La ampliación de programas de financiamiento y la creación de nuevas oportunidades para el sector financiero pueden ayudar a estas instituciones a jugar un papel más relevante en la inclusión financiera y el desarrollo económico.

Expectativas

El futuro de las Uniones de Crédito en México está marcado por la necesidad de adaptación a las nuevas políticas monetarias, la implementación de normativas internacionales como la NIIF 9 y la posible llegada de un nuevo gobierno con una visión favorable hacia el fortalecimiento de la banca de desarrollo.

“La capacidad del sector para innovar, mejorar sus prácticas de gestión de riesgos y adoptar tecnologías será crucial para consolidarse como motores de crecimiento inclusivo y sostenible en el país”, concluyó Rodolfo Hernández.

Coordinadora de Operación Editorial de Suplementos y Ediciones Especiales de El Economista. Licenciada en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Estudió una especialización en Periodismo Económico en la Universidad de Miami, auspiciada por la Fundación Reuters. Ganadora del premio por la "destacada cobertura en finanzas verdes", entregado por la BMV y el Consejo Consultivo de Finanzas Verdes. Ha sido analista de mercados, editora de finanzas y creadora de ranking de negocios, responsabilidad social y mercados, y ha trabajado en la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, Reforma, Excélsior, Mundo Ejecutivo, Expansión, Fortuna, Infosel y Economática.

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