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Opinión

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Marketing y comercialización de la LBM

El balompié en México mueve masas; y no lo decimos sólo como una estimación idealista o un cliché, sino sustentado en datos expuestos por Max Barnett,representante de Nielsen Sports en Latinoamérica, durante una ponencia en 2019, en donde coloca al país como el sexto a nivel mundial en cuanto a cantidad de población con afinidad a este deporte.

Basados en este dato, ¿por qué no buscar alternativas que lleven futbol profesional a entidades en donde no había ésta posibilidad, existiendo tanto potencial de mercado?, ¿o por qué no ofrecer nuevos formatos futbolísticos al mercado?

Después de una larga planeación, la Liga de Balompié Mexicano (LBM), dará la primera patada el próximo otoño en la ciudad de Ensenada, B.C., (siempre y cuando la contingencia sanitaria del COVID-19 lo permita), pero, ¿cuál es la planeación comercial y mercadológica que sustenta éste ambicioso proyecto?

Primero, establecimos un control de egresos de los clubes mediante la creación de topes salariales, para asegurar un ROI (Retorno de Inversión por sus siglas en inglés) en el menor plazo posible para sus clubes participantes. Después, entre otros puntos, se desarrolló un programa de patrocinios globales, que permita ofrecer a los stakeholders un mayor beneficio equitativo para los equipos, logrando, además, una mayor exhibición de marca y dinámicas de trade marketing para los patrocinadores en todas las plazas en donde tendremos presencia, además de todas las eventualidades propias de la LBM; sin dejar de lado el desarrollo de la estructura de merchandising a través de comercio electrónico y módulos físicos de venta durante los eventos.

Pero no bastará la gran expectativa mediática que este proyecto ha despertado, para asegurar la extensión de la curva de crecimiento y éxito comercial.

Hoy el fan demanda toda una serie de experiencias que le hagan evidente esa diferenciación con otros espectáculos (deportivos y culturales). Y es ahí donde enfrentaremos el siguiente reto, de forma simultánea al lanzamiento, la creación de identidad y fidelización de nuestra afición a través de experiencias que fortalezcan el vínculo con “su nuevo amor”.

En agosto próximo se contempla el lanzamiento de una campaña de marketing 360º, que comunicará la oferta de valor de la LBM como producto deportivo, pero, además, se contemplan una serie de iniciativas, en coparticipación con marcas patrocinadoras, que provocarán vivencias atractivas y emocionales para los asistentes antes, durante y después del juego.

Por ejemplo, mediante la integración de plataformas de venta de boletos, conscientes de que ahí comienza a jugarse nuestro partido, hasta el momento en que se abandone el inmueble o se cierre la transmisión a través de plataformas.

La pandemia afectó la industria de espectáculos en el mundo y nos exige fortalecer el desarrollo de ideas de innovación y creatividad que contengan, además, nuevos modelos de comercialización que aseguren el desarrollo y crecimiento financiero de las entidades deportivas.

La LBM nació en un momento complicado social y económicamente; y tal vez ahí radique su mayor fortaleza, pues su capacidad de adaptación a nuevos ambientes, escribiendo sus propios patrones de desarrollo, abrirán un nuevo paradigma deportivo y financiero en Latinoamérica.

Edgar Méndez Gutiérrez, Director Comercial de la Liga de Balompié Mexicano.

@SomosBalompie

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