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"Casi ganar" provoca la misma emoción que ganar
Investigadores demostraron que el cerebro responde a los "casi premios" como si se hubiera dado un premio.
Londres.- El cerebro de los jugadores responde prácticamente con la misma sensación de placer cuando gana un premio que cuando está a punto de ganarlo, según un estudio de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) difundido.
Este estudio podría ayudar a explicar los comportamientos compulsivos con respecto al juego que derivan en ludopatía en muchos casos, según explico su director, el profesor Luke Clark, quien explicó que los jugadores "a menudo interpretan el casi ganar como algo especial, lo que les anima a seguir jugando".
Para el estudio se estudiaron las reacciones cerebrales de 15 voluntarios, que se sometieron a un examen de resonancia magnética funcional de imágenes (FMRI) para evaluar sus reacciones mientras jugaban con una máquina tragaperras en un ordenador.
Cuando el juego daba un premio de 50 peniques (0.70 dólares o 0.55 euros), el escáner detectaba una reacción en la parte del cerebro que procesa el placer y el sentido de recompensa, de la misma manera que lo hacen el chocolate o el alcohol.
Esto se lo esperaban los estudiosos, pero la sorpresa fue constatar que los mismos centros cerebrales se activaban cuando estaban cerca de conseguir un premio, es decir, cuando por ejemplo la máquina ofrecía dos cerezas y una naranja en la línea ganadora.
"Nuestras averiguaciones muestran que el cerebro responde a los "casi premios" como si se hubiera dado un premio, incluso aunque el resultado sea técnicamente el de haber perdido", afirmó Clark en declaraciones a la revista "Neuron", que publicó el trabajo.
El director del estudio explicó que "en los juegos en los que es necesaria una cierta habilidad, como el tiro al blanco, tiene sentido que el cerebro reaccione cuando está cerca del premio, pero en juegos de azar como la ruleta o la tragaperras estar a punto de lograr el premio no indica que lo vayas a conseguir más adelante".
Clark subrayó que los voluntarios que se prestaron para el estudio "no eran jugadores habituales o personas con problemas con el juego", lo que hace pensar que "se trata de la respuesta natural del cerebro", por lo que no hay una predisposición especial de los individuos a desarrollar una patología derivada del juego.
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