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Opinión

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Rusia: ¿cañones o mantequilla?

¿Por qué Moscú debe gastar en armas y tropas 775,000 millones de euros al 2022? De hacerlo, será a costa de la producción de bienes civiles.

¿Producir armas (cañones, tanques, rifles y granadas) o mantequilla (alimentos, ropa, casas-habitación y escuelas)? El dilema parece -y en cierto sentido lo es- de libro de texto. La Alemania nazi no vaciló ante la disyuntiva entre dedicar su capacidad productiva a producir cañones o bienes en beneficio de la población. Se inclinó abiertamente por la producción de armas. Y el imperio que, supuestamente, duraría 1,000 años terminó destruido por completo a manos de los ejércitos de sus enemigos ancestrales.

Durante la llamada Guerra Fría contra EU, la Unión Soviética confrontó ese dilema. La decisión de competir en una carrera armamentista desenfrenada condenó a que el bienestar de sus habitantes quedara severamente relegado. De ahí, la paradoja de que mientras el imperio soviético retaba a EU en cuanto a la producción de armamento los niveles de bienestar de la población se quedaron lastimosamente estancados.

Se dirá que era imposible que la URSS no confrontara militarmente a EU. Se trataba del país que había asumido la misión histórica de derrotar al capitalismo. Había que mostrarle a la humanidad y a la posteridad la superioridad del sistema económico fundado en la planificación central sobre la economía de mercado. Si el comunismo desapareció en Rusia y no subsiste ya la confrontación entre la economía de Estado y el capitalismo, ¿por qué Vladimir Putin ha hecho un llamado en favor del rearmamentismo? ¿Por qué de aquí al 2022 Moscú debe gastar en armas y en sus Fuerzas Armadas 775,000 millones de euros? Es posible que la propuesta de Putin sea tan sólo un ardid electoral en su búsqueda por regresar al poder. Pero aun así, el llamado no deja de tener su lado escalofriante. ¿Necesita realmente Rusia gastar esas cantidades tan inmensas para que se sienta segura y que sus socios escuchen atentamente lo que ese país tiene que decir ?

Como se aprecia, el asunto tiene tres dimensiones: la puramente militar, la electoral y la económica. Concentremos la atención en este último aspecto. Los recursos productivos son escasos: en caso de que se utilicen para producir armas, ya no se podrán aplicar a la producción de otros bienes. Si realmente Putin va a producir esa gran cantidad de armas, sólo será a costo de una gran reducción en la producción de bienes de consumo civil. ¡Dios nos agarre confesados!

bdonatello@eleconomista.com.mx

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