Lectura 3:00 min
Los hilos que detienen al peso
Estamos a 12 días de las elecciones y la cotización del peso frente al dólar se ha fortalecido de forma importante, como nunca se había visto tan cerca de una jornada electoral.
No hay factores internos que expliquen la apreciación sostenida de la moneda mexicana, pero sí hay razones suficientes para tener conciencia de que el mercado cambiario mexicano se ha vuelto altamente especulativo y que en cualquier momento puede darse una corrección abrupta.
Claro, el hecho de que el Banco de México mantenga tasas de interés tan altas explicó en algún momento la atracción de inversiones al mercado de dinero que encontraba un buen rendimiento con un riesgo aceptable, y con una amplia y rápida puerta de salida.
El origen del fortalecimiento del peso fue más bien una debilidad del dólar y aunque el resultado cambiario pueda ser el mismo, las explicaciones no son iguales.
En estos momentos el precio del dólar se ha fortalecido frente a una canasta de divisas de países desarrollados, pero se mantiene depreciado frente al peso mexicano, porque nuestra moneda está en medio de una dinámica especulativa importante.
Hay una idea generalizada de que hay puñetazos entre las empresas establecidas en China para entrar a México y concretar su proceso de relocalización, el muy llevado nearshoring.
La realidad es que los datos de inversión extranjera que tanto presumió el régimen cuentan otra historia. La Secretaría de Economía reportó en cifras preliminares, es importante saber eso, que la Inversión Extranjera Directa durante el primer trimestre de este año fue de 20,313 millones de dólares.
A reserva de confirmar la cifra, es un gran dato, pero hay que ver que de esa cantidad sólo 3% son nuevas inversiones. Tiene su mérito la reinversión de utilidades, que es 97% del registro, pero no hay un éxodo de empresas establecidas en China hacia México.
El hecho de que a tan pocos días de las elecciones no haya una reacción de precaución del tipo de cambio no significa que los operadores no puedan apretar un botón de pánico y salir volando.
Los mercados tienen a la vista el descarado intervencionismo electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador y pocos dudan que pudiera extender sus prácticas ilegales hacia el periodo postelectoral.
La elección del domingo 2 de junio no es un mero trámite y el régimen no tiene ganada la elección, ni la presidencial, ni la legislativa, ni las locales.
Conocemos las reacciones de López Obrador cuando pierde las elecciones, pero no conocemos sus alcances como Presidente de la República.
Entonces, si no es el caudal de nuevas inversiones extranjeras por la relocalización de empresas, si por supuesto que no son las endebles finanzas públicas las que atraen capitales y si no es la actitud democrática de un estadista, que no tenemos, ¿qué hace que el peso tenga esta fortaleza extraordinaria frente al dólar?
¿Podría ser que alguien ha conseguido dólares baratos a la espera de una corrección precipitada que reditúe en buenas ganancias?
Con buenas políticas públicas se puede detonar el nearshoring, las finanzas públicas pueden estar a tiempo de una corrección, pero un arranque autoritario y antidemocrático postelectoral sí podría desatar ese pánico financiero que no queremos ver.