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Enfermería levanta la mano y pide cambios de ley
Es muy sabido el rol esencial que juega el personal de enfermería en toda institución de salud y en general el pilar crucial que significan para el sistema nacional de salud. Y durante la pandemia este gremio de profesionales de salud volvió a evidenciar su compromiso con los pacientes en muchos sentidos.
Sin embargo, como sociedad venimos haciendo oídos sordos a las demandas y rezagos de este grupo de trabajadores, históricamente desatendido y sobrecargado por una generalizada escasez de personal. Particularmente el Senado ha venido ignorando una iniciativa de ley que el gremio de enfermería presentó en febrero pasado con propuestas muy puntuales sobre la necesidad de cerrar la brecha formada por décadas de desatención, discriminación y reconocimiento a la profesionalización de este grupo de trabajadoras y trabajadores formado por unas 600,000 personas en todo el país.
Fue presentada desde febrero pasado por la senadora Patricia Mercado, de Movimiento Ciudadano, e inscrita en marzo en la Agenda de la LXV Legislatura, pero es la hora que no ha podido subirse al pleno de sesión para ser turnada a comisiones y poder ser dictaminada. Buscando espacios para ser escuchadas, distintas asociaciones de enfermería le enviaron senda carta al senador Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política, instándolo a incidir para que la iniciativa no sea ignorada.
En dicha iniciativa los profesionales de enfermería plasman sus demandas ante una serie de situaciones que han derivado en inequidad de tipo laboral que se acentúa en algunas regiones del país y se acrecienta principalmente en el esquema de prestación de servicios privados de salud.
Se plantea desde la falta de consideración sobre la propia salud de este sector, la carencia de insumos básicos para ejercer eficientemente su labor -lo cual es vulneración grave no sólo a los derechos del usuario, sino también a los derechos laborales del personal de enfermería- y plantea una serie de opciones para reducir las brechas de desigualdad y discriminación respecto de otros profesionales de la salud.
Entre los retos está la profesionalización de la enfermería en México. Aquí el tema es que se ha elevado la proporción de egresados de licenciatura en enfermería, pero estos están subempleados. Ello se debe a que no está regulado que las instituciones de salud diferencien dentro de escalafones y estructuras ocupacionales entre el personal auxiliar y técnico respecto del personal profesional, con especialidad y/o posgrado. Se entiende aquí que los profesionales de enfermería son tratados como si fueran auxiliares o técnicos; por tanto hay un desbalance entre su capacidad, preparación académica, de conocimientos y aptitudes especializadas con la asignación de tareas y responsabilidades, así como en su percepción económica salarial y demás prestaciones laborales.
Por otro lado, el gremio de enfermería está en desigualdad de condiciones en los espacios de toma de decisión de políticas en materia sanitaria, respecto de otras profesiones como la de medicina.
De ahí que dicha iniciativa propone entre otras cosas incluir en la Ley General de Salud la creación de comités hospitalarios de enfermería que empoderen, de facto, a dicho personal por las facultades que a estos comités se les confiere frente a las autoridades administrativas y burocráticas de las instituciones; también, que puedan incidir en políticas que tengan efecto en su área profesional o en sus intereses como gremio.
Igualmente la enfermería pide reconocer una mayor autonomía e independencia en su práctica profesional, en gestión de casos y razonamiento de diagnósticos, así como en el ejercicio de habilidades avanzadas en valoración de la salud. “No hay razón justificada para que las decisiones y tareas del personal de enfermería deba estar sujeto a la dirección y vigilancia del personal médico”; este hecho, dice la iniciativa, demuestra un desconocimiento y desaprovechamiento de las especializaciones y estrategias como Atención Primaria de Salud (APS), los roles ampliados y la Enfermería de Práctica Avanzada (EPA), que “dotan de facto de un alto grado de autonomía al actuar de las personas enfermeras profesionales e independientes en los diversos niveles de atención, generando una mejor atención al usuario y dinamismo práctico, basado en conocimiento científico, al funcionamiento del sistema de salud en general”.
