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Opinión

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¿Lavado de dinero con remesas? (II)

Comentábamos la semana pasada que en vista del gran crecimiento que durante los últimos años han mostrado las remesas que envían los migrantes mexicanos, se podría sospechar que las remesas son utilizadas como un vehículo para lavar dinero.

Algunos han argumentado, sin bases estadísticas sólidas, que una evidencia de lavado es que las remesas recibidas por los hogares receptores son demasiado elevadas y por tanto poco creíbles. No obstante, datos duros calculados por el CEMLA indican que hay 11.1 millones de adultos receptores de remesas y 4.9 millones de hogares que las reciben. Efectuando unos cálculos y usando encuestas, el CEMLA obtiene que, en promedio, la remesa mensual por adulto receptor es de 337 dólares mensuales y de 763 dólares al mes por hogar receptor.

Que un hogar reciba en promedio 763 dólares mensuales de parte de prácticamente dos adultos, luce razonable en relación con el ingreso que percibe un mexicano inmigrante en una ocupación de tiempo completo. Por ejemplo, citando otra vez al CEMLA, en 2021 un trabajador mexicano inmigrante ocupado ganó 46,335 dólares anuales, lo que corresponde a un ingreso de 3,861 dólares mensuales. Ello implica que la remesa mensual de 337 dólares es el 8.7% del ingreso mensual. Comparado internacionalmente, es un monto inferior a la proporción del ingreso que mandan a sus países los inmigrantes de El Salvador, Filipinas, Costa Rica, Honduras y Guatemala. Por ejemplo, el porcentaje enviado por los migrantes de Honduras se ubica en cerca de 30% y entre 35 y 40% el de los guatemaltecos. En esos países la red de apoyo familiar es muy fuerte simplemente porque sus familiares requieren mayores recursos para subsistir. Así, para remitentes mexicanos, ese monto bajo no hace sospechar de operaciones de lavado.

El extraordinario crecimiento de las remesas hacia México en los últimos años se explica porque ante la recesión del 2020 y la crisis, los migrantes se solidarizaron con sus parientes en México, brindándoles apoyo a muchos que perdieron su empleo o que sufrieron caídas en sus ingresos. Pero éste es un logro de la política contracíclica del gobierno de Estados Unidos que apoyó a los hogares (incluidos los migrantes) en 2021 con cheques en montos cuantiosos, y a que la economía se recuperó rápidamente con lo que muchos migrantes recuperaron sus empleos.

Así, es poco probable que a gran escala los cárteles utilicen a las remesas para lavar dólares. Expertos en medición de balanza de pagos calculan que las operaciones irregulares de remesas podrían corresponder a menos de 1% del total.  Lo que no se puede descartar es que haya remesas de procedencia ilícita del narcomenudeo, pero es difícil de detectar, porque el ingreso de un narcomenudista es el “sueldo” que obtiene del mayorista, y parte de ese dinero fácilmente lo puede mandar sistemáticamente como remesa a México. ¿Cuánto hay de eso? Difícil saberlo. Se concluye que no se puede descartar la utilización de remesas para lavar dinero, pero en todo caso, correspondería a un monto insignificante en relación con el total de remesas que este año podrían alcanzar casi 60,000 millones de dólares.

Twitter: @frubli

Economista egresado del ITAM. Cuenta con Maestría y estudios de doctorado en teoría y política monetaria, y finanzas y comercio internacionales. Columnista de El Economista. Ha sido asesor de la Junta de Gobierno del Banxico, Director de Vinculación Institucional, Director de Relaciones Externas y Coordinador de la Oficina del Gobernador, Gerente de Relaciones Externas, Gerente de Análisis Macrofinanciero, Subgerente de Análisis Macroeconómico, Subgerente de Economía Internacional y Analista.

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