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Opinión

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¿Quién puede rescatar a los bancos?

Por lo pronto, el mes de noviembre ha vuelto a ser uno de rendimientos negativos en casi todo el espectro de instrumentos financieros. Las bolsas en general continuaron cayendo. La volatilidad sigue siendo elevada y la preocupación-decepción de los inversionistas es notoria.

Vamos a intentar en éste y un par de comentarios más analizar qué factores pueden cambiar el estado de las cosas. A final de cuentas, el humor de los participantes en los mercados ha sido voluble en el año que todavía transcurre. Preguntémonos ¿qué puede hacer que de nuevo haya un sentimiento positivo tanto a nivel global como local? Entendido éste como una nueva propensión a invertir en activos de riesgo.

Por supuesto, la primera respuesta, en el ámbito global, es obvia: la Reserva Federal de los Estados Unidos. ¿Cómo? Moderando la trayectoria anticipada de aumentos a las tasas de referencia.

Hasta el momento, el Comité de Mercados Abiertos de la FED ha mantenido la indicación de que cerrará el año aplicando un aumento más en el mes de diciembre y que la tasa de fondos federales que hoy se ubica entre 2.25 y 2.50% podría ubicarse entre 3.00 y 3.25% el año próximo; es decir, al menos dos incrementos más.

Éstos son los pronósticos que en promedio han hecho los mismos miembros de dicho Comité, en el que además anticipan hasta ahora que en el 2020 podría continuar la trayectoria de alza hasta un nivel máximo de 3.50 a 3.75 por ciento.

Sin embargo, hay factores que evolucionan en estos momentos a favor de una moderación. El primero es el descenso del crecimiento a nivel global. A lo largo del año la actividad económica del mundo desarrollado ha perdido fuerza; en Europa, Japón y China, se observa una desaceleración que parece continuar hacia el cierre del año. Esto genera una menor demanda global que, de alguna manera, también repercutirá en la dinámica de la economía de Estados Unidos.

En Norteamérica, el crecimiento acelerado que vimos en el verano parece también perder fuerza. A pesar de los muy bajos niveles de empleo, este factor no ha logrado hacer despegar de manera consistente a la economía. La menor demanda global, el desvanecimiento de los estímulos fiscales y el efecto de los aumentos en las tasas de interés que se han aplicado a lo largo del año hacen a muchos anticipar un año de menor crecimiento en el 2019.

Por otro lado, la fuerte disminución registrada en los precios del petróleo y la gasolina (cerca de 20%) en tan sólo un mes genera un ambiente menos propicio para que continúen las presiones sobre la inflación.

Por último, y no menos importante, el ajuste en los mercados financieros representa por sí solo un elemento que hace que las condiciones financieras se restrinjan; es decir, que el flujo de recursos a los sectores productivos cuente con un menor desplazamiento, algo que se pretende lograr vía mayores tasas. Luego, la caída prolongada de las bolsas ejerce también menos presión sobre la Fed para subir las tasas.

En los mercados, hemos visto en días recientes reflejarse esta expectativa de una moderación e incluso de la interrupción de los aumentos a las tasas por parte de la Fed hacia la mitad del 2019. Los futuros de los fondos federales predicen menores aumentos y vuelven a ubicarse muy por debajo de los augurios hechos por el instituto central.

Para los inversionistas que les preocupa la desaceleración en la tasa de crecimiento, sería una muy buena noticia que la Fed reconociera que no puede aumentar más las tasas de interés. Ello podría hacer que, a pesar de un menor crecimiento en utilidades, las valuaciones de muchas emisoras luzcan de nuevo aceptables.

No obstante, para terminar, vale la pena reconocer que el camino a la neutralidad (no estímulo–no restricción monetaria) no es nada fácil. Tradicionalmente en estos procesos de ajuste de tasas al alza acaba sucediendo una recesión, algo que muchos analistas anticipan para el 2020. El primer factor que pudiera evitar un descenso mayor en los mercados requiere mucha habilidad por parte de las autoridades. Tal incertidumbre de por sí ya no es una buena noticia en cuanto a la persistencia de volatilidad.

*Rodolfo Campuzano Meza es director de Estrategia y Gestión de Portafolios de INVEX. Cualquier pregunta o comentario puede ser enviado al correo: perspectivas@invex.com

Twitter: @invexbanco

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