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La Operación Cataluña arrastra a Rajoy a las cloacas del Estado
El gobierno de Mariano Rajoy cruzó la línea de la legalidad para sumergirse en el pantano de la delincuencia. Se trata de la Operación Cataluña, un episodio que tuvo como objetivo denigrar la imagen pública de un conjunto de políticos catalanes vinculados con el proceso independentista, cuya erupción duró un largo periodo, iniciando el 11 de septiembre de 2012 y concluyendo de manera catártica el 1 de octubre de 2017.
Al paso de los años no hay asomo de duda sobre la metáfora omnipresente de corrupción y delincuencia durante los gobiernos de Rajoy llamada José Manuel Villarejo.
Villarejo hizo las veces de comisario, pero en realidad alquilaba sus servicios para actuar al margen de la ley: espiaba, grababa conversaciones y falsificaba documentos con ayuda de la llamada policía patriótica.
En efecto, la delincuencia fue institucionalizada por el presidente de España Mariano Rajoy desde el ministerio del Interior que encabezaba Jorge Fernández Díaz.
Una investigación conjunta de La Vanguardia y Eldiario.es revela que Fernández Díaz enviaba la documentación falsa al presidente Rajoy en sobres cerrados y a través de escoltas.
Las gestiones de Rajoy serán reconocidas como episodios prehistóricos de la Inteligencia Artificial (IA), por la elaboración artesanal de dossiers convertidos en informes que terminaban publicados en la prensa militante, por ejemplo, El Mundo. Sin embargo, la Operación Cataluña no fue elaborada a través de la IA, fue la estupidez natural la que incentivó a un conjunto de funcionarios de la administración de Rajoy a socavar la imagen de un grupo de opositores.
A los políticos independentistas que parcharon la ley con tal de llevar a cabo el referéndum, se les ordenó su detención. Algunos de ellos estuvieron en la cárcel, por ejemplo, el vicepresidente Oriol Junqueras. Puigdemont se fue a Bélgica. ¿Rajoy y Fernández Díaz serán llamados a rendir cuentas?
Uno de los políticos cuya imagen fue afectada fue el alcalde de Barcelona, Xavier Trías.
En agosto de 2014 el comisario Enrique García Castaño elabora un informe falso de 31 páginas en el que destaca pruebas de una supuesta cuenta de Trías en Suiza en el banco UBS por 13 millones de euros; al jefe de la policía catalana, mejor conocida como mossos d’esquadra, Josep Trapero, le inventaron documentos sobre supuestos vínculos con narcotraficantes; a Jordi Pujol Ferrusola, hijo mayor del expresidente catalán Jordi Pujol, lo involucraron en la lista Falciani, que recogía los nombres de miles de titulares de cuentas en Suiza en el banco HSBC; a la hija del presidente catalán Artur Mas, Patricia Mas Rakosnik, le inventaron una cuenta en Liechtenstein en el banco LGT Bank con el número 2005082 con saldo de 1,970,710.40 euros.
Las ramas que unen al ministro del Interior Jorge Fernández Díaz con funcionarios son abundantes. Por su parte, el comisario Villarejo negociaba los golpes bajos con María Dolores de Cospedal, secretaria general del Partido Popular (PP), con Eugenio Pino, interlocutor directo del ministro de Interior y con representantes de diversas unidades dependientes orgánicamente del propio Fernández.
Ayer, la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) abrió su primera investigación por la Operación Cataluña. En un decreto, el fiscal jefe de Cataluña, Francisco Bañeras, abrió diligencias para esclarecer si el ministro del Interior Jorge Fernández Díaz ordenó investigar en 2012 al entonces fiscal jefe de Cataluña Martín Rodríguez Sol, con el aparente objetivo de buscar pruebas incriminatorias contra él.
La madeja está lista para llegar al jefe máximo de la Operación Cataluña, el presidente de España Mariano Rajoy.
@faustopretelin