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Resultados de bancos al 4T16: crecimiento con prudencia

El sector de banca múltiple es uno de los que mayor crecimiento ha presentado en los últimos años, trayectoria que esperamos que perdure en el mediano plazo, pues es un sector joven y con baja penetración.

El sector de banca múltiple es uno de los que mayor crecimiento ha presentado en los últimos años, trayectoria que esperamos que perdure en el mediano plazo, pues es un sector joven y con baja penetración. A causa de la coyuntura internacional el balance de riesgos se ha deteriorado para la economía en general; bajo este escenario, consideramos que la banca múltiple cuenta con los fundamentos adecuados para mostrarse defensiva en periodos de adversidad

El sector, que está integrado por 47 entidades supervisadas, se ha caracterizado por tener una participación limitada en el financiamiento de las familias y las empresas; y aunque los indicadores muestran cierta mejoría, aún se encuentran rezagados con respecto a sus comparables internacionales.

El crédito total otorgado por los bancos al sector privado es inferior a 25% del PIB, cuando en países como Brasil y Chile es superior a 50% y el promedio mundial es de 88.1 por ciento. Esta situación presenta un área de oportunidad para el sector pues hay una gran proporción de la población y de las empresas que aún no son atendidas.

Observando las cifras de la CNBV al 4T16 para el sector de banca múltiple, observamos que se mantuvo el dinamismo en cartera y captación, ambas creciendo +13% a/a.

Para el caso de la cartera vencida, ésta ha mostrado una clara trayectoria descendente posterior a las crisis del 2009 y de las vivienderas, en el 2013. Actualmente el Imor, un indicador de calidad crediticia, se encuentra en un nivel de 2.15%, marcando un mínimo de 10 años; mientras que el Icor, que marca la proporción de provisionamiento de la cartera vencida, alcanzó un nivel de 157 por ciento.

Adicionalmente, el Índice de Capitalización se posicionó en 13%, muy por encima de lo recomendado en los acuerdos de Basilea III de 8 por ciento.

Todos estos indicadores nos muestran que el sector bancario en México ha logrado crecer a doble dígito mientras mejora sus indicadores de calidad crediticia, es decir, creciendo con prudencia.

En diciembre del 2015 se dio el primer incremento en la tasa de referencia después de un periodo de bajas tasas, y, desde entonces, el Banco de México ha incrementado la tasa de referencia +325 pb. En el caso de México los incrementos de tasas representan un aumento en la rentabilidad de los bancos, pues el sector en general cuenta con una composición de balance que le permite beneficiarse de ellos. Lo anterior se refleja directamente en los resultados de las instituciones; la tasa activa, que es la tasa promedio que cobran los bancos, y el Margen de Interés Neto (MIN), alcanzaron niveles mínimos durante el 3T15, periodo en que se mantenía la tasa objetivo en un piso de 3 por ciento. De ese momento al cierre del 2016 la tasa activa aumentó +119 pb y el MIN, +44 pb, con lo cual el margen financiero aumentó +16% a/a.

Para analizar los riesgos del sector, consideramos importante dividir el análisis por tipo de cartera, pues se comportan de manera distinta. Al cierre del 2016 la composición era la siguiente; la cartera comercial representaba 65%, la de consumo, 20%, y vivienda, 15% restante.

Consideramos que en términos de riesgo de tasas la cartera hipotecaria muestra cierta vulnerabilidad, pues, por un lado, casi 100% está pactado a tasa fija y, por el otro, la competencia en este segmento es fuerte, por lo que no se han incrementado de manera proporcional las alzas en tasas para la nueva originación en comparación con las alzas que ha realizado el Banco de México.

También realizamos un análisis histórico de la relación entre los tipos de cartera y el PIB y encontramos que las carteras de consumo y vivienda tienen mayor correlación con la actividad económica, lo que las hace las más susceptibles a tiempos de recesión económica, tanto en términos de crecimiento como de calidad crediticia. La cartera comercial se ha comportado más defensiva y la exposición a sectores vulnerables como el automotriz es mínima. Reiteramos que esta cartera representa cerca de 2/3 partes del total.

En conclusión, dadas la baja penetración, la buena capitalización, la morosidad controlada y el impacto positivo de las tasas de interés. el sector financiero mexicano se encuentra bien cimentado para continuar con un sano crecimiento, incluso en periodos de incertidumbre. Creemos que es un sector defensivo para los próximos años, que sólo se vería dañado en caso de una recesión económica amplia y profunda.

*Martín Hernández es analista senior del sector financiero en Grupo Financiero Interacciones.

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