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Opinión

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Una noche con Wilco

Wilco en el Frontón México. Foto EE: Antonio Becerril

Wilco en el Frontón México. Foto EE: Antonio Becerril

El concierto de Wilco en el Teatro Metropolitan de la Ciudad de México en enero de 2020 fue el último resquicio de normalidad antes de la pandemia. La posibilidad de ver a una banda de rock en un foro pequeño, alejado del escenario de un festival, es un espectáculo cada vez más infrecuente. La música de Wilco no necesita de grandes arenas, necesita un espacio íntimo donde pueda generar una conexión con sus escuchas. Hace una semana, la noche del domingo 10 de diciembre, Jeff Tweedy y compañía regresaron a México para llevarnos en un viaje imaginario hasta Chicago, con escalas en California, y a ese viejo y extraño Estados Unidos.  

Originalmente el mítico teatro Ángela Peralta albergaría el concierto, pero tras una serie de problemas con el foro se movió de último minuto al Frontón México. La locación fue la ideal. La banda ofreció una noche de domingo de rock clásico, con su treceavo disco bajo el brazo, Cousin, producido por la compositora galesa Cate Le Bon. Hubo paradas en Summerteeth y Yankee Hotel Foxtrot, con los momentos más coreados con “A Shot in the Arm”, “Jesus, Etc.” y “Heavy Metal Drummer”. 

En su más reciente libro World Within A Song (publicado este 2023), una colección de ensayos sobre música, Jeff Tweedy escribe sobre The Minutemen y cómo las letras de D. Boon lo conectan a una narrativa épica del rock. Una tradición heredada a través de discos, bandas y canciones. “Our Band Could Be Your Life” (Nuestra banda puede ser tu vida). Así es como se apropia el mantra de “History Lesson, Pt. 2”.

En la música de Wilco se me conjuraron imágenes de The Band como una banda clásica de rock tradicional americana. A The Rolling Stones con sus rocambolescos arreglos medio al borde del colapso pero bien amarrados por sus músicos. La batería de Glenn Kotche pasa de tener el ritmo preciso a la Charlie Watts al de una banda de hardcore punk de algún club ochentero. A Thin Lizzy con su ataque de guitarras dobles, cortesía de Nels Cline y Pat Sansone, que se convirtieron en una canción de Pavement durante el solo de “Impossible Germany”. A las canciones tontas de KISS con sus covers para tocar y hasta las coplas de Woody Guthrie con sus estrellas de California. 

La alineación con Jeff Tweedy en la guitarra y voz, John Sitrrat en el bajo, Pat Sansone en guitarras y teclados, Mikael Jorgensen en teclados y Glenn Kotche en la batería hace a Wilco una de las bandas veteranas más imponentes capaces de tener momentos acústicos sublimes con picos llenos de distorsión, discordancia y mucha actitud punk. 

El concierto del 10 de diciembre fue el cierre de la gira de 2023 de Wilco por 56 ciudades del mundo, que cerró con una residencia en la Riviera Maya, para el festival Sky Blue Sky, y una presentación en Guadalajara. El cierre en el Frontón México estuvo acompañado del trío mexicano Mintfield, con una mezcla de shoegaze, trip hop y texturas psicodélicas que sirvieron como un buen aperitivo previo al show.

Wilco se ha convertido en un estandarte de la ciudad de Chicago, creando una iconografía de la ciudad en su música, sus letras, sus portadas y recientemente como un protagonista en la serie de televisión The Bear. El setlist del domingo en la noche con seguridad transportó a algunos a la cocina del chef Carmy Berzatto en el Original Beef de Chicago, mientras sonaban los versos de “Via Chicago”, “Impossible Germany” o “Spiders (Kidsmoke)”.

“Tenemos como 800 canciones”, bromeó Tweedy cerca del final del concierto, “pero hoy sólo vamos a tocar unas 500”. En el setlist imaginario se quedaron varias canciones sin marcar, pero Wilco ofreció un recorrido por sus 13 álbumes de estudio y demostró que son una de las grandes bandas de rock estadounidense que no necesita estadios, festivales masivos, hologramas ni grandes proyecciones para dar un imponente concierto de rock. 

antonio.becerril@eleconomista.mx 

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Coordinador de Operaciones Online. Periodista. Desde el 2019 escribe la columna semanal sobre música “Mixtape” en El Economista. Ha sido reportero de tecnología y negocios, startups, cultura pop, y coeditor del suplemento de The Washington Post y RIPE.

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