Lectura 8:00 min
México, el ganador de la rivalidad: China-Estados Unidos
México es amigo de todos y no toma partido del lado de nadie
Cuando usted despeja los factores en la ecuación de neutralidad de arriba, el ganador tiene que ser México. Pero usted también se tiene que preguntar, igual que se pregunta mucha gente en Washington, si en un nuevo mundo definiéndose en dos polos económicos, México es en realidad neutral. O, si como ya hizo favoreciendo a Rusia, ahora escoge favorecer a China por sobre su cercanísima y dependiente relación con Estados Unidos.
Por esa sola razón era impensable que el presidente mexicano no acudiera esta semana a San Francisco para la reunión de “Asian Pacific Economic Cooperation” (APEC), (Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico). Aunque “ojo” fue la reunión del presidente López Obrador con el presidente Biden la que definió este viaje, no la reunión con los 20 otros países que con México forman la zona de influencia comercial de la cuenca del pacífico.
El encuentro económico en San Francisco
Para nuestra economía en México es imperativo estar en este foro cuyo enfoque principal es la facilitación del crecimiento económico, la cooperación técnica, la liberalización del comercio y las inversiones en la región Asia-Pacífico.
Recuerde usted que APEC es una reunión entre 21 economías. No entre países.
En esta cumbre económica, hay varios países asiáticos que estarán sentados entre Estados Unidos y China. Qué situación tan difícil tener que tomar partido o ser totalmente imparcial a la competencia de los dos aspirantes a ser la principal potencia en el planeta.
No hay guerra fría con China, lo que hay es una paz que es fría también
A medida que esta rivalidad se intensifica, tenemos que preguntarnos qué tan distinta es la competencia con China por el nuevo dominio económico, comparada con la vieja rivalidad, por el dominio militar que por 50 años dividió a Estados Unidos de la vieja Unión Soviética. Si esta es la nueva versión de una guerra de predominio económico, entonces espere usted que conlleve una paz que necesariamente tendrá que ser fría también.
Al llegar esta semana a San Francisco muchos países asiáticos están observando con enorme preocupación que hará Washington para mantener su rol de líder económico global. Y como al hacerlo, tendrá como obligación fundamental contener la enorme presión de la influencia china en Asia.
Los países asiáticos odian tomar partido en esta poderosa competencia chino-estadounidense, y no tienen empacho en rechazar la presión de tener que tomar partido.
Nosotros en América Latina, tenemos también otra nueva organización, llamada “Americas Partnership for Economic Prosperity” (APEP), creada por Washington y definida como una “Alianza Para la Prosperidad Latinoamericana”. Recordemos que uno de los objetivos más importantes de APEP es no permitir que la influencia china en el continente crezca, y que además, en las Américas, se haga todo para sacar a China del hemisferio.
México, Chile y Perú, los 3 países latinoamericanos que asisten a la APEC, en San Francisco, tienen muy definidas sus alianzas con Estados Unidos. Al mismo tiempo, no tienen ningún interés en alejarse de la economía china. ¡Y cuidado! Sería un gran error comparar a las tres economías latinoamericanas porque son totalmente distintas una de otra.
Los mexicanos tenemos una ventaja estratégica que nadie puede superar. Somos la puerta de entrada al enorme mercado norteamericano que, junto con nosotros, completan Estados Unidos y Canadá.
Y eso me trae a otro punto en esta columna. Desde hace tres años muchas de las empresas estadounidenses avecindadas hace años en China se empezaron a mudar a México, y muchas empresas chinas empezaron a hacer lo mismo.
Las razones otra vez están en los beneficios estratégicos que México ofrece y que no se pueden duplicar en ningún otro sitio en el mundo: cero tarifas para los productos hechos en México, costos muy baratos de mano de obra y costos bajos de transporte de las mercancías hechas en México para los mercados de Estados Unidos y Canadá.
El tercer punto es una pregunta. ¿Por qué no hemos aprovechado nuestras ventajas?
