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El exilio y otros motivos de la poesía conmueven en la Filuni
Durante la segunda jornada de actividades de la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios, de la UNAM, configuraron las mesas sobre los refugiados españoles y uruguayos en México, así como aquello que impulsó a Luis García Montero para convertirse en poeta.
“Tengo un dolor aquí / del lado de la patria”.
“Lo mejor es no nacer, / pero en caso de nacer, / lo mejor es no ser exiliado”.
“Ninguna palabra nunca / ningún discurso / –ni Freud, ni Martí– / sirvió para detener la mano / la máquina / del torturador. / Pero cuando una palabra escrita / en el margen en la página en la pared / sirve para aliviar el dolor de un torturado, / la literatura tiene sentido”.
Es una triada de poemas contenidos en el libro “Estado de exilio” (2003), de la poeta uruguaya Cristina Peri Rossi. Los tres resonaron este miércoles durante la mesa “Estampas del exilio”, organizada durante el segundo día de actividades de la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (FILUNI), en cuya edición, la sexta ya, el exilio en México ha sido uno de los temas transversales.
De esta mesa tomaron parte Carlos Pereda, filósofo uruguayo-mexicano e investigador emérito del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM; Marisol Schulz Manaut, editora, periodista cultural, directora de la FIL Guadalajara e hija de exiliados españoles; Juan Duarte Cuadrado, embajador de España en México, y Alejandra Amatto, profesora-investigadora titular A en la licenciatura y posgrado de Estudios Latinoamericanos de la UNAM y miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel 1.
“Hay palabras que te marcan, que te etiquetan y con las que uno crece. En mi familia la palabra no era exiliados sino refugiados”, expresó Marisol Schulz sobre el caso de su familia y el exilio español en México, y complementó:
“La palabra refugiado habla de desarraigo, de pérdida, porque pierdes una tierra, una patria. En ciertos momentos también habla de nostalgia, de añoranza por todo lo perdido. Pero, al mismo tiempo, había una palabra con la que yo crecí, que fue gratitud, gratitud con esta tierra que no solamente nos dio asilo, sino que nos permitió desarrollar una nueva vida y una familia, una manera de entender el mundo”.
Por su parte, el embajador de España en México, Juan Duarte, refirió: “España se desangró y afortunadamente esa sangre pudo llegar a un país que la acogió con entusiasmo. Todos los españoles que estuvieron en el exilio, todos los que están vivos y sus descendientes sienten un amor profundo por México; se sienten también mexicanos. Es una dualidad muy bella. Muchos de ellos fueron fundamentales para la creación o la consolidación de instituciones fundamentales, como la propia UNAM, El Colegio de México, el Colegio de Madrid o el Fondo de Cultura Económica”.
Duarte enlistó algunos de los nombres de intelectuales españoles que encontraron un hogar en este país. Luis Cernuda, León Felipe, Max Aub, Francisco Ayala y María Zambrano, por ejemplo.
Ahora bien, contrastó el filósofo uruguayo–mexicano Carlos Pereda, hay tres diferentes maneras de vivir el exilio. “Hay una cantidad de poetas españoles que lamentan haber perdido todo, en cambio hay otros poetas de Sudamérica donde el exilio no fue pérdida sino resistencia. En cambio, para otros poetas el exilio es un recomienzo, quizás el más famoso de éstos fue Luis Cernuda”.
En el caso del exilio uruguayo en México, apuntó la catedrática Alejandra Amatto, es sintomático que los tres Premios Cervantes que Uruguay ha dado al mundo: Juan Carlos Onetti (1980), Ida Vitale (2018) y Cristina Peri Rossi (2021), vivieron sendos procesos en el exilio. Y coincidió con la postura de Carlos Pereda:
El exilio, afirmó, “es la pérdida, pero también la reapropiación de una cultura a la que llegamos y la que nos entrega todo”.
De la memoria y la resistencia
¿Cómo se puede resistir al exilio? Con el ejercicio de la memoria histórica, sin duda, coincidieron los ponentes: “entendiendo la procedencia, pero incorporándose a la sociedad en la que uno está. No creo que haya mejor manera de vivir un exilio que vivir en gratitud, pero aportando a la sociedad en la que uno está inserto”, sumó Marisol Schulz.
