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La educación universitaria como método de reinserción
Las universidades públicas UNAM y UACM ofrecen a los presos la oportunidad de estudiar licenciaturas en modalidades a distancia o presenciales dentro de los centros penitenciarios. Hasta ahora dos estudiantes de la UNAM concluyeron sus créditos universitarios y 29 reclusos se han titulado por la UACM.
Desde el 2013 la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ofrece a las personas en reclusión la oportunidad de estudiar una licenciatura en el programa de educación a distancia. La Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) también ofrece esta posibilidad a los presos desde el 2005. El argumento de las instituciones es que la educación debe ser universal, y que, en el caso de los reclusos, la educación puede ser un elemento clave en el proceso de reinserción.
El pasado 20 de noviembre, la UNAM aplicó el examen de ingreso a la licenciatura en la modalidad a distancia para los aspirantes que se encuentran en prisión a través de la DGAE (Dirección General de Administración Escolar).
Este proyecto dirigido a los habitantes que se encuentran en los centros penitenciarios opera desde el 2013 y casi la mitad de los aspirantes que se han atendido han logrado ingresar a la universidad pública más grande del país. En estos seis años 54 presos han solicitado presentar el examen de admisión y 20 fueron seleccionados en las licenciaturas de Ciencias Políticas y Administración Pública, Derecho, Trabajo Social, Pedagogía y Contaduría.
De los 20 estudiantes que ingresaron a las licenciaturas de la UNAM, dos ya cuentan con el 100% de créditos concluidos.
La modalidad a distancia en el programa especial para presos también extiende la posibilidad de reinserción no sólo para los habitantes de la Ciudad de México sino del resto del país en donde, de acuerdo con cifras del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), se encuentran cerca de 189,000 personas en prisión.
Este año los reclusos que realizaron el examen de admisión a la UNAM se encuentran en centros penales de la Ciudad de México y Oaxaca. De hecho, 12 de los 13 aspirantes son del estado sureño, sólo uno se encuentra en un penal de la capital. Entre los aspirantes también destacó la presencia de una mujer del Centro Penitenciario Femenil Tanivet del estado de Oaxaca.
Por su parte, la UACM tiene inscritas 267 personas privadas de la libertad cursando alguna de las licenciaturas que ofrece a la distancia. En esta institución se tienen registrados 29 presos que ya obtuvieron el título profesional y 36 trabajos de tesis están inscritos, por lo que el total de egresados podría incrementar.
A diferencia del programa de estudios superiores de la UNAM, la UACM en línea con el Programa de Educación Superior para Centros de Readaptación Social, brinda clases presenciales en los centros penitenciarios. Adicional a esto el programa contempla el seguimiento educativo de los presos, de los cuales algunos que comenzaron sus estudios universitarios en prisión y obtuvieron su libertad continuaron la carrera fuera del penal.
Estas instituciones apuestan a un sistema de integración para la población en reclusión. El argumento de los programas es que la educación universitaria puede significar una herramienta adicional no sólo para el futuro social y económico de las personas que se encuentran privadas de la libertad, sino también para mejorar su estancia y fomentar su desarrollo profesional dentro de los centros penitenciarios.
¿Qué pueden estudiar los reclusos?
Los aspirantes a la educación superior en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) tienen la oportunidad de estudiar Derecho, Creación Literaria, Ciencias Políticas y Administración Urbana.
Por su parte, la población en reclusión que busca ingresar a la Universidad Nacional Autónoma de México tiene la oportunidad de elegir entre: Administración de Archivos y Gestión Documental; Administración; Bibliotecología y estudios de la información; Ciencias de la Comunicación; Ciencias Políticas y Administración Pública; Diseño y Comunicación Visual; Derecho; Economía; Enfermería; Enseñanza de idiomas como lengua extranjera; Filosofía; Geografía; Historia; Informática; Lengua y Literatura modernas e hispánicas; Pedagogía; Psicología; Relaciones Internacionales; Sociología y Trabajo Social.
¿Quiénes son los reclusos y qué piensan sobre la educación?
Al menos el 72% de la población concentrada en los centros penitenciarios de México tiene un grado de educación básica, es decir cursó el preescolar, la primaria, la secundaria o una carrera técnica, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de la Población Privada de la Libertad del Inegi.
El 20% de los presos tiene educación media superior, es decir terminó el bachillerato, el 5% cuenta con estudios universitarios y el resto no cuenta con ningún grado educativo.
Esta situación implica que hay una población potencial de cerca de 25% del total de reclusos que pueden ingresar a alguna de las licenciaturas que ofrecen la UNAM y la UACM para la población de centros penitenciarios.
Otro dato importante sobre el desarrollo de las personas dentro de los centros penitenciarios es que dos de las tres actividades más comunes entre los presos son la lectura y el esparcimiento, 71 y 69% de los presos destinan su tiempo a estas ocupaciones respectivamente.
Y cerca del 31% de los presos están inscritos en algún tipo de programa educativo. Quienes no lo están declaran que una de las razones por las que no estudian es porque no se les permite: 13 de cada 100 presos que no estudian declararon que tienen interés, pero no se le permite inscribirse.
Los programas sobre educación a distancia pueden significar una puerta para una reinserción integrada de los presos que logran obtener su libertad, especialmente si se considera que las perspectivas de los presos no son positivas: sólo 52% de ellos cree que puede lograr una reinserción educativa una vez que cumpla su condena y sólo 40% considera que logrará integrarse completamente en su entorno social.
Los ejes para la reinserción en la CDMX
Desde la creación del Instituto de Reinserción Social de la Ciudad de México la integración de los liberados en la sociedad se enfoca en políticas ligadas a los derechos humanos y basada en el trabajo multidisciplinario e integral de las dependencias locales.
La recopilación de datos y el seguimiento de los procesos de detención, juicio, cumplimiento de condena y liberación de los presos es fundamental para avanzar en los tres aspectos fundamentales de la reinserción social: el ámbito familiar, el ámbito laboral y el ámbito educativo.
De acuerdo con el informe Propuestas para una Política Pública en la Ciudad de México, los pasos a seguir para lograr un proceso de reinserción más eficiente en la capital también incluyen la profesionalización de las instituciones encargadas del proceso post liberación, así como la expansión y especialización de dichas instituciones.