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¿El corazón de las mujeres es distinto al de los hombres?

A nivel mundial, 35% de las muertes de mujeres cada año se debe a enfermedades cardiovasculares. Particularmente en aquellas que rebasan los 60 años es de 46%. En México, para 2022, de acuerdo con datos del INEGI, las defunciones por enfermedades del corazón fueron la primera causa de muerte a nivel nacional, con 105,864 casos; de ellos, 48,780 eran mujeres.

Hasta hace muy poco tiempo la enfermedad cardiovascular fue considerada propia de los hombres. Sin embargo, hoy sabemos que es la principal causa de muerte en la mujer. La salud de las mujeres y las niñas está influenciada por la biología relacionada con el sexo, el género y otros determinantes sociales. Aunque las mujeres son más longevas que los hombres, la morbilidad es más elevada en las mujeres, es decir, se presentan más problemas médicos.

Por ejemplo, un estudio de la Universidad de los Andes en Chile denominado “Enfermedad cardiovascular en la mujer: fisiopatología, presentación clínica, factores de riesgo, terapia hormonal y pruebas diagnósticas” establece que en aquel país la mortalidad intrahospitalaria por infarto en el hombre es de 7.9%, mientras que en la mujer es del 15.8%. El 25% de los hombres contra el 38% de las mujeres muere dentro del primer año postinfarto del miocardio. Además, las mujeres tienen el doble de mortalidad por cirugía de revascularización miocárdica que los hombres y en el caso de mujeres menores de 50 años la mortalidad es tres veces mayor comparada con hombres de igual edad.

También sabemos por datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que a nivel mundial al menos el 35% de las muertes en mujeres cada año es debido a enfermedades cardiovasculares, y particularmente en aquellas arriba de los 60 años es de 46%, pero esto puede afectar en cualquier edad. En México para 2022 de acuerdo con datos del INEGI, las defunciones por enfermedades del corazón fueron la primera causa de muerte a nivel nacional, con 105,864 casos; de ellos 48,780 eran mujeres.

Al respecto la doctora Carolina Guerrero Pando, médico especialista en Cardiología y Electrofisiología del Centro Médico ABC explica a El Economista que en la última década se ha dado mayor relevancia al cuidado del corazón femenino. “Hasta hace poco teníamos concepciones erróneas, por ejemplo, se pensaba que las mujeres enfermaban menos y que la enfermedad cardiovascular mataba menos a las mujeres que a los hombres; sin embargo, no es así; al contrario, la enfermedad cardiovascular en la mujer puede ser aún más agresiva y ocasionar mayor mortalidad que en los hombres”.

Explica que aunque en general los factores de riesgo para enfermedad cardiovascular son los mismos para ambos géneros, pues tiene que ver con estilo de vida, mala alimentación, vida sedentaria, tabaquismo, diabetes, etcétera, para la mujer estas condiciones de riesgo pueden ser más agresivas. Del otro lado, un punto protector para nosotras las mujeres es la progesterona, pero todavía falta mucho por conocer al respecto.

“Esta falta de información se explica porque la mayoría de los estudios que se han hecho de enfermedad cardiovascular han sido tomando como base a la población masculina, incluso la población con tratamiento son hombres. También nos hemos dado cuenta que las manifestaciones de enfermedad cardiovascular en una mujer son diferentes, pues suelen ser más atípicos o inespecíficos, mejor dicho, menos estudiados”.

Pero algo que sí sabemos es que en el embarazo se puede presentar la enfermedad cardiovascular, pues la mujer presenta en esta etapa de vida factores de riesgo para desarrollar hipertensión, diabetes gestacional, preeclamsia o eclamsia, que son condiciones muy graves. Y que además posterior al embarazo generan mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y con mayor agresividad. “El hecho de tener estas condiciones para la cardiología como tal son muy importantes, y muchas veces ese antecedente es fundamental y un foco rojo de atención”. Otro factor esencial para las mujeres es el tiempo posterior a la menopausia.

Dijo que por ello es muy importante tratar de concientizar a la población, “porque aunque tanto hombres como mujeres deben acudir a una revisión, se tiene que visibilizar el manejo especial para cada uno de ellos. En el área de cardiología en realidad la mujer acude menos al médico, esto mucho tiene que ver con una cuestión cultural, donde no pensamos que nuestro corazón pudiera estar en peligro y también tienden a tomar menos sus medicamentos, todo esto con falsas concepciones sobre la salud de la mujer”.

En realidad es un tema que apenas se está tocando dentro de la comunidad científica, gracias a que hoy a nivel mundial tenemos equipos conformados por mujeres que comienzan a poner atención en esta diferenciación tratando de mejorar esta situación.

Signos de alerta

Cuando ocurre un evento cardíaco es típico que haya una presión torácica, que esto se pase hacia el brazo izquierdo, cuello, mandíbula, espalda, que haya cansancio con una actividad física menor, pero muchas veces en las mujeres es más bien un leve cansancio, se puede presentar el dolor o no, pero hay fatiga y le cuesta más trabajo la actividad física, “simplemente con que una mujer diga estoy cansada, puede ser algo relevante”.

¿Cómo cuidarnos?

La especialista explica que tenemos factores modificables y no modificables, para estos últimos se trata de genética, es decir una predisposición familiar donde normalmente se presentan, además casos de hipertensión, diabetes y colesterol. “Los mexicanos estamos en este rangos, pero también existen los factores modificables como el estilo de vida”, con adecuada alimentación baja en grasas trans, azúcar y alta en frutas verduras e integrales. Agregar un buen descanso y ejercicio rutinario, que sea parte de nuestra vida, y en general se recomiendan al menos 150 minutos de actividad intensa o moderada a la semana para personas mayores y 60 minutos diarios en menores.

Recordó que el músculo ayuda a metabolizar mejor la glucosa, el colesterol y cambiar nuestra composición, pues hay que bajar la grasa visceral, esto se ve muy reflejado en la circunferencia de la cintura. Hace hincapié en que el buen estilo de vida influye mucho para la prevención y los medicamentos también tienen mayor impacto.

Un punto a destacar es el dejar de fumar, pues esto reducirá mucho el riesgo cardiovascular, se agrega el consumo de alcohol el cual debe ser moderado.

En conclusión, el principal consejo de Guerrero Pando es que acudamos más al médico, que no minimicemos síntomas o malestares y que sepamos que es posible enfermar del corazón y de una manera grave. Conforme pasa el tiempo habrá más elementos para diferenciarnos de los hombres y poder lograr atención oportuna y tratamientos más específicos.

nelly.toche@eleconomista.mx

Periodista de ciencia en la sección Arte, Ideas y Gente de El Economista. Cuenta con maestría en periodismo sobre Políticas Públicas por el CIDE y es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UVM.

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