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Sin reglas, Insabi tutelará compra consolidada
El Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) no tiene reglas pero ya firmó un convenio trascendental con la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) y se prepara para tutelar las compras de medicamentos.
Las compras las planeará, organizará y ejecutará dicho organismo internacional con sus técnicos, asesores y coordinadores, en tanto que el Insabi ya validó que básicamente le pasará los recursos para llevarlas a cabo.
Hasta ahora se ha entendido que la UNOPS sólo se hará cargo de las compras de medicamentos genéricos (que era lo que incluía la compra consolidada de años anteriores), la cual normalmente era compra consolidada nacional. Ahora será internacional abierta a que participen empresas de todo el mundo, incluidas las de México.
Sin embargo, UNOPS también participará indirectamente en la compra de medicamentos innovadores o de proveedor único; aquellas terapias de fuente única fabricadas por una sola empresa poseedoras de patente. Aquí lo interesante es que las compañías conocidas como BigPharma (reunidas en AMIIF en México presidida por Patricia Faci) que venden estos fármacos de última generación, no cambian en cada país; son pocas y son las mismas. Nos enteramos que para la compra de estas terapias de fuente única el Insabi ya empezó desde hace días el estudio de mercado; ya conoceremos las condiciones.
Por lo pronto, leyendo el Convenio Insabi-UNOPS, en principio queda claro que el documento fue redactado por el organismo multilateral; éste impone todas las reglas y condiciones y México se somete a todo lo que diga UNOPS.
Si dicho Convenio abarca la compra de todos los fármacos genéricos para el Sector Salud (excluyendo a las entidades no adheridas al Insabi), queda claro entonces que este Gobierno prevé dedicar 6,135 millones de dólares (equivalentes a unos 135,000 millones de pesos) para la compra de genéricos para el resto del sexenio, es decir del 2021 al 2024. Esto es, unos 34,000 millones de pesos en promedio cada año, incluyendo también material de curación.
Es un presupuesto que representa cerca de la mitad de lo dedicado anualmente a esos insumos. Si el objetivo repetido por AMLO es ampliar la cobertura con medicamentos gratuitos a todos los mexicanos no derechohabientes, la duda abierta es qué tanto lo conseguirán. Porque tendría que dedicarse mucho más.
Es de esperarse que con contratos multianuales que implicarán cuantiosos volúmenes de compra, se conseguirán precios y condiciones inmejorables de parte del proveedor. Pero ello está por verse porque gobiernos anteriores ya les habían apretado bastante los precios a las farmacéuticas mexicanas.
Cuánto pagará el gobierno mexicano a UNOPS
El costo por los servicios de UNOPS será el equivalente a 2,875 millones de pesos. Es presupuesto que se dedicará a pagar a personal extranjero -técnicos calificados en adquisiciones, logística, contratación- que logrará una gran experiencia en México (pues será la más grande operación en su tipo que habrá hecho la UNOPS en su historia), y que sin duda también lo tenemos en México pues el IMSS tenía experiencia de casi una década haciendo compras consolidadas con gran éxito y millonarios ahorros.
Lástima que por la enorme desconfianza el Gobierno actual pierde oportunidad de contratar a talento mexicano en estos rubros. Ahora México incentivará el desarrollo de especialistas que trabajarán desde el extranjero para el Insabi y vendrán de vez en cuando al país cuando se requiera.
Por último. No es descabellado esperar que al final del proceso que aspira a ser transparente, justo y equitativo sean las empresas mexicanas las que terminen ganando. Por lo pronto, la Asociación Mexicana de Fabricantes de Medicamentos (Amelaf), que llevan Juan de Villafranca y Arturo Morales, ya tocó la puerta de UNOSP y ésta les confirmó que sí podrán participar y que en breve se les convocará a reuniones informativas.
Con el Consejo de Salubridad otro gallo cantaría
Si las cosas en el manejo de la pandemia se hubieran hecho correctamente desde un principio, otro gallo nos cantaría. Si como lo marca la Ley General de Salud en su título décimo, la rectoría la hubiera llevado el Consejo de Salubridad General (CSG), no se hubiera politizado lo del semáforo epidémico y no hubiera habido margen para que gobernadores decidieran sus propias medidas. No habría necesidad de estarles indicando lo que se puede y lo que no, porque todo el camino del CSG para caso de emergencias por epidemia está marcado. Pero no, la estrategia la marcó el protagonista, vocero, ejecutor, estratega y subsecretario Hugo López-Gatell, y ahí están las consecuencias. Ahora los gobernadores, con justa razón, piden empezar por ahí para resolver las cosas.