Se plantea igualmente necesario introducir a la Ley Federal del Trabajo un capítulo exclusivo para la regulación específica de los derechos y condiciones laborales del personal de enfermería.
La iniciativa considera las múltiples violencias, discriminación generalizada y desigualdad sustantiva entre hombres y mujeres dentro de los centros de trabajo de la salud. Considerando que 90% del personal de enfermería son mujeres, son muy pocos los puestos directivos ocupados por estos profesionales, y menos los ocupados por mujeres. Es obvio que falta una efectiva política de igualdad en las relaciones de trabajo y en procesos de promoción y ascensos dentro de la estructura de las instituciones.
45% de personal de enfermer@s, con licenciatura y/o especialidad
Según el INEGI, en 2021 había en México 620,000 personas dedicadas a la prestación de servicios.
remunerados de enfermería en sector público y privado. Asimismo, al menos 331,000 personas enfermeras y paramédicas profesionales, 112,700 técnicas y 176,400 auxiliares. A su vez, el Sistema público de Salud reporta 315,000 enfermeros y enfermeras en territorio nacional, siendo 45% con estudios de licenciatura, así como con especialidades. El sistema de salud se sostiene en buena medida gracias a la dedicación y compromiso de todas esas personas trabajadoras que ocupan un lugar central en el funcionamiento de cada institución de atención sanitaria. Las enfermeras y enfermeros son quienes pasan más tiempo junto a pacientes, les brindan apoyo profesional y emocional y les acompañan durante los momentos de máxima vulnerabilidad. Son la cara visible y el contacto inmediato de la atención médica, y sus cuidados humanizados producen mejoras significativas en los procesos paliativos y de recuperación. El personal de enfermería realiza tareas vitales en atención primaria, desde el hogar hasta las unidades de cuidados intensivos. No pueden ignorarse más sus demandas.
Sobre panel del Instituto México
Y hablando de enfermeras, de lo que más llamó la atención en el panel que organizó ayer 23 de abril, el Instituto México en The Wilson Center desde Washington, fueron las ideas planteadas por Andrew Rodman, especialista en políticas públicas. Entre otras cosas se refirió a la oportunidad de colaboración bilateral entre Estados Unidos y México para esquemas comunes de vacunación, y así también, ante la escasez de enfermeras, habló de ubicar opciones de colaborar con ventajas de costo en la formación y certificación de estas profesionales en ambos países y en inglés y español. Igual habló de la gran oportunidad del nearshoring para producir medicamentos y sus materias primas reduciendo la dependencia de Asia en APIs y genéricos, y al mismo tiempo vio la opción de mayor reconocimiento mutuo entre agencias sanitarias de EUA, Canadá y México.
El evento titulado “Elecciones en México: desafíos y oportunidades en la implementación de políticas de salud 2024-2030”, fue moderado por el doctor Eduardo González-Pier, y participaron los dos médicos que encabezan los equipos de Salud de las dos candidatas a la Presidencia. Por un lado, el doctor Éctor Jaime Ramírez Barba habló de que el compromiso de aumentar a 4% del PIB la inversión pública en salud debe concretarse en el corto plazo; por otro lado el doctor David Kershenobich no quiso tocar ese tema, pero sí habló de lo relevante de tener una política industrial para el sector salud; y dijo que Birmex se hará cargo de las compras públicas de insumos, pero se revisarán sus procesos de planeación y distribución, así como los tiempos de las adquisiciones.
También destacaron los comentarios posteriores de la economista en salud Mariana Barraza, de Blutitude, al referir que para tener más claridad en el alcance de las propuestas hay que tener claras sus implicaciones presupuestales o de lo contrario la alternativa será la reasignación de gasto pero en principio para tener resultados se tendría que llegar a 5.6% del PIB. E igual sobre financiamiento comentó Mariana Campos, de México Evalúa, al mencionar que el presupuesto de IMSS Bienestar se debería definir considerando el número de afiliados y regresar a una cuota social a partir de cada afiliado y de un número de salarios mínimos. Hay que considerar, dijo, las herramientas de política pública para cerrar brechas en salud, teniendo claro que ello se logrará en el mediano y largo plazo.