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A pesar de las descalificaciones, no hay que dejar de decirlo
A pesar de que puede parecer que se predica en el desierto, es muy importante que no cesen las voces que advierten los peligros de muchas de las políticas públicas del actual gobierno.
Puede parecer cuesta arriba que aun los señalamientos del más elemental sentido común sean despreciados por la 4T, donde la única voz que se escucha es la del Presidente.
Para Andrés Manuel López Obrador, todo aquello que sea diferente a lo que él piensa es sospechoso, es despreciable.
La administración federal debe tener filtros para rechazar, con tolerancia, mensajes tan vacíos y peligrosos como los de ese frente que presiona para la renuncia presidencial. Pero debe tener receptividad para escuchar a quien le hace advertencias de buena fe.
Y ante esas voces que avisan que se están tomando malas decisiones económicas en este país, también hay una cerrazón total de la 4T. Pero no sólo eso, hay un desprecio y un ataque por pensar diferente.
Sin embargo, no hay que dejar de decirlo. El Fondo Monetario Internacional (FMI) tendría razones suficientes para mostrarse ofendido ante la reacción visceral del Presidente ante sus pronósticos y consideraciones.
Podría ese organismo internacional recordarle al gobierno mexicano que no se muestra tan déspota cuando acepta tener a la mano una línea de crédito flexible por 60,000 millones de dólares. ¿Cómo puede la 4T aceptar tal prerrogativa del FMI, cuando ese organismo es, ante sus ojos, solapador de gobiernos corruptos?
A pesar de esa respuesta pendenciera del Presidente, no deben cesar las advertencias sobre los peligros económicos de perseverar en tan malas decisiones como construir la refinería de Dos Bocas, o advertir el serio problema de ingresos que se avecina para la economía mexicana en los años por venir.
Puede el FMI o cualquier analista tener la certeza de que lejos de poner un poco de atención a esas advertencias, la reacción de la 4T será virulenta y recibirán a cambio una descalificación. Pero llegará el momento en que quede claro que todas esas advertencias fueron oportunas y desafortunadamente anticiparon el deterioro que inevitablemente parece que veremos en los años por venir, independientemente de que el Producto Interno Bruto rebote en los próximos trimestres.
Cuando en un futuro llegue el recuento de los daños provocados por muchas de las actuales políticas públicas, vendrá también el señalamiento de los que colaboraron con ese deterioro y de los que callaron ante las evidencias de lo que ocurría.
Habrá una diferenciación entre aquellos que a pesar de las presiones y las respuestas ofensivas mantuvieron la postura de que el actual gobierno pudo haber hecho modificaciones pertinentes a sus políticas de gobierno, sin atentar en contra de su discurso político de un cambio respecto a lo anterior.
Perseverar en señalar las rutas incorrectas en materia económica de este gobierno también puede ayudar a que más personas entiendan que el camino es equivocado y exijan cambios directamente al presidente, a quien tanto importa mantener su popularidad.
La descalificación y el ataque como método de respuesta de la 4T a todo aquello que sea diferente a lo que piensan, no debe ser razón suficiente para callar el pensamiento crítico. Ni del Fondo Monetario Internacional, ni de nadie.