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AMLO se va el 31 de octubre
Hay varios analistas políticos que ponen en duda que López Obrador vaya a reconocer el triunfo de Xóchitl en caso de que ésta gane las elecciones presidenciales el próximo 2 de junio. Hay también quienes dudan que López Obrador se vaya a ir a su finca y deje gobernar a Claudia si ésta llega a ganar.
Yo pienso que están equivocados, López Obrador se va a retirar a su finca, va a dejar gobernar a quien gane y va a reconocer el triunfo de la oposición en caso de perder su candidata.
Es cierto que López Obrador no sabe perder como sucedió en la elección presidencial del 2006 y armó un paro por varios meses en Reforma, lo hizo para que su gente viera que no aceptaba el resultado y que seguiría en su lucha, pero al final no le quedó otra y aceptó su derrota.
Más allá de sus deseos, López Obrador sabe que no tiene la fuerza política para desconocer el triunfo de la oposición y sabe el riesgo que tienen un expresidente y su familia en caso de querer seguir interviniendo en la vida política nacional. No hay que ir a la época de Calles que tuvo la suerte de que Cárdenas sólo lo expulsara del país, Salinas quiso seguir interviniendo en la vida política del país y su hermano acabó en la cárcel.
López Obrador ha repetido en múltiples ocasiones que después del 31 de octubre se va a Palenque y no vuelve intervenir en política, que no va a recibir a ningún periodista y sólo a su familia y a amigos cercanos. Yo le creo, por otro lado, aunque quisiera intervenir, no tiene la fuerza política para hacerlo.
A veces dudamos de la fortaleza de nuestras instituciones, pero éstas fueron las que pararon la mayoría de las arbitrariedades que quiso imponer López Obrador. Lo mismo se decía de la reelección, nunca intentó cambiar las leyes, porque sabía que dentro de su mismo partido no hubiera pasado y porque sabía que en México ese es un tema prohibido.
Por otro lado, no coincido con el pesimismo de muchos analistas, si llegan Claudia o Xóchitl tendrán que sentarse a negociar tanto al interior de sus partidos, como con la oposición. Ninguna va a tener la fuerza política que tuvo López Obrador y para consolidar su presidencia y no ser rehén de sus partidos, tendrán que abrir el diálogo con todas las fuerzas políticas y todos los sectores.
Soy optimista del próximo sexenio, gane quien gane va a significar un cambio radical sobre la forma de gobernar de López Obrador. Obviamente el cambio será más profundo y seguro si gana Xóchitl, pero aun ganado Claudia la forma de gobernar será muy diferente. Sheinbaum se va a enfrentar a una fracción morenista en el Gongreso y a gobernadores de ese partido que no van a tener con ella la disciplina que tienen con López Obrador, por lo que tendrá que apoyarse en la oposición para gobernar. A Xóchitl le va a pasar lo mismo, las dirigencias del PAN y PRI van a quererle cobrar la factura y hacerla rehén del Congreso, por lo que tendrá que apoyarse en los partidos de oposición también para gobernar.
Gane quien gane, López Obrador se va a ir el 31 de octubre y son muy irresponsables los comentarios de los analistas políticos que ponen en duda lo anterior y aseguran que no va a reconocer el triunfo de Xóchitl si ésta llega a ganar. Estas declaraciones inhiben el voto, ¿para qué vamos a votar si Xóchitl no va a poder asumir la presidencia?