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El futuro del sector de semiconductores
Este 2023, sin duda ha sido un año definido por la transformación tecnológica de gran impacto, convirtiendo al sector de semiconductores en un pilar clave de la innovación y, a pesar de que la euforia inicial por la inteligencia artificial (IA) ha comenzado a moderarse. Han surgido expectativas en el mercado que se espera definirán el rumbo del sector hacia venideros años.
Entre los principales desafíos que marcarán la tendencia de las empresas están los cambios en la demanda de procesadores, la vida útil, la expansión de inventarios y las tensiones geopolíticas (en especial entre Estados Unidos y China).
La demanda de chips optimizados para smartphones ha ido disminuyendo, mientras que la demanda de los procesadores para el desarrollo e incorporación de IA para diferentes industrias sigue aumentando.
Los gobiernos de distintos países, sin embargo, han empezado a tomar un papel más proactivo al instrumentar acciones y desarrollar políticas para la regulación de la IA.
A pesar de que el enfoque principal es el de mitigar riesgos, podría resultar en una prolongación de la adopción de la tecnología en ciertas industrias, repercutiendo en el rápido crecimiento por parte de las desarrolladoras.
Otro aspecto importante a tomar en cuenta es la vida útil de los GPUs (unidad de procesamiento gráfico por sus siglas en inglés), la cual ronda en promedio los 9 a 10 años dependiendo de la marca y el modelo, muchas de las empresas tecnológicas realizaron una expansión de sus inventarios durante el 2023, expansión que puede llevar a una desaceleración en las ventas si no surgen nuevas necesidades de expansión para el desarrollo de productos y servicios innovadores en software y hardware.
Las tensiones de orden geopolítico, especialmente entre China y Estados Unidos, han añadido presión para el mercado internacional.
La implementación de regulaciones derivadas de la amenaza que representa utilizar los avances tecnológicos para desarrollar la industria militar, tendrá repercusiones en las ventas en el corto plazo.
Las empresas han sido sometidas a notificar la importación de ciertos productos, como el caso del GPU H100 de Nvidia, así como la restricción del comercio con empresas no licenciadas previamente por parte del departamento de comercio de Estados Unidos.
En respuesta a esta regulación, se espera que China desarrolle una estrategia que pueda resultar en una guerra de subsidios, es decir, China busca fortalecer a las empresas nacionales para abastecer la demanda al interior del país y potenciar la competencia a nivel internacional contra las empresas estadounidenses, esto provocaría una guerra de subsidios entre ambas potencias.
Por otro lado, Estados Unidos ha apostado continuamente a incentivar la fabricación e investigación en el sector dentro del territorio nacional, promoviendo la reubicación de la producción de las empresas en el territorio nacional.
No obstante, la reubicación se puede traducir en un incremento en los costos y gastos operativos, y a pesar de que el gobierno incentiva a las empresas mediante la Chips and Science Act, en la que comprometió 52,000 millones de dólares para la fabricación e investigación de semiconductores en el 2022, 39,000 millones han sido destinados para subsidiar la construcción de fábricas dentro de Estados Unidos.
Por último, cabe señalar que estas tendencias podrían estar sugiriendo un periodo de transición y adaptación en el sector.
Empresas como Nvidia, Taiwan Semiconductors, AMD e Intel deberán enfocarse en la resiliencia y sostenibilidad en el largo plazo, además de continuar invirtiendo en investigación y desarrollo tanto en nuevos productos, como en mejorar los costos de producción y la cadena de suministro, mitigando así las preocupaciones que han provocado que la perspectiva futura del sector se transforme tan solo en un optimismo moderado.