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Opinión

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El futuro digital de México no es prioridad para las candidatas

Iniciaron las campañas de las dos candidatas a la Presidencia de la República, y sí, también la del candidato testimonial. De los discursos que han dirigido a sus distintas audiencias y los documentos o información que han puesto a disposición en internet se desprende lo que para mi es una muy preocupante ausencia: una visión de futuro basada en lo digital.

En el caso de Claudia Sheinbaum, entre los 100 puntos de su proyecto de nación, que leyó en el Zócalo de la Ciudad de México, emulando a lo que también hizo en su momento el presidente López Obrador, en un tímido lugar 78 apareció la mención de que dará “continuidad también al programa de Internet para Todos”, y de inmediato, en la posición 79, anunció que “vamos a poner en órbita un satélite mexicano que va a contribuir a las comunicaciones”. Y ahí terminó el ímpetu relacionado con temas de telecomunicaciones, banda ancha y ecosistemas digitales.

En el caso de Xóchitl Gálvez, lamentablemente no le he escuchado anunciar en esta etapa de campaña una propuesta concreta en esas materias. Tampoco aparece nada en la lista de propuestas que están publicadas en el portal oficial de su campaña. Contrario a lo que en algún momento pretendió mostrar, pareciera que esos temas no tuvieron la importancia necesaria para colarse en su lista de propuestas.

Así que esta primera semana de campaña nos deja una especie de sensación de desasosiego porque independientemente quien de las dos candidatas resulte triunfadora el 2 de junio, todo indica que los temas que tienen que ver con diseñar políticas públicas que contribuyan a que México cuente con la infraestructura de telecomunicaciones necesaria para los retos que imponen los próximos 20 a 30 años, con la penetración y velocidad de banda ancha que coloquen a México como el líder de América Latina, posición que hoy no tiene por ejemplo, no son del interés de las candidatas.

Pero hablamos también de políticas públicas que contribuyan a que los mexicanos puedan sacar el mejor provecho a las oportunidades que brinda un ecosistema digital robusto y en expasión, donde las personas puedan llevar a cabo de manera creciente todo tipo de transacciones o interacciones, que les faciliten la vida, que les permitan tener acceso a servicios efectivos de salud a distancia, o bien, que facilite la operación cotidiana de servicios de movilidad de las personas, de gestión de la electricidad, y de tantas cosas que una sociedad bien conectada puede lograr, sobre todo con el explosivo crecimiento de la Inteligencia Artificial y las herramientas que han empezado a ponerse a disposición de las empresas y las personas.

No esperaba que las candidatas hablaran del precio del espectro radioeléctrico o de una política que promueva el despliegue ágil de infraestructura de redes cableadas o inalámbricas, pero sí esperaba que hablaran de cómo quieren ver a un México mejor conectado en 2030 y cómo pretenden que los mexicanos adquieran las habilidades necesarias para sacar el mejor provecho a esa infraestructura y a la enorma gama de servicios y aplicaciones que se prestan a través de esa infraestructura, para que además, como dije antes, seamos el país líder en América Latina, por lo menos. El hecho de que no aparezcan estos temas desde el primer momento, nos indica que su idea de México para el 2030 pasa por administrar la rutina.

El satélite que propone Sheinbaum por ejemplo, es algo que tenía que ocurrir, entre otras razones, porque no se ha logrado reponer el satélite que se perdió cuando falló su lanzamiento en 2015, y la propuesta de continuar el programa Internet para Todos, es un mero compromiso con el presidente López Obrador para continuar un proyecto que nadie se ha tomado la molestia de evaluar si es la mejor forma de invertir el tan escaso dinero de los contribuyentes.

En fin, pareciera que nos perfilamos a otros seis años de aridez en materia de políticas que apunten a un futuro digital promisorio para México. Es una verdadera pena, que no solo vamos a lamentar, pero también a padecer, por la ventaja que nos tomarán otros países.

*El autor es economista.

@GerardoFloresR

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