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Hacen de la vejez ?una oda a la juventud
El creador de La grande bellezza es, una vez más, un fuerte competidor a la Palma de Oro.
Cannes, Fra. Nada impide ser joven aunque se tengan 80 años. Es el mensaje del cineasta italiano Paolo Sorrentino en su filme Youth (Juventud), una oda a la vida y al paso del tiempo, presentado en Cannes.
Fred Ballinger (Michael Caine), Mick Boyle (Harvey Keitel) y Brenda Morel (Jane Fonda) -que juntos suman más de 200 años- son la quintaesencia de vidas plenamente vividas en el ocaso de la existencia que cada uno sigue viviendo a su manera.
La edad es una cuestión de actitud. Cuando tienes una pasión en la vida te mantienes joven , dijo en la conferencia de prensa una espectacular Jane Fonda, vestida con un traje pantalón blanco y que no ha perdido un ápice de su glamour y eterna juventud.
Para Michael Caine, de 80 años, la única alternativa a interpretar viejos es interpretar muertos , dijo el siempre sarcástico actor, que se resiste en el filme a vivir su último gran momento de gloria, aceptar una invitación de la reina Isabel II de Inglaterra, que en la vida real le hizo Sir.
El futuro es una gran ocasión de libertad y la libertad es una gran ocasión de la juventud , dijo Sorrentino después de la proyección que no dejó a nadie indiferente: entre los aplausos también se escucharon algunos abucheos.
Con la edad todo lo que haces es peor , dice uno de los personajes de la película de Sorrentino, quien perdió a sus padres a los 17 años por un accidente de gas y a los 25, hace casi veinte años, dejó sus estudios de economía para empezar a recrear su personal visión del séptimo arte.
Sin embargo, para Sorrentino el filme es muy optimista y una excelente ocasión para exorcizar el miedo al paso del tiempo, a envejecer.
La crítica especializada la ve como una seria candidata a alzarse con alguno de los premios importantes del festival. Sorrentino ganó el premio del jurado en el 2008 por Il divo (un retrato del hombre que durante más de medio siglo marcó la política italiana, Guiulio Andreotti.
Pero en la edición del 2013, otro filme de Sorrentino, La grande bellezza, que obtuvo el Óscar al mejor filme extranjero, se fue con las manos vacías de Cannes.