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Opinión

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¿Y la promoción del aeropuerto de Santa Lucía?

La próxima inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) es un tema que se comenta por todos lados para mal y para bien. ¿Qué relevancia tiene seguir llamándolo central avionera y promover una discusión al respecto? Ninguna.

Más allá de los llamativos lucha-baños y la distancia con la CDMX (con el creciente tráfico vehicular), hay un tema fundamental que se está dejando pasar: la promoción comercial de sus servicios. La realidad apremia.

El AIFA es un aeropuerto listo para operar comercialmente con tres aerolíneas nacionales y eso va a ocurrir en el cortísimo plazo. El AIFA es un complemento al saturado Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), no un sustituto. El AIFA busca generar su propia demanda, pese a lo complejo que es. El AIFA es como lo pensó una persona: austero-funcional.

¿El AIFA es lo que requería el país? El tiempo dará una respuesta.

La misión de terminarlo en tiempo y forma se cumplió (cierto que hay infraestructuras dentro de la Base Militar que no estarán concluidas para el 21 de marzo, pero no son necesarias).

Luego de los múltiples tours que ofrecieron ingenieros militares para mostrar los avances a grandes personajes, antes de la veda electoral, uno de ellos compartió el sentir en corto de un guía: Sin el uniforme no habríamos logrado la meta.

Ese visitante, además de destacar la impecable logística de construcción al tener tantos frentes de trabajo en marcha (que ya quisiera tener otras obras, según dijo), criticó la opacidad en el manejo del presupuesto federal.

Entre los contenidos compartidos por quienes han recorrido las instalaciones se pueden mirar algunos mini espectaculares de promoción turística de Mahahual (Quintana Roo) o Cholula (Puebla). En la plaza que está a la salida de la estación del tren suburbano que llegará de la estación Buenavista ya luce la bonita marca México. Hay baños temáticos de Pueblos Mágicos y de algunas culturas, pero queda la sensación de que algo falta.

¿Cómo y qué hará el director del AIFA, Isidoro Pastor, para detonar una mayor actividad comercial y promocional, más rutas, más aerolíneas, más pasajeros? Es una incógnita. ¿El titular del aeropuerto tendrá citas de negocio en el próximo Tianguis Turístico en Acapulco?

VivaAerobus, Volaris y Aeroméxico ya están vendiendo los boletos con escasa difusión de ello. A la fecha, no se conoce de alguna campaña de promoción de los primeros destinos conectados (la idónea mezcla de negocios y placer): Cancún, Tijuana, Monterrey, Guadalajara, Mérida y Villahermosa.

Lo deseable es que se empiecen ya a “calentar las rutas” para aprovechar el impulso de los primeros vuelos (a propósito de una de las operaciones de Aeroméxico, a Villahermosa, en el portal visitméxico se lee: desde Villahermosa es posible trasladarse por carretera hacia la zona arqueológica de Palenque, San Cristóbal de las Casas, Chiapa de Corzo y Tuxtla Gutiérrez).

Se necesita promoción turística conjunta, pública y privada. No se mira por ningún lado quién tome la batuta. En otro momento, los involucrados estarían solicitando al Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) campañas cooperativas sin carga al presupuesto federal.

Qué tal vendría una pauta en televisión, radio, redes sociales, portales o revistas con el mensaje: visita y utiliza el AIFA, no está tan lejos.

Es momento de sorprendernos con storytelling militar, con marketing castrense, porque en breve tocará hacer lo propio con el Tren Maya.

Congreso de la AFEET

La mañana del jueves 17 de febrero iniciará en la Ciudad de México el V Congreso Internacional de la Asociación Femenil de Ejecutivas de Empresas Turísticas de la República (AFEET) con una atractiva agenda que tocará los temas que inquietan al sector.

Acorde a los tiempos, se ha informado a los asistentes: para acceder al evento es indispensable contar con una prueba de Covid-19 negativa.

Un año de ¡Es turismo!

Dar gracias es justo y necesario. Iniciaba el 2021 y, sin reserva, el editor de El Economista en línea, José Soto, dio luz verde a este espacio. Un año después (con intermitencias), por esta vía, le digo: gracias, de todo corazón.

alejandro.delarosa@eleconomista.mx

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