Plan Nacional de Energía

Las proyecciones energéticas son altas en este Gobierno que comienza bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum. No sólo por la experiencia y conocimiento de la Presidenta en la industria, sino por el anuncio en el documento de los primeros 100 pasos de su gobierno.

En dicho documento se establece el impulso que tendrá la sustentabilidad y energía limpia, eficiencia energética, electromovilidad, todo ello en un Plan Nacional de Energía, algo que no se había visto en los sexenios anteriores.

Es cierto que había programas sectoriales, pero como Plan Nacional sorprende al sector de forma grata. Al considerar que se podría alcanzar las necesidades que se requieren, quienes saben al igual que a nivel internacional, se sabe que México necesitará 90,000 megawatts en los próximos 15 años, es decir, el doble de lo que hoy tiene instalados. Potencial que en un 90% deberá ser desarrollado de energías limpias, principalmente solares.

Ante el reto y aunque el apetito de inversionistas en el sector es latente, la realidad es que se espera un periodo lento antes de que detonen las energías limpias, esto debido a la evaluación que deberán hacer los inversionistas ante las recientes reformas que se aprobaron en México.

Pero de que se necesita la participación de la iniciativa privada en la red de transmisión y distribución es más que evidente, para atender la demanda de corto y mediano plazo y desahogar las congestiones de energía que ya se tienen.

Las inversiones son de miles de millones de pesos en líneas de transmisión plantas y refinanciamiento. Mismas que deberán estar alineados a los estándares internacionales, por lo menos de Estados Unidos y Canadá nuestros principales socios y con quienes se revisará este apartado a finales del próximo año.

Donde el detonante de las energías limpias será prioridad, con reglas e inversiones claras. Se prevé que haya una agenda bilateral con el sector energético alineada entre los tres socios. Donde México tendrá que voltear a ver la generación de infraestructura y transporte en la generación de energía, disipando la dependencia de importación que se tiene en gasolina, donde ocho de cada 10 litros provienen del extranjero, y ni que decir de la refinación.

Aunado a ello, se deberá redoblar el paso, porque la meta del 35% en renovable que se debió haber cumplido para 2024, no se cumplirá.

Y aunque hay proyectos renovables en puerta, listos para actuar y subir la red, están estancados en la Comisión Reguladora de Energía (CRE), por tramitología.

No obstante, en este caminar del sector energético es fundamental quitar presión y fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a Pemex, como ejes de éste, desde el lado gubernamental.

La pregunta es si ahora sí se podrá apuntalar la paraestatal y tratarse como una empresa, donde se pueda abrir hacia los yacimientos no convencionales. Las alternativas ya se han esclarecido y puesto en la mesa, pero nadie a querido pagar el costo político-económico.

En fin, lo cierto es que en materia energética se debe avanzar y todo parece que así será.