Lo que dicen de nosotros los recetarios de cocina

Hoy en día, algunas de las publicaciones más virales en redes sociales son aquellas que involucran videos donde se muestra la preparación de recetas de cocina que al ojo del espectador se muestran fáciles, vistosas y sabrosas. En un video de máximo tres minutos, se nos muestra la forma de hacer un pastel digno de chefs pasteleros o un asado espectacular. ¿Por qué funcionan? Si bien todos comemos, no todos tenemos la misma fascinación con la comida. Sin embargo, ver videos resulta en una especie de voyeurismo glotón: ver también alimenta el placer. Esta dimensión visual es una nueva manifestación de los libros de cocina que han acompañado a la humanidad durante siglos.

Los primeros ancestros de los libros de cocina, fueron recetas de cocina en tablas de arcilla escritas en idioma akkadio, en Mesopotamia. Desde entonces, la transmisión de recetas de cocina era algo que formaba parte de la vida social. También se tienen rastros históricos de recetas escritas desde el Imperio Chino. Se cree que muchos de ellos desaparecieron, pero de los rastros más antiguos de recetarios de cocina, se tienen algunos del siglo XIII en Europa en Alemania, Cataluña y Valencia.

El punto es que los recetarios de cocina no son sólo una lista de ingredientes e instrucciones sobre la confección de un platillo. Son más que eso: ellos nos hablan de algunos aspectos sociales de la época. Los recetarios de cocina son vestigios de la transmisión culinaria. Sin embargo, simplificar los contenidos de los recetarios a equivalentes de lo que en realidad se comía es creer que en algunos siglos, los videos virales de redes sociales de recetas reflejan lo que comemos día con día, lo que no necesariamente es fidedigno.

Lo que sí podemos inferir es que a través de los recetarios nos damos cuenta, por ejemplo, de las normas morales de alguna época. Los recetarios de cocina en México que aparecieron en el siglo XIX, contribuyeron a formar un proyecto de nación por medio de la creación de un imaginario de cocina mexicana . Según la historiadora Sarah Bakgeller, estos recetarios contribuyeron a la construcción de la identidad de lo que es ser mexicano, por medio de la inclusión de productos endémicos, el uso de un lenguaje culinario nacional y la reapropiación de las recetas prehispánicas.

También a finales del XIX y principios del XX, en Estados Unidos los recetarios eran también un híbrido entre recetario y lista de remedios caseros y cuidado de los enfermos, toda vez que la recuperación de enfermos se hacía desde casa, e incluso, la mayoría de la población moría en sus casas y no en camas de hospital. Hacia los años 60 en México y 50 en Estados Unidos los recetarios de cocina no sólo eran eso, sino verdaderos cánones de cómo se suponía que tenía que ser la esposa perfecta, con normas de protocolo, arreglo e incluso de reglas que había que seguir para recibir al marido en casa. La industria de los recetarios de cocina tuvo un boom, que permitió, por ejemplo, volver íconos gurús a figuras como Julia Child, quién de una manera amena, pretendía domesticar las recetas típicas francesas, que hasta su época eran vistas como inalcanzables para el público masivo estadounidense. Incluso, la industria se desarrolló tanto, que al día de hoy existen premios editoriales especiales para los recetarios divididos en diversas categorías, que abarcan desde el tipo de receta hasta la calidad artística de las fotografías de los platillos.

Así pues, los recetarios de cocina no sólo nos hablan de los ideales de comida de alguna época, sino que dejan entrever las ideologías que prevalecen en una época o que se promueven desde algo tan cotidiano y tan al alcance de todos como lo es la cocina. ¿Qué dirán de nosotros nuestros videos virales de recetas para las generaciones venideras?

Twitter: @Lillie_ML