Por otro lado, la directora de la FIL Guadalajara señaló que preservar la memoria histórica sobre el exilio, pero saber incorporarse a la cultura que recibe, “es rendir homenaje a mucha gente de la que no se habla, porque se habla de los grandes nombres, de las grandes figuras”, pero, señaló que poco se habla de los cientos de personas con oficios con menos reflectores que viajaron al país y contribuyeron al enriquecimiento de sus comunidades e instituciones.
En este sentido, sumó el embajador de España en México: “abrirse con el país que te acoge tiene que ver con asumir un compromiso político, con una voluntad política de reparación y de hacer memoria. La memoria no solamente es justicia, sino libertad. Si no sabemos lo que ocurrió, no podemos ser libres. Sin embargo, hay algunos regímenes que parece que luchan para que no exista esa memoria y, por lo tanto, nos están limitando la libertad”.
Finalmente, Alejandra Amatto, quien fue la responsable de evocar los tres poemas de Cristian Peri Rossi con los que abre este texto, señaló que “México siempre ha sido un país en el que la capacidad de acoger a quienes venimos de otro lado ha sido siempre notable. Pasan los años y uno nunca deja de sentir la gratitud porque no nos sentimos como extranjeros”.
Luis García Montero y los motivos de la poesía
En otra de las mesas de la jornada, el poeta español Luis García Montero, director del Instituto Cervantes y recién galardonado con el Premio Internacional Carlos Fuentes, protagonizó la conversación “La poesía que ha soñado ya todos los sueños” con la escritora Rosa Beltrán, coordinadora de Cultura UNAM, y la poeta María Baranda.
Las coyunturas entre una mesa y la otra fueron por demás naturales, el exilio en el que vivieron poetas y narradores que fueron una influencia para García Montero, la trágica muerte de Federico García Lorca durante la dictadura franquista y cómo a través de la poesía de éste, García Montero encontró el punto de partida de su oficio, su pasión y su salvación literaria.
“Cuando vuelvo a mi infancia una y otra vez, lo hago intentando comprender la lógica y hacer que la infancia sostenga coherentemente mi vocación de poeta. Tuve una infancia feliz y que se llenó de sorpresas a partir de mi relación con la literatura. Es la sorpresa la que ha intentado mantener viva mi vocación literaria. Por ejemplo, cuando conocí a García Lorca descubrí que fue asesinado 22 años antes de que yo naciera en Granada, y empecé a preguntarme por lo que ocurre en mi ciudad”.
Asimismo, la escritora española Almudena Grandes, quien fuera pareja de García Montero y quien falleciera de cáncer en noviembre de 2021, fue otro de los temas centrales.
“Para mí, la poesía amorosa fue un eje poético porque me permitía llevar a la intimidad el compromiso cívico que quería asumir por una lucha transformada a través de los valores democráticos. Por ejemplo, el último libro que he publicado, ‘Un año y tres meses’, recoge la historia de la enfermedad de mi mujer, Almudena. Es un libro de poemas de amor en el que, por una parte, desarrollé el amor como un espacio de cuidados. En la enfermedad, a la hora de construir un nosotros”.
“En ese sentido, uno se da cuenta que cuidar y ser cuidado van de la mano, por ejemplo, en el caso concreto de la enfermedad, cuando alguien está enferma, tiene que ir a quimioterapia o llevar una dieta y una disciplina de nutrición, la familia la arropa, pero de pronto te das cuenta de que esa persona también te está cuidando a ti, porque esa persona está siendo optimista, cuando dice que todo está superado, que todo va a salir bien e intenta vivir sin que se le note el miedo a sentirse en peligro. Uno de pronto comprende que ese optimismo es una manera de cuidado, porque esa persona oculta la preocupación interna para no preocuparte a ti. Durante muchos meses, Almudena no mostró ningún tipo de preocupación”, confesó.
Literatura recomendada sobre los temas
- “Estado de exilio”, Cristina Peri Rossi, Visor Libros, 2003
- “En estado de memoria”, Tununa Mercado, Libros UNAM / Vindictas, 2019
- “Los aprendizajes del exilio”, Carlos Pereda, Siglo XXI Editores, 2008
- “Un año y tres meses”, Luis García Montero, Tusquets, 2022