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Opinión

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Corea del Sur: Han Kang y el Juego del calamar

Seúl. Corea del Sur es la capital del futuro. No podemos distraer la atención sobre un país que no hace muchas décadas decidió dejar de mirar hacia el pasado para apostar por sus nuevas generaciones. No hay esperanza sin futuro y no hay progreso sin internacionalización. 

El país asiático rompe con el determinismo de los mapas para colocarse en el centro del planeta a través de su poderoso soft power.

No es un milagro el éxito de la serie de Netflix El Juego del Calamar ni de la multi premiada película Parásitos; los éxitos fueron incubados en piezas cinematográficas magistrales como lo son Tren a Busan y Old Boy, de los directores Yeon Sang-ho y Pak Chan-uk, respectivamente.

Netflix se ha convertido en la pantalla global que ha puesto en aprietos a cientos de canales de televisión alrededor del mundo. La calidad como disruptor. Países nórdicos y asiáticos no dejan de aprovechar la oportunidad de colocar sus productos culturales en la vitrina global, como lo es Netflix.

O qué decir del Premio Nobel de Literatura. La proyección de la escritora coreana Han Kang se agradece. En las últimas semanas he leído dos de sus novelas: La vegetariana y Actos Humanos. Ambas con profundo sentido literario. Nacida en 1970, Han Kang recurre a la poesía para humanizar a los protagonistas que no siempre se desenvuelven en entornos relajantes. Al paso de las páginas la poesía va colonizando las historias.

La novela Actos humanos recuerda que no hace muchos años Corea del Sur era gobernada por el dictador Chun Doo-hwan. La represión en mayo de 1980 representa un país que nada tiene que ver con su presente; por esta razón sorprende la ley marcial decretada por el presidente Yoon Suk-yeol a principio de este mes. Los mecanismos democráticos provocaron en pocas horas la suspensión de la ley marcial y del propio presidente.

Es la Suprema Corte quien decidirá el futuro del expresidente y a todas leguas se espera una acusación en su contra por el delito de insurrección.

Seúl es una ciudad cosmopolita y saturada de cafeterías. Es imposible recorrer sus calles y avenidas sin encontrar modernas cafeterías convertidas en nodos de socialización, lectura y trabajo.

Su museo de Arte Moderno y Contemporáneo presenta piezas e instalaciones que deslumbran por su creatividad. Por ejemplo, Li Yi-Fan, nacido en Taipei, presenta la instalación cuyo título es: What is your favorite primitive? En ella, aparece un personaje grotesco tomándose una selfie con una vieja cámara Polaroid.

Los jóvenes se han convertido en una especie de embajadores del K-Pop, fenómeno global de la música.

Existen países donde la sensación que el tiempo no pasa.

Corea del Sur piensa en el futuro.

Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

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