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Opinión

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La guerra sigue, los precios de materias primas nos acompañan

Buenos días, buenas tardes, buenas noches. No cabe duda de que a todo nos acostumbramos. Ha pasado un año desde del arranque de la guerra en el Mar Negro, y mucha volatilidad hemos experimentado.

Al principio, los peores miedos se expresaron en precios altos que al mundo le dio argumento para justificar la narrativa de la hambruna. En su momento algunas líneas dediqué en este espacio en ese sentido, y lo que en su momento dije, ahora más que nunca lo sostengo. El mundo no se quedará sin materias primas, las empresas se quedarán sin márgenes y el consumidor sin capacidad de compra, pero nunca habrá faltantes.

Lo anterior suena crudo, pero es real pues la diferencia en los precios no se da desde la interpretación o contabilización de lo que existe. Se da desde la conexión de lo que está disponible y en este mundo complejo, lo que está disponible tiene un precio diferente a lo que hay en existencias.

El Mar Negro es un ejemplo claro. Hay mucho grano, pero la guerra lo hizo dudosamente disponible y a la fecha sigue ese tratamiento. En breve tendremos que ver si el acuerdo exportador para Ucrania vía el Bósforo se extiende o se reestructura, los números no mienten y llamarle corredor humanitario, dista mucho de serlo una vez que el grueso del granel ucraniano llega a Europa.

La situación del Mar Negro en adelante hará más angosto el trámite de paciencia cuando los cultivos del mundo fallen, pero sabremos darles la debida proporción.

La narrativa de la guerra relativa de mercados ha sido exasperante para muchos operadores que temiendo lo peor, en su momento aplicaron primas de riesgo enormes en mercados agrícolas y energéticos. El de hoy es un mundo nuevo en todos los órdenes, honestamente las señales y estudios estacionales del pasado en nada ayudan en la operación presente. Desde los mercados externos se ha orquestado un torrente de liquidez inédito que derivó en una escalada de inflación insostenible, y hoy buscando atenuar estos vestigios encontramos un mercado confundiendo la fuerza producto de los remanentes del shock de liquidez con potencia económica.

La Reserva Federal seguirá apretando el paso para cerrar filas inflacionarias, sin embargo, la medicina está siendo complicada, pues trae efectos secundarios que crean más enfermedad y las dosis con las que se aplica el tratamiento parece que están mal estructuradas.

Piensa en la economía como un paciente enfermo. El medico hace un diagnóstico probable sobre una patología similar a lo que ha tratado en el pasado alguien, pero no en la misma proporción, aun así, sigue el tratamiento que más cree ser exitoso. Le aplica al paciente la primera dosis y a los 15 minutos evalúa de nuevo, como no ve mejoras, le aplica otra dosis, como no ve mejoras inmediatas tras otros 15 minutos le aplica otra dosis y quizá el remedio es el correcto, pero la aplicación es la incorrecta y si bien la medicina hará su trabajo en el tiempo, el exceso podría derivar en complicaciones secundarias que terminen siendo más complicadas que la patología original.

El mercado opera, en consecuencia, de manera acorde o discorde y lo que parece un espacio complejo y sofisticado se torna en una casa de apuestas donde nadie sabe nada, pero todos opinan. Siendo lo sarcástico que soy entiendo de todo esto que habrá siempre una narrativa que intente enmarcar el acontecer diario que es fácil de cambiar de acuerdo con lo que vaya sucediendo, y por ello, doy por hecho que el mercado se mantendrá irracional más tiempo que uno solvente, y eso es un gran riesgo.

La continuidad de tu negocio en el largo plazo no depende de saber lo que va a suceder, eso de una manera u otra ya lo sabes, lo que no podrás acomodar en la misma atmosfera de decisiones es cuándo va a suceder y por ello vivimos descalzados del pronóstico por lo cual, la administración de riesgos es el único vehículo seguro que te permitirá amarrar márgenes y trabajar en escenarios cambiantes y volubles.

Cerramos destacando que el hemisferio norte en breve lanzara la campaña productiva de primavera, las siembras arrancarán en breve y con el clima saliendo de niña a neutral, habrá temas climáticos atípicos y ya los estamos viendo en todo el mundo. Los brasileños regresan del carnaval cosechando soya a todo galope y parece que hay más de lo que pensaban. Atrás de esa cosecha vendrá el maíz tardío que promete para julio en adelante inundar al mundo de maíz.

Los estadounidenses serán los amos y señores de la comercialización de granos en lo que llegan los cultivos tardíos y cerramos el capítulo catastrófico argentino que este año ha recibido más plagas que los egipcios en su momento allá en los días bíblicos del ayer. El maíz promete correcciones de precisos bajistas, y la harina de soya un baño de realidad pues está muy encumbrada y nada dura para siempre. La crónica permanente del cambio caprichoso en precios es la nueva normal, si tu negocio es capaz de pasarle estos cambios de precios a sus clientes sin resistencia estás de maravilla, de lo contrario, estarás obligado a manejar prudentemente tus riesgos de precio. ¿Estás en buenas manos?

aochoa@rjobrien.com

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