Lectura 4:00 min
AIFA, plan de vuelo riesgoso
El gobierno de México ya despegó y mantiene el plan de vuelo para lograr un doble objetivo: reducir la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y al mismo tiempo incrementar las operaciones del recién inaugurado Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
La ruta trazada incluye de manera precisa las coordenadas y no considera los potenciales daños que provocará entre las aerolíneas que, obligadas, tendrán que hacer esfuerzos presupuestales y operativos para volar y aterrizar desde un aeropuerto que no cuenta con la infraestructura colateral suficiente.
Tendrán que efectuar vuelos de pasajeros y mayoritariamente de carga. El plan de vuelo del gobierno lopezobradorista decretó convenientemente, el 3 de marzo –es decir 19 días antes de que fuera inaugurado el AIFA–, a través de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) la saturación de los edificios de las terminales 1 y 2 del AICM.
Además instruyó al director de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), Víctor Manuel Hernández, analizar y modificar el dictamen de capacidad operacional del aeropuerto Benito Juárez y tomar en cuenta la nueva infraestructura aeroportuaria de Santa Lucía.
El 21 de marzo se realizó con gran resonancia y controversia la inauguración de lo que el Presidente de la República ha calificado como “el mejor aeropuerto del mundo”, con 20 vuelos, de acuerdo con lo que dijo en su momento el secretario de la Defensa Nacional, el general Luis Cresencio Sandoval González.
Se inauguró sin tener listas las vías de acceso y en su segundo día de operaciones tuvo 12 vuelos, 6 de salida y 6 de llegada y, posteriormente, el promedio ha sido de 9 vuelos.
El pasado 27 de abril, en su conferencia matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a los directivos de las aerolíneas Aeroméxico, Viva Aerobus y Volaris que incrementen sus vuelos nacionales desde y hacia el nuevo aeropuerto.
Reveló que le había pedido a Eduardo Tricio, capitán de Aeroméxico, que se ampliara al AIFA.
Apenas el pasado lunes 2 de abril, el subsecretario de Transporte de la SICT, Rogelio Jiménez Pons anunció que el gobierno prepara un decreto para limitar a 50 las operaciones en el AICM y llevar 11 al AIFA.
Es decir, por decreto el gobierno planea reducir la saturación del AICM y que las aerolíneas operen más vuelos desde y hacia el AIFA mediante la reducción de 61 a 50 llegadas y salidas por hora del aeropuerto Benito Juárez. A partir de que se publique el decreto e inicie su ejecución, la SICT calcula que serán entre 48 y 50 vuelos por hora los que se realicen en el AICM. Pero el plan no queda ahí. La intención es que en la primera etapa se reduzcan las operaciones del AICM en 20% y en el largo plazo se espera llevar a un 30%.
No se obligará a nadie, asegura Jiménez Pons al tiempo que afirma que ya fueron notificadas las aerolíneas Aeroméxico, Viva Aerobús y Volaris.
Hay que recordar que Aeroméxico apenas salió del Chapter 11, de la Ley de Quiebras de EU y muy probablemente verá impactados sus costos con ésta decisión gubernamental.
Como el resto de las aerolíneas viene de una zona de turbulencia causada por el obligado confinamiento por el Covid-19 que las sacudió y golpeó en sus costos. Además, todas están padeciendo el aumento en el precio del combustóleo, uno de los más importantes insumos para esa industria.
De acuerdo con la SCT se está analizando la posibilidad de ofrecer descuentos aeroportuarios en el suministro de turbosina. Sin embargo, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) les han puesto algunas trabas. La ruta planteada por el gobierno, como se ha visto en todas y cada una de las obras insignia de este sexenio, es inamovible. Se llevará adelante, pase lo que pase y pésele a quien le pese. Se trata de un plan de vuelo riesgoso porque no respeta las leyes del mercado.
Veremos.
