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Opinión

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Inteligencia artificial y el algoritmo jurídico

Hoy es un lugar común hablar de los algoritmos en nuestras actividades cotidianas; el algoritmo que decide nuestras vidas a placer, muchas veces al margen de nosotros.

El algebraico tirano determina el destino de nuestras vacaciones, la ropa que compramos, las series que vemos y hasta con quién salimos, si es usted usuario de las aplicaciones de citas. El algoritmo sabe más de nuestros gustos que nosotros mismos. Uf.

Para crear inteligencia artificial (IA) hay dos fundamentos básicos de los que se valen: los algoritmos y los datos para configurarlos. El algoritmo proporciona las instrucciones para la máquina y los datos permiten a la máquina aprender a emplear esas instrucciones y perfeccionar su uso.

Con respecto a una propuesta de conceptualización del algoritmo jurídico, lo comprendemos como aquel cúmulo de datos organizados, los cuales buscan resolver controversias a través de la integración idónea de antecedentes, conceptos y principios contenidos en el marco jurídico nacional e internacional.

Al respecto, en el formato judicial encontramos diferentes tipos de algoritmos: i) Algoritmo probabilístico. Es una técnica que usa una fuente de aleatoriedad como parte de su lógica. Mediante un muestreo aleatorio de la entrada, llega a una solución que puede no ser totalmente óptima. ii) Algoritmo de búsqueda. Comprende dos distintos tipos: la secuencial, que compara los elementos a localizar con cada elemento del conjunto y el binario, que compara el elemento ubicado en el medio para ver su similitud entre otros.

La IA referida a la justicia comprende la facultad que facilita el aprender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea de la realidad; en esa lógica debemos vincular qué permite a un sistema la automatización. Justamente, la ejecución de instrucciones definidas con precisión dentro de un margen operativo limitado. Un bucle de control clásico puede dividirse en las fases de detección, análisis y acción.

Un sistema de justicia inteligente son programas que tienen como finalidad encontrar soluciones a los problemas jurídicos que se les presentan mediante la información que reposa en sus bases de datos.

Querido lector, el algoritmo jurídico es aquel método que nos permite tomar decisiones jurídicas con base en el diagnóstico, análisis de datos y determinación del curso de acción. Desde luego que este algoritmo jurídico colisiona con las facultades discrecionales del juez y con la apreciación libre de la prueba. Muchos retos se tiene que superar para hacer compatible la técnica jurídica con la IA. Hasta la próxima.

X: @ErosalesA

Politólogo y abogado, académico, columnista, presidente de ciudadanos sin partido y orgulloso mexicano.

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