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Opinión

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El valor del propósito y la espiritualidad en la salud mental

Desde tiempos antiguos, las culturas han reconocido que el bienestar físico y emocional son resultado de una vida que se desarrolla en equilibrio, “mente sana en cuerpo sano”, señala de forma general la cita del latín que se atribuye a los romanos. En la actualidad, la falta de balance, que se da por tan diferentes y variadas causas, ocasiona que en gran parte de la población el sedentarismo, la obesidad, los problemas de sueño, entre muchos otros, sean vistos como condiciones normales de las personas en nuestra sociedad actual. 

Desafortunadamente esta falta de equilibrio en general nos ha llevado a que, en México, de acuerdo con la más reciente publicación de la Encuesta Nacional de Salud (ENSANUT), la prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población mayor de 20 años sea de 72.4% (75% en mujeres y 69.6% en hombres) y una prevalencia de diabetes en adultos del 15%. Además de que las enfermedades de corazón se colocaron como la principal causa de muerte de enero a marzo de 2024 (Inegi).

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el gasto en salud está creciendo más rápidamente que el resto de la economía general, y representa el 10% del producto interno bruto (PIB) mundial. Por ello es que afirmamos que las enfermedades ocasionadas por el estilo de vida han dejado de ser un problema privado para convertirse en un asunto de interés público, ya que impacta no solamente a las personas y sus familias, sino a toda la sociedad, las instituciones y los sistemas de salud en su conjunto.

Desde el punto de vista de la medicina, se han dado pasos importantes para abordar a los pacientes de forma integral y restituir la salud, desde el análisis de las causas que originan el malestar, como un modelo de asistencia sanitaria que prioriza la prevención, así como el manejo de los síntomas en sus etapas más tempranas. La medicina integrativa permite hacer un abordaje que combine tratamientos convencionales con alternativas terapéuticas complementarias, muchas de ellas relacionadas con mejorar precisamente el estilo de vida.

De ahí que la Psiquiatría Integrativa, como disciplina, se fundamenta en cuatro pilares esenciales: Estilo de Vida que incluye las relaciones en todos los ámbitos de la vida, la higiene del sueño, la nutrición y el ejercicio. El Cuerpo, que sobre todo da prioridad a la relación intestino-cerebro, por su relevancia en la regulación metabólica e influencia en el sistema inmune. La Mente, que nos ayuda a comprender las creencias y también las situaciones adversas que pudiera haber vivido la persona. Y la Espiritualidad, comprendida como el propósito que cada uno de nosotros, como individuos, concebimos de nuestra vida.

Es en este sentido, donde quiero compartir con ustedes, cómo médico psiquiatra, con especialidad en Psiquiatría Integrativa, que hay una gran la relevancia para la salud mental y emocional el que busquemos y desarrollemos un propósito de vida, el cual, de forma general, se refiere a esa razón dentro de nosotros que nos impulsa a actuar en nuestro día a día. Algunas personas se refieren de forma metafórica al propósito, como ese “fuego interno” que nos empuja a seguir adelante aún en los momentos más difíciles.

Desde el punto de vista de la salud mental, el propósito de vida o la espiritualidad, que no está relacionada con una religión o creencia, nos ayuda a:

Tener claridad del objetivo personal, valores y prioridades. Los cuales se convierten en una brújula en tiempos de incertidumbre, e incluso facilita la toma de decisiones acerca de cómo y en qué empleamos nuestro tiempo y energía.

Autosuficiencia. Como psiquiatras integrativos consideramos que, en determinada etapa del padecimiento, las personas pueden trabajar para curar los síntomas comenzando desde adentro. Creer que uno puede confiar en uno mismo para muchas de sus necesidades puede reducir algunos desafíos, como la dependencia de patrones de apego o relaciones poco saludables.

Responsabilidad por uno mismo. Que se refiere a tomar la responsabilidad por el propio futuro, ya que a medida que nos enfocamos en las soluciones -más que en los problemas, el trabajo conjunto entre médico-paciente resulta más efectivo.

Tu propósito de vida puede tomar cualquier forma dependiendo de tus intereses personales y pasiones únicas, como hacer algo significativo en tu propia vida o en la vida de los demás, ya sea a través del arte, el deporte, la literatura, el trabajo manual o cualquier otra actividad que te haga sentir dichoso.

El propósito de vida es tan único como tu propia personalidad, por ello, te invito a que explores realizar actividades que contribuyan de forma positiva al mundo y te generen satisfacción y felicidad, comprendiendo que esto tendrá un impacto positivo en tu salud mental.

Mente sana en cuerpo sano. Te invito a que cultivemos una vida con propósito.

Hasta la próxima.

Carmen Amezcua es consultora, conferencista y experta en psiquiatría integrativa. Tiene mas de 17 años de experiencia, dentro de la industria farmacéutica y de la salud.

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