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Opinión

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Carranza pionero

Carranza fue el pionero visionario que proclamó por vez primera la necesidad en México de un Banco Único de Emisión.

En mi entrega pasada escribí que, de milagro, se salvó el Banco de México de la furia destructiva que llevó a AMLO a una iniciativa de sus últimos tiempos de gobierno para la extinción de las entidades estatales dotadas de autonomía. No sin alivio, en las cien promesas de arranque para su administración Claudia Sheinbaum confirmó la subsistencia de esa institución clave del país con la salvaguarda de su autonomía. 

Confiando en que se respetará la existencia del instituto central y su muy importante independencia, el momento parece oportuno para reflexionar sobre cómo tuvo lugar su nacimiento. Se trata de una reflexión que parece pertinente, cuando se aproxima el centenario de su nacimiento en el año 1925.

Aunque con muchos otros antecedentes, un momento clave en aquella larga gestación institucional tuvo verificativo exactamente 12 años antes del acto fundacional. En respuesta al asesinato del presidente Madero, en rescate de la legalidad política en el país se había levantado en armas el denominado Movimiento Constitucionalista, encabezado por Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila. Y en septiembre de 1913, en Hermosillo, Sonora, Carranza mostró sus dotes y su visión de estadista en un largo discurso de Estado.

En los pasajes de nuestro interés, expresó el revolucionario coahuilense que una vez derrotado el usurpador Huerta y restablecido el orden constitucional en México: “Cambiaremos todo el actual sistema bancario”. Y parte fundamental de aquella transformación sería la abolición del “derecho de emisión de billetes por bancos particulares”. Al triunfo de la Revolución, el gobierno legal procedería al establecimiento del Banco Único de Emisión que estaría “controlado por el Estado”.

¿Qué había ocurrido previamente? Requerido de fondos para financiar su campaña militar en contra de los revolucionarios, el gobierno espurio de Victoriano Huerta había impuesto a los bancos el otorgamiento de dos préstamos forzosos, los cuales se habían podido otorgar mediante una emisión desbordada de billetes bancarios. Pero en respuesta, esos créditos, forzosos o no, convirtieron a los bancos en enemigos del movimiento constitucionalista.

Desde el punto de vista doctrinal, no era la primera vez que en México se criticaba al régimen de pluralidad de emisores que existía en el país al menos desde el año 1884, bajo el interregno de Manuel González. Tiempo después, un sistema de pluralidad regulada de emisión se consagró en la primera Ley Bancaria impulsada por Limantour en el año 1897. Pero, ciertamente, Carranza fue el pionero visionario que proclamó por vez primera la necesidad en México de un Banco Único de Emisión.

Columnista

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