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Morena no pasó la prueba del ácido
Morena no pasó su primera prueba de fuego, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) invalidó la convocatoria para renovar la dirigencia nacional.
Yeidckol Polevnsky fue incapaz de organizar una elección apegada al marco estatutario de su partido, el TEPJE consideró que Morena violentó el derecho de asociación de los simpatizantes y adherentes de su partido al cerrar la incorporación al padrón.
En sus tres años de vida política fue capaz de ganar la presidencia de la república, pero no pudo elaborar un padrón confiable, tarea que le fue impuesta el exsecretario de organización de ese partido Gabriel García, del mismo que hoy dependen los servidores públicos de la nación. Dicha estructura es la apuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador para retener las mayorías en el Congreso y lograr los votos necesarios en la polémica revocación del mandato.
La dirigencia encabezada por Polevnsky no pasó la prueba del ácido de la democracia partidista, fue incapaz de salvaguardar los derechos de sus asociados para renovar su dirigencia partidista, así como de elaborar un padrón validado por el Instituto Nacional Electoral (INE).
Las voces en Morena, entre ellas la de Bertha Luján, insinúan que hubo mano de negra en la resolución número SUPRA 1573/2019, promovida entre otros por el senador suplente Alejandro Rojas Díaz Duran; sin embargo, la resolución es muy clara, no se pueden suspender los derechos de libre afiliación y libre asociación, son derechos humanos establecidos en la constitución, que no están al arbitrio de partido político alguno.
Sería útil que la dirigencia acate la decisión del TEPJF y se ponga a trabajar en elaborar un padrón partidista confiable. De lo contrario muchos reveses sufrirá su proceso de renovación partidista, sobre todo considerando la propensión de su militancia para interponer recursos jurídicos ante el Tribunal Electoral.
El senador suplente Alejandro Rojas Díaz Duran logró evidenciar las triquiñuelas de la nomenclatura morenista en su afán por conservar la dirigencia nacional. La nomenclatura se muestra fracturada, Polevnsky tuvo fricciones con todos los que pudo, fueron notables sus diferencias con Mario Delgado, con Bertha Luján y su antiguo empleado Gabriel García.
Habrá que esperar qué se decide para rescatar ese partido, alternativas hay muchas, lo que no se ve son ganas abrir espacios democráticos. El brazo político de AMLO nomás no termina de despegar. El mismo AMLO amenazó con irse de su partido ante el agandalle morenista ¿será que quiera hacer otro? El caos político se cierne sobre Morena.