Buscar
Opinión

Lectura 3:00 min

Safran y la industria ante un ¿nuevo T-MEC?

En los momentos en que el nearshoring parece alejarse del horizonte mexicano, al menos en el corto plazo, debido a los muy probables desencuentros entre los gobiernos de México y Estados Unidos, es muy importante analizar cuáles podrían ser las estrategias de las industrias punta para sobrevivir e incluso resurgir, en la nueva etapa del comercio exterior del país. 

Entre las industrias que pueden resultar afectadas están de forma muy importante la automotriz, la electrónica y electrodomésticos, pero también la aeroespacial. Este sector ha ido creciendo de manera muy consistente a doble dígito en el último cuarto de siglo y lo ha hecho precisamente porque el 80% de sus exportaciones van a Estados Unidos, origen de muchas de las empresas que hoy tienen filiales o proveedores en territorio mexicano.

Actualmente hay casi 400 empresas del sector establecidas en varios estados del territorio nacional. Hay unas diez entidades que han pujado fuerte para tener inversión extranjera en el sector y las más famosas son Querétaro, Guanajuato, Chihuahua, Coahuila, Baja California, Sonora, entre otras, aunque no son las únicas.

La mayor parte de lo que se fabrica en el país es para la aviación comercial -motores, partes del fuselaje, puertas, conectores, trenes de aterrizaje, vestiduras y asientos- pero también hay quienes elaboran partes para la aviación militar o incluso, para artefactos aéreos de reconocimiento y vigilancia, amparados en convenios internacionales tipo BASA con Estados Unidos.

Este sector que inició con fabricantes de equipos originales (OEM), ha ido profundizando en la cadena a suministradores Tier 1 y luego a Tier 2 y avanzando en el desarrollo de proveedores para evitar las importaciones de componentes y crecer en la integración vertical. No obstante, es un hecho que hay mucha importación de partes desde el lejano oriente. Gran parte de las empresas del sector son de capital estadounidense y algunas canadienses, de modo que, si se hace realidad la amenaza de Trump de imponer altos aranceles a los productos fabricados en México para ingresar al mercado de EU, la cadena de suministro va a sufrir mucho, incluso para empresas como GE o Boeing, esta última ya con graves problemas que la amenazan desde hace tiempo.

En este panorama destaca que una de las empresas que más ha apostado por el mercado mexicano es Safran, empresa francesa que posee 18 plantas (creciendo a 20) con más de 14 mil empleados y que es la empleadora de la industria más grande de las establecidas en territorio nacional.

La semana pasada Safran inauguró una nueva fase de su planta de motores en Querétaro, con una inversión de 50 millones de dólares, para poder ensamblar en su totalidad los motores de la familia Airbus 320, el Leap 1 A y parte del sistema de ventilación del Leap 1 B que utiliza el Boeing 737 Max. Este motor ha sido uno de los de mayor éxito comercial.

Próximamente, Safran va a inaugurar otra planta de reparación de motores en Querétaro, con lo cual muestra una enorme confianza en México, pese a los amagos para que las plantas de EU se muden a su país, dando al traste con el nearshoring y sus ventajas. Resulta muy alentador que un país como Francia apoye en momentos tan críticos.

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Últimas noticias

Noticias Recomendadas

Suscríbete