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Hoy tenemos más información científica y empírica que la que estamos usando en el mundo, asegura José Sarukhán

Durante el segundo día de actividades alrededor de la presentación del reporte del Programa para el Medio Ambiente, ONU, Hacer las paces con la naturaleza, un plan científico para abordar la triple emergencia del clima, la biodiversidad y la contaminación.

Durante el segundo día de actividades alrededor de la presentación del reporte del Programa para el Medio Ambiente, ONU, Hacer las paces con la naturaleza, un plan científico para abordar la triple emergencia del clima, la biodiversidad y la contaminación, el doctor José Sarukhán Kermez, coordinador nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), aseguró con preocupación que hoy tenemos mucha más información científica y empírica que la que estamos usando en el mundo, por lo que este tipo de esfuerzos no está dando sus frutos, sobre todo en la sociedad.

En contraste a lo que ha sucedido, asegura que la solución a estos problemas que se ven verdaderamente imposibles de atender está “en una sociedad civil bien informada, y adecuadamente instruida” para que pueda asumir esta información y tener un nivel de civilidad que permita exigir a los gobernantes y asimismo asumir la propia responsabilidad.  “Todo lo que estamos viviendo es la suma de 7,600 millones de acciones, algunas muy pequeñas, otras gigantescamente dañinas, pero todas están teniendo lugar día a día”.

Durante la sesión promovida por El Colegio Nacional, el doctor Sarukhán hizo algunos apuntes al reporte pues asegura que el enfoque de abordar las emergencias ambientales de manera integrada no es nuevo, pero en la vida real no ha sucedido, por lo que tampoco la sociedad tiene las herramientas para exigir y actuar de manera clara.

El exrector de la UNAM habló de la necesidad de verdaderas acciones transformadoras, por ejemplo, por décadas hemos vivido esfuerzos de recuperación de zonas muy dañadas a base de introducir plantas de todo tipo y donde supuestamente se reforesta, pero en realidad no estamos restaurando, puso el ejemplo del Bosque de Chapultepec: “esos no son ecosistemas, son simplemente lugares con muchos árboles”.

Carta a Santa Claus

Hizo ver que temas como la adaptación al cambio climático, tienen la virtud de castigar cuando las cosas van mal de manera inmediata con grandes inundaciones, sequías o fenómenos que se notan y se sienten, con gente lastimada, dañada o muerta, pero con la pérdida de ecosistemas el efecto no se nota de momento, “no hay percepción de lo que pasa cuando perdemos decenas de miles de hectáreas de bosque, hasta que pasan cosas como la pandemia, resultado claro de esta ignorancia de pérdida de los ecosistemas”.

En este sentido expresó que tenemos que llegar a establecer realmente compromisos internacionales con metas muy definidas para cada país, “qué, quién, cuándo y quién va a ser el responsable, esto no es lo usual, normalmente son cartas a Santa Claus de cosas que nos gustaría que pasaran, pero la sociedad nuca se acaba de enterar cabalmente de quiénes son los responsables específicamente, cuáles son las metas y a quién hay que exigir estas cuestiones”. El doctor Sarukhán asegura que en este sentido los primeros responsables deben ser los gobiernos.

“Hoy no tenemos la consciencia de que todos los actos que realizamos tienen un impacto ambiental, pero tampoco es que se hayan generado alternativas y ejercicios de acercamiento a la población o nuevos modelos de gobernanza”.

Por ejemplo, algo que llama mucho la atención especialmente para un país como México, donde el 60-70% de los ecosistemas son propiedad comunal, es que no hay políticas públicas adecuadas que ayuden a la conservación y manejo sustentable de los recursos. “En México se ha tomado la idea de que la gente que vive en el campo la única manera que tiene de vivir es con la agricultura; estamos en un error enorme, yo siempre digo que a pesar de lo que se piensa, México no es un país agrícola sino forestal y que deberíamos tener buenas políticas para la conservación y uso sustentable de los ecosistemas para beneficio de quienes viven en y de esos ecosistemas”. Dijo que esto es una cosa sencilla porque no requiere de grandes tecnologías o instalaciones, requiere de apoyos muy claros a quienes ya conocen cómo manejar esos ecosistemas.

En este sentido, la agroecología se antoja como un camino de desarrollo científico por ahora muy minimizado y que nos podría dar, basándonos en métodos tradicionales, desarrollos con eficiencia energética pero con una mayor eficiencia en la calidad y rendimiento de los productos.

Reúne 20 años de información científica

  • Hacer las paces con la naturaleza es el primer informe de síntesis del PNUMA, y su objetivo es trazar un camino claro hacia un futuro sostenible, caracterizado por nuevas posibilidades y oportunidades.
  • Este reporte toma como base los datos obtenidos mediante evaluaciones ambientales mundiales.

nelly.toche@eleconomista.mx

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