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Turismo, bandera roja
El turismo en México tiene bandera roja.
El turismo, hay que recordarlo, venía siendo la tercera fuente neta de divisas de México, con una cadena de valor de 65,000 millones de dólares.
Esta actividad venía registrando un diamismo singular que permitió colocar a México en el sexto lugar de los países más visitados.
Hoy, su situación es totalmente distinta.
Prácticamente todas las cifras e indicadores registran severas contracciones para la actividad turística en el primer semestre del año.
Cayó el número de turistas internacionales que nos visitan; la derrama de divisas que dejaron; el número de turistas que llegaron por avión; la ocupación de cuartos de hotel, el consumo por hospedaje tradicional y segundas residentes, el consumo turístico; la visita de turistas estadunidenses y canadienses.
Son cifras oficiales. No son interpretaciones ni proyecciones. Son números que reflejan lo que ya pasó. Más lo que se acumule, porque todo el mundo sabe que la crisis sanitaria no ha terminado.
Es cierto que la pandemia mundial afectó al turismo en todo el mundo.
Pero también es cierto que cada país tiene sus particularidades.
Y aquí en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador, decidió no extender ningún tipo de apoyo fiscal a los sectores productivos, en general, y en particular al turístico.
Prácticamente a todos los dejó que se rascaran con sus propias uñas.
Líneas aéreas, hoteles, restaurantes, toda la cadena padeció y sigue padeciendo los efectos negativos de la crisis sanitaria devenida en crisis económica.
Han estado y siguen estando, totalmente desamparados.
Vimos cómo Aeroméxico, tuvo que acogerse al Chapter 11 de la Ley de Quiebras en EU para reestructurar sus deudas que rondan los 5,000 millones de dólares.
Vimos cómo el Grupo Posadas que incurrió en default cuando venía en un plan impresionante de apertura de hoteles dentro y fuera de México.
Vimos cómo las grandes cadenas hoteleras han pasado las de Caín. Y cómo han padecido los medianos, pequeños y micro negocios de toda la cadena turística.
Las peticiones de todos los sectores involucrados, fueron escuchadas, pero nunca fueron atendidas.
Ahora las cifras dejan ver el resultado del doble efecto de las crisis sanitaria y económica.
Al primer semestre de este año 2020, llegaron al país sólo 13 millones de turistas internacionales.
Esa cantidad representa una caída del 41.2%, respecto del mismo periodo en el año 2019.
Y la derrama de divisas cayó 51.5%, con un ingreso de 5,786 millones de dólares.
En el primer semestre de 2020, arribaron a México 4.9 millones de turistas de internación vía aérea, lo que representa una baja de 53.1 por ciento, comparado con el mismo periodo del año pasado.
El gasto medio de estos visitantes fue de 1,031.6 dólares, con un leve incremento de uno por ciento.
El saldo positivo de la Balanza Turística por viajeros internacionales se ubicó en 4,323 millones de dólares en enero-junio de 2020, esto es 4,079 millones de dólares menos que en el primer semestre de 2019 y una reducción del 48.5 por ciento.
La grave situación del turismo en México se ve más dramática desde la perspectiva del Inegi.
Las cifras de las Encuestas de Viajeros Internacionales (EVI), Turismo de Internación (ETI) y de Viajeros Fronterizos (EVF), revelan que aunque desde junio reabrieron los hoteles, la reactivación se ha registrado mínimamente.
Al cierre de junio se registró una caída de 90.3% en la captación de divisas de turistas internacionales, en relación a junio de 2019, y de 74.3% en los turistas fronterizos.
La mayor caída en ingresos, de 93.4%, se registró en los turistas que llegan a México por vía aérea.
Además de los efectos negativos de la pandemia y la crisis económica, los yerros en las políticas públicas tienen un peso específico en el comportamiento negativo de la crisis turística que se está registrando.
Y si no, al tiempo.