Cuando la guerra comercial entre China y Estados Unidos empezó en el 2018, y Trump les impuso un arancel especial del 25% a 200 productos chinos y otro round de tarifas afectó en septiembre del 2019 a ropa, calzado y otros productos llegados de China, los fabricantes del mundo establecidos en territorio chino se dieron cuenta del creciente número de inconveniencias que sus inversiones estaban enfrentando y adivinaron que eso empeoraría con el tiempo. Y muchos de ellos corrieron a buscar en donde poner sus fábricas.
Los elementos en contra de China fueron la distancia y los costos de producción que van en aumento. PERO--- y este es un PERO con mayúsculas, principalmente fue lo autoritario de un régimen que sigue siendo comunista y sus claros indicios de que Xi, tiene vocación de dictador.
Recuérdelo siempre... “El miedo es el peor enemigo del dinero y la inversión”.
Hace dos y tres años que hubo artículos en los diarios financieros del planeta en los que se decía que claramente, México sería el ganador de esta pelea. Porque las desventajas chinas eran exactamente lo opuesto en México: distancia corta a Estados Unidos, mano de obra calificada y barata y un sistema democrático representativo.
Fue cuando la secretaria de Economía de México confirmo con estadísticas y números que cientos de compañías basadas en territorio chino y hasta en Hong Kong en el 2021, invirtieron en México 607 millones de dólares. Esa inversión tan respetable, convirtió a la República Popular China en el noveno inversionista en México, solo detrás de Corea del Sur.
Aquí hay que aclarar, no son inversiones de China, son inversiones de capital privado chino.
Estas cosas se mueven muy rápido y México, como consecuencia, vio subir el valor de sus exportaciones al vecino del norte, en más de 3,500 millones de dólares. Los expertos ratificaron que esta era la consecuencia directa de la guerra comercial entre los dos gigantes. Porque las nuevas inversiones estaban ya produciendo nuevos “productos mexicanos” para venta en Norteamérica.
Regresando a la ecuación del principio: México gana siendo imparcial
El problema es que nuestras ganancias deberían ser tres o cuatro veces más de lo que han sido. Tristemente estamos desaprovechando oportunidades que ocurren solamente una sola vez en la vida.
Esta guerra entre China y Estados Unidos era ya para sacarnos de pobres, pero no ha sido así.
La Secretaría de Economía, confirmo que el año pasado México atrajo inversiones de 1,289 empresas chinas y con eso se convirtió en el segundo socio importador de México después de Estados Unidos.
Las buenas noticias son que el nearshoring y el friendshoring están funcionando.
Apenas este domingo 12 de noviembre, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet L. Yellen, al margen de las reuniones de APEC, en San Francisco, se reunió con Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda y Crédito Público de México, ambos lo hicieron para enfatizar que México y Estados Unidos son dos socios con alianzas muy fuertes.
Pregunta ¿Era esto necesario? – Respuesta, sí, en este momento lo era.
Estados Unidos no quiere que China tenga dudas. Los mexicanos son más aliados económicos de Estados Unidos que de China.
¿Qué esperar de APEP?
Los presidentes Xi Jinping y Joe Biden buscarán restaurar las comunicaciones militares entre los dos países, interrumpidas totalmente desde hace dos años. Nadie quiere un accidente militar por falta de comunicaciones y de entendimiento.
Usted puede estar seguro de que ambos recuerdan el consejo de Don Corleone; “... Mantén cerca a tus amigos... y aún más cerca a tus enemigos”.
Los países asiáticos necesitan saber que, a pesar de la rivalidad, ellos mantendrán su independencia. Washington cometería un enorme error forzándolos a tomar partido, por eso su mensaje será que el crecimiento asiático seguirá a pesar de las rivalidades y para eso Biden usará como ejemplo a Corea del Sur.
En México, mientras el sector público se distrae con sus elecciones y sus disputas, el sector privado hará bien en seguir avanzando y preparándose para que el próximo gobierno mexicano no desaproveche en el siguiente sexenio esta oportunidad de oro de esta rivalidad entre Estados Unidos y China.
Dicho ya hasta el cansancio el único beneficiario de esto es México. A ver si ahora si, en el próximo gobierno finalmente salimos de pobres.