Lectura 5:00 min
El Cervantino me cambió la vida
El Director del festival habla de la nueva cara literaria de la cita, del programa social-pedagógico y de cuánto dinero cuesta la fiesta cultural más importante de México.
Jorge Volpi fue por primera vez al Festival Internacional Cervantino (FIC) cuando iba en el último año de la prepa. En realidad, para entonces ya había sido un visitante frecuente del festival a través de la televisión.
Desde la secundaria, cuando Televisa todavía tenía un canal cultural, seguía al Cervantino. Luego, sería 1986, fui por primera vez. Y mi relación con el Cervantino creció, inclusive trabajé en el festival acompañando invitados allá por 1988, especialmente a la Orquesta Simón Bolívar , dice Volpi, escritor célebre (su obra más famosa, En busca de Klingsor, le ganó notoriedad internacional), hoy director general del festival.
Es decir, usted ha vivido el Cervantino de todas las maneras, desde todas las perspectivas.
Con decir que en el Cervantino cobré el primer sueldo de mi vida. Quiero mucho a este festival.
Me gusta que haya ido siendo un preparatoriano. Los adolescentes y los universitarios son una parte importante del público cervantino.
Sí, aunque ellos van a los espectáculos de calle que son gratuitos. Es importante acercarlos al resto del programa. Creo que eso es la más importante función del Cervantino, la de formar públicos. Para eso tenemos también todo un programa pedagógico y social.
Titulado Cervantino para todos, el programa social del festival se acerca a la gente de Guanajuato que no va al festival: los que viven en zonas marginadas, lejos del bonito centro de la ciudad, recluidos en asilos o en la prisión. Los invitados irán a buscar a ese público con actuaciones gratuitas.
Eso está muy bien, que el festival vaya a la periferia, pero tampoco se trata de seguir marginando a los ya marginados. Por ello, se darán acceso a alumnos de escuelas públicas y a vecinos de colonias alejadas del centro de la ciudad de Guanajuato a funciones en los teatros principales de la ciudad.
EL CERVANTINO DE CERVANTES
En esta edición, el Cervantino hace honor a espíritu patronal y dedica una buen espacio a las charlas literarias.
Bajo su mando parece que el Cervantino se vuelve literario. Hay toda una sección dedicada a conferencias y charlas con escritores.
Diálogos Cervantinos, se llama, y se ve (la veo yo, al menos) como una adición afortunada, sin embargo, la gente va al Cervantino a ver espectáculos ¿Cómo harán estos diálogos más atractivos?
La literatura está incluida no por la literatura misma. Hemos intentado dar con una coherencia general en el todo el programa. Creo que es un complemento al resto del programa. Es decir, no se trata de presentar libros, no somos ese tipo de encuentro.
Se tocan temas de actualidad como la situación en Siria.
Sí, con la charla con Diego Gómez Pickering (autor de La primavera de Damasco). Tenemos a autores como Margo Glantz, Hugo Hiriart, Héctor Abad Faciolince hablando de la violencia colombiana, un homenaje a Bergamín, otro a Verdi versus Wagner, haciendo un guiño a nuestra programación musical.
¿Y la promoción?
Estamos haciendo una promoción importante en las redes sociales, precisamente para alcanzar al público joven que nos visita.
El año pasado el festival hizo un esfuerzo de estar presente por otras vías, me refiero al streaming en la página, la radio en línea e inclusive la digitalización de contenido para crear un gran archivo.
¿Qué se hará al respecto este año?
Muchos de estos esfuerzos llevados a cabo por la doctora Camacho (Lidia Camacho, Directora anterior del Cervantino) continuarán, como las transmisiones en la página. El Centro de Documentación Cervantina se inauguró ya en la Alhóndiga de Granaditas.
También en ediciones pasadas se había logrado una relación con el Festival de Edimburgo, una especie de intercambio de contenidos. ¿En qué estado se encuentra ese acuerdo?
Tenemos una muy buena relación con festivales internacionales y locales, entre ellos con Edimburgo, pero esta vez no habrá colaboración directa. El año que viene es una posibilidad.
Festivales como el de Edimburgo son muy caros y tienen todo tipo de patrocinios. El Cervantino es casi por entero financiado por dinero público. Hay quien se queja de que casi todo el dinero de cultura va para el Cervantino
¡Ojalá tuviéramos tanto dinero! Son 5,000 millones de pesos. Bueno, no el presupuesto total, pero sí el que se dedica a festivales. ¿Cuánto dinero tiene el Cervantino? Sin ser exacto, alrededor de 100 millones de pesos.
Casi todo es dinero público.
Sí, 80 millones del presupuesto federal, 20 millones de presupuesto local, incluyendo el apoyo de la Universidad de Guanajuato.
¿Los patrocinadores privados? Telmex tiene presencia importante...
Telmex y Yamaha son nuestros patrocinadores privados. Creo que el mecenazgo debe desarrollarse más en México para que sea posible darle más cosas al público. Telmex aporta alrededor de 3 millones de pesos y Yamaha apoya en especie con todos los pianos que se usan.
Por último, ¿por qué alguien debería ir al Cervantino?
A mí, el Cervantino me cambió la vida. Siquiera por esa posibilidad habría que ir.
*Programa completo del FIC
http://www.festivalcervantino.gob.mx/
concepcion.moreno@eleconomista.mx