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Opinión

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¿Es lo social una oportunidad de líderes empresariales?

A la molestia de la que no salen muchas empresas mexicanas con la cuarta transformación se ha sumado el desconcierto pasivo del tercer sector ante los anunciados recortes del gobierno a su labor social.

Ni empresas ni organizaciones terminan de entender la oportunidad que significa el momento actual para mostrar liderazgo no sólo dentro del sector en que se desarrollan sino ante una sociedad que valora cada vez más las expresiones auténticas de responsabilidad social.

La Iniciativa Privada tiene una oportunidad única para multiplicar y visibilizar la contribución social que hace a través del apoyo a las organizaciones de la sociedad civil (OSC); éstas, por su parte, están en el momento ideal para llevar su fortalecimiento institucional y rendición de cuentas a otro nivel y convertirse en candidatas idóneas para aquellas empresas y fundaciones que buscan impulsar causas sociales.

Lo anterior implica el entendimiento de que el bienestar social y la resolución de las grandes problemáticas actuales exigen el involucramiento de todos y cada uno de los actores sociales sin que sea responsabilidad única del Estado, por más que algunos todavía lo entiendan de esa manera.

Un mapa fiel de las problemáticas actuales lo dan los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que establecen el “hambre cero” como una de las primeras metas a lograr en el 2030.

Este tema cobra particular importancia pues hace apenas unos días se conoció que los 5,000 comedores comunitarios que fueron lanzados en la pasada administración como parte de la Cruzada Nacional contra el Hambre dejarán de contar con recursos públicos.

Esto abre un área de oportunidad a la inversión social contra el combate a la desnutrición de grupos vulnerables. Hay que decir que en este tema ya existen buenos ejemplos como los de Alsea y CMR, que canalizan recursos a OSC para ofrecer alimentación nutritiva en comedores que atienden a población de escasos recursos.

Otra forma de demostrar un liderazgo proactivo en el combate a la desnutrición es involucrándose en esfuerzos que promuevan el aprovechamiento de todo el alimento que se produce, a través de la inspiración que mueva al cambio y motive con resultados.

Para contribuir en este objetivo acaba de lanzarse un esfuerzo trinacional de México, Estados Unidos y Canadá que busca sumar adeptos contra el desperdicio de alimento.

La entidad promotora de esto es la Comisión de Cooperación Ambiental, cuya guía práctica implementó en una sucursal de la zona metropolitana de Guadalajara la cadena mexicana de Restaurantes Toks, que es parte de Grupo Gigante, de Ángel Losada.

Los hallazgos fueron reveladores: sólo en ese establecimiento se podría ahorrar alimento suficiente para donar más de 1 tonelada y se abatiría la generación de 17.4 toneladas de gases de efecto invernadero.

Si pensamos que Toks cuenta con 207 establecimientos en el país, la posibilidad de ahorro a nivel nacional ascendería a 27 millones de pesos.

Este caso de negocio se presentó hace unos días ante empresas, actores de gobierno y tomadores de decisión de los tres países, dejando ver un auténtico interés de muchos de los presentes en implementar la herramienta con el consecuente beneficio económico y ambiental.

Ojalá que más empresas entendieran las oportunidades que se presentan con las condiciones actuales y asumieran, como estos casos, un liderazgo propositivo de cara al bienestar social.

*Director general de Expok, agencia de asesoría y comunicación en responsabilidad social y sustentabilidad.

edgar.lopez@expok.com.mx

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