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Opinión

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La alianza y el método

¿Déjà vu? El Teacher Edmundo Berumen tiene 70 años, pero no se ha jubilado. Todo lo contrario, en una época aciaga para los encuestadores ha retomado el liderazgo de su empresa y ha comenzado a publicar información sobre las tendencias rumbo al 2018. La más reciente sobre las posibilidades de Margarita Zavala como abanderada panista y como independiente.

El retorno de Berumen viene acompañado de una notable actividad en las redes sociales. Allí acaba de recordar un pasaje ocurrido hace 18 años, justamente por estas fechas.

La consigna —recuerda el afamado matemático, formador de los mejores muestristas del país y pilar del Inegi— era sacar al PRI de Los Pinos. Ése era el apotegma foxista, aunque el entonces jefe de gobierno, Cuauhtémoc Cárdenas, parecía estar al frente de las preferencias electorales. La estatura moral del michoacano superaba el donaire del bronco de San Cristóbal, Guanajuato... al menos en el círculo rojo.

En el Tec de Monterrey se había incubado el plan que buscaba desterrar al tricolor del poder. Y en ese momento, personajes como Adolfo Aguilar Zínser y Jorge G. Castañeda todavía empujaban versión 2.0 del Grupo San Ángel. “Surgió la idea de una alianza PAN-PRD”, recuerda Berumen, sin aludir al intento del 2017, bajo la figura del Frente Ciudadano MX.

Los intelectuales, promotores del voto útil, tenían aliados en las cúpulas de ambos partidos. Amalia García era la secretaria de Alianzas del CEN del PRD y con Malú Mícher, Laura Carrera y Leticia Quezada tenían un puente directo con los foxistas. El PAN tenía a Felipe Calderón como jefe máximo y no estaba muy dispuesto a pactar con los cardenistas. Menos, después de la dolorosa derrota del 97 que denigró a Carlos Castillo Peraza.

La parte dialoguista del PAN era encabezada por Diego Fernández de Cevallos, quien fungió como anfitrión de los diálogos entre los representantes de este incipiente frente opositor, que incorporó a Convergencia por la Democracia —así se llamaba entonces el partido de Dante Delgado— y al Partido Verde, que tuvo como principal interlocutor a Jorge González Torres.

El Jefe Diego fungió como anfitrión de las negociaciones que primero involucraron a las dirigencias partidistas. En septiembre de 1999, en Cintermex —dentro del Parque Fundidora, en Monterrey— el PT había puesto su membrete a la disposición de Cárdenas y ese simple hecho lo dejó al margen de las conversaciones.

Panistas y pevemistas ya habían alcanzado un principio de acuerdo. Y en la residencia del abogado y ex candidato presidencial era notoria su buena química. “Eran risas y risas”, recuerda uno de los asistentes, “los perredistas decían que todo dependía de Cárdenas y los del Verde tenían mucha prisa: ‘¿para qué estamos perdiendo el tiempo si ya sabemos que no van a ceder?’, decían”.

Sobre esos “meses de discusión en conocida oficina situada en Virreyes”, Berumen recuerda que Andrés Manuel López Obrador era uno de los voceros principales de Cárdenas. Tal apunte es inexacto, pues el político tabasqueño había renunciado a la dirigencia perredista en mayo de ese año. Y estaba enfilado a la candidatura a jefe de Gobierno.

La casa de Fernández de Cevallos, efectivamente, se ubica en las Lomas. Y su despacho, en Paseo de la Reforma, donde fueron convocadas varias sesiones del grupo de trabajo de los aliados en ciernes. “La discusión pasó al terreno del ‘método’ para seleccionar quién de los dos lo encabezaría”, recuerda el demóscopo, quien asistió a esos debates en calidad de experto por recomendación de Dante Delgado. El PAN tenía como asesor técnico a Rafael Giménez, de Arcop, y el PVEM, a Ulises Beltrán, exencuestador de Los Pinos.

El PAN y el PVEM insistían en una “encuesta nacional robusta”, mientras que los representantes de Cárdenas se inclinaban por un “censo” —una consulta deliberativa— en centros de votación. Ya para entonces, Fox tenía reportes precisos que le daban una ventaja de dos dígitos sobre el líder perredista.

Berumen recuerda que en esas reuniones se expresaron “sesudos argumentos técnicos” que fueron escuchados y debatidos con “seriedad aparente”. El acuerdo entre la izquierda y la derecha se volvió imposible. “Y el resto es conocido por todos”: la Alianza por México concitó al PRD y al PT, además de sumar a Convergencia y Alianza Social, mientras que con el PAN y el PVEM surgió la Alianza por México. El resto es historia: Fox asaltó Los Pinos y el PAN; fue expulsado de la Presidencia en el 2012.

Para sacar al PRI, pero sobre todo para frenar a AMLO, el PAN, el PRD, Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza irán juntos a la cita electoral del 2018. ¿Encuesta o consulta? Lo segundo ha quedado completamente descartado. Dizque porque la amenaza de una “injerencia gubernamental”.

EFECTOS SECUNDARIOS

EXPECTATIVAS. Un monto que supera 10,000 millones de pesos adicionales a los que actualmente se recaudan por el impuesto al tabaco es el estimado que se recaudaría si México adopta la medida sugerida por la OMS de imponer 75% de impuesto al precio final del tabaco. Actualmente, el impuesto es de 67 por ciento. Esta iniciativa recaudatoria presentada por la Alianza Nacional para el Control del Tabaco facilitaría —en caso de que el gobierno federal y los legisladores atendieran esta propuesta— recursos para reconstrucción de los estados afectados por los sismos. Ya concluida la reconstrucción, la medida apoyaría a combatir el consumo del tabaco y a subsanar 75,000 millones de pesos que el sistema de salud gasta anualmente en enfermedades relacionadas con el tabaco.

Periodista y columnista de El Economista, autor de Doña Perpetua: el poder y la opulencia de Elba Esther Gordillo. Elba Esther Gordillo contra la SEP.

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