México tiene el costo sobre el espectro radioeléctrico más alto a nivel mundial y eso lo coloca en una peligrosa paradoja porque ni recauda más, ni logra impulsar el desarrollo de la infraestructura digital. Es un caso de estudio, porque es prácticamente único en el mundo. Telefónica devolvió todo su espectro, por incosteable. ATT inició el mismo camino en esa dirección, al devolver parte de su espectro. El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), declaró “desiertas” prácticamente todas las frecuencias colocadas en subastas recientes. Y el gobierno decidió “congelar” es decir, no elevó el costo del espectro radioeléctrico. Al mismo tiempo, Hacienda comenzó a registrar menos ingresos por la devolución del espectro radioeléctrico que han hecho algunos operadores. La consecuencia de la política recaudatoria que ha aplicado el gobierno mexicano es que se está rezagando en la evolución hacia las nuevas generaciones de tecnologías, como la 5G, la quinta generación de tecnología celular inalámbrica. Todo eso está ocurriendo justo cuando México tiene frente a sí la gran oportunidad de la relocalización de empresas o nearshoring. Para aprovechar este fenómeno mundial, México tendría que estar avanzando más aceleradamente en el desarrollo de su infraestructura digital para proveer de los insumos necesarios en materia de telecomunicaciones a las empresas e inversionistas que podrían llegar al país. El diagnóstico es de Paul Castels, jefe de análisis económico de la Asociación Global del Ecosistema Móvil (GSMA). En días pasados, pude platicar con él. Estuvo de visita en México para presentar el último estudio que hicieron sobre Nuevas Tecnologías, 5G y Precios de Espectro. Castels es un experto en tendencias en telecomunicaciones y una autoridad en temas de costo de espectro radioeléctrico. Hace un año, GSMA calculó que México tendría 5 millones más de personas conectadas, si los precios del espectro fueran similares a los de otros países de la región. En agosto de este año, el IFT propuso al gobierno mexicano reducir 50% el costo del espectro, con lo que se reduciría en casi 8 mil millones de pesos anuales la recaudación, pero favorecería la conectividad. La Secretaría de Hacienda, de Rogelio Ramírez de la O, hizo caso omiso de la recomendación del regulador de las telecomunicaciones y sólo evitó la actualización del costo del espectro. Castels opina que el motivo principal y casi único por el que el precio del espectro en México es tan alto es por una vocación recaudatoria por parte del Estado en cuanto a su gestión del espectro radioeléctrico. En el mundo –dice– solo hay dos vocaciones: una que gestiona de manera eficiente el espectro radioeléctrico, al asignarlo mediante la oferta y la demanda, a aquellos agentes que ofrecen mejores planes de inversión y desarrollo para lograr una mayor conectividad, digitalización y adopción de las nuevas tecnologías. Y la vocación cortoplacista y miope: la recaudatoria que al final lleva al encarecimiento y entorpecimiento del desarrollo de las telecomunicaciones. Hoy México no está logrando maximizar sus ingresos ni está impulsando el desarrollo de las tecnologías. En México el precio del espectro radioeléctrico, a pesar de que se realizan subastas entre los agentes económicos, el precio se fija en un 85% con la aplicación de la Ley General de Derechos que, se actualiza cada año, y se aprueba en el Congreso, por lo que está sujeto a los vaivenes y decisiones particulares de cada año. Eso ha ocurrido en la última década. Por eso México tiene hoy uno de los costos del espectro radioeléctrico más caros del mundo y más del doble de lo que cuesta a nivel regional. En virtud de la vocación de desarrollo de las telecomunicaciones que se está aplicando en otros países de Latinoamérica, varios países de la región están avanzando más rápidamente que México en la adopción de nuevas tecnologías y en la cobertura y calidad de sus servicios. En México, advierte el experto, falta determinación política del gobierno para tomar las medidas necesarias en torno al costo del espectro radioeléctrico. Lo que está claro, en la perspectiva de GSMA que analiza lo que ocurre en el mundo, es que a nivel internacional, la evolución de las generaciones de tecnologías, se basa en una política de Estado que antepone el desarrollo de la infraestructura de las tecnologías, sobre el propósito recaudatorio. Al tiempo.