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Humidificadores despiertan incertidumbre a la MLB

Por primera vez, la liga ordenó que sus 30 estadios cuenten con salas de control de temperatura para las bolas de juego, generando crítica entre peloteros y espectadores.
 

Foto: Shutterstock

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Los cambios en las Grandes Ligas a partir de la temporada 2022 siguen causando controversias. No solo se aceptaron adecuaciones en el sistema de señales o en cuanto al bateador designado, por mencionar a algunas, sino que también se ordenó, por primera vez, que los 30 equipos cuenten con salas humidificadoras en sus estadios.

Los humificadores consisten en cámaras de clima controlado que aseguran que las pelotas de beisbol se almacenen a una humedad promedio. Allí se controla el nivel de temperatura y humedad de las bolas, las cuales se almacenan a 70 grados Fahrenheit (21 grados Celsius) y 50% de humedad antes de cada partido. De acuerdo con estudios científicos que han asesorado a la liga, dichas cámaras permiten un equilibrio entre disparos más potentes o más cortos de acuerdo a la humedad de las diferentes ciudades de la MLB y su altura al nivel del mar.

Por ejemplo, el Coors Field de los Colorado Rockies había recibido, en el lapso de 1999 a 2001, justo antes de empezarse a utilizar el sistema de humidificación (en 2002), la valoración por efectos del parque de 121 puntos, el margen más alto para ofensiva de cualquier estadio de Grandes Ligas. Había sido el estadio de más jonrones con una valoración de 152 puntos cuando se conectaban cuadrangulares, reveló StatCast.

Investigaciones como la del Dr. Alan Nathan, experto en física del beisbol, describen que “aumentar la humedad de almacenamiento de la pelota, como hacen los Rockies y los Diamondbacks (en Arizona), añade peso pero disminuye el rebote. Esto significa que la pelota se transporta mejor una vez en el aire, pero deja el bate a velocidades de salida significativamente menores”. Dicho en otras palabras, esto significa que las pelotas, al estar más secas, tienen más rebote y pueden ir más lejos desde el principio.

En el caso de ciudades bastante cercanas al nivel del mar, como Miami (sede de los Marlins) a solo dos metros, ocurre un efecto totalmente opuesto: “Una bola humedecida sería más fácil de golpear con fuerza, pero no volaría tan lejos porque las bolas más ligeras tienen una mayor resistencia al aire”, agregan los estudios del Dr. Nathan.

Para contrarrestar estos desequilibrios, la MLB decidió que los 30 parques cuenten con los humidificadores a partir de este año. El primer antecedente se dio en 2002 justamente en casa de los Rockies y hasta antes de la temporada 2022, eran solo 10 equipos los que contaban con este tipo de cámaras de control de humedad: los Diamonbacks de Arizona, Red Sox de Boston, New York Mets, Astros de Houston, Marlins de Miami, Cardenales de San Luis, Rangers de Texas, Seattle Mariners y Toronto Blue Jays.

Sin embargo, Eno Sarris, analista de beisbol en The Athletic, es uno de los que pone la duda sobre esta innovación. Señala que en varios parques que son notorios por su humedad, la introducción del humidificador podría tener el efecto contrario y ayudar a los bateadores al mantener las pelotas de beisbol más secas.

“Esto no será un gran problema en la mayoría de los parques, pero para los que son más húmedos, como en San Francisco, San Diego, Miami y Tampa Bay, pueden recibir un impulso ofensivo, ya que los humidificadores secarán un poco las bolas. Los humidificadores llevan la humedad al promedio y fueron un gran problema en Arizona, donde es muy seco”.

Esta incertidumbre también recaló en los peloteros: “Estoy seguro de que esto estropeará muchas cosas. Siempre se les ocurren estas ideas, pero no parecen funcionar correctamente. Ya veremos, pero estoy seguro de que algo sucederá y luego, a mitad de año, se realizará un ajuste y, lo sepamos o no, estoy seguro de que lo cambiarán”, exclamó Trea Turner, de Los Ángeles Dodgers.

La MLB enfrenta una crisis de credibilidad con peloteros e integrantes de cuerpos técnicos desde hace algunos años. En la temporada 2017 fueron desmentidos por el uso de pelotas, ya que mientras la liga envió un memorando a los 30 clubes afirmando que las bolas no habían cambiado, estudios independientes refutaron la afirmación y obligaron a los directivos a aceptar estos cambios a principios de 2018.

Otro golpe a la credibilidad se dio en la más reciente temporada baja, en noviembre, cuando la MLB reconoció haber usado dos pelotas diferentes, una que viaja más lejos que la otra, durante la temporada 2021. La liga citó la escasez de fabricación relacionada con la pandemia de covid, algo que los peloteros no creyeron.

“Lo que diga MLB, ellos tampoco lo saben. Cada forma en que frotan la pelota es diferente, cada bola que hacen es diferente, cada forma en que ponen el barro en la pelota es diferente, cada forma en que revisan a los chicos también. Es todo un juego de dados y nadie lo sabe. Independientemente de lo que MLB piense que sucederá, probablemente será lo contrario”, reprochó el lanzador estrella de los Dodgers, Clayton Kershaw.

Algunos de los resultados que han dejado los humificadores se pueden palpar en Colorado. Pese a que el Coors Field se mantuvo como el estadio de mayor apoyo a la producción de la liga entre 2019 y 2021, los valores sobre efectos del parque se redujeron hasta 114 puntos en cuanto a jonrones, mostrando una reducción en la ofensiva de dicho estadio 19 años después de emplear el uso de las cámaras.

No obstante, con 30 humificadores en sedes con gran variedad de alturas, los resultados aún están por evaluarse al cierre de la temporada 2022. Sin embargo, el juicio de esos resultados estará teñido de la molestia que arrastran los jugadores por las incongruencias de la MLB en los últimos cinco años.

rrg

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