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Arte e Ideas

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La pandemia es nuestro examen extraordinario: Juan Villoro

En la presentación de su antología “Examen extraordinario”, el escritor mexicano refirió que este contexto de emergencia nos obliga a poner nuestros hábitos en tela de juicio; sin embargo, lamentó, el ser humano es especialista en oportunidades perdidas.

“Si hemos podido sobrevivir a la pandemia, no es solo por cuestiones sanitarias sino por cuestiones culturales. Por eso me parece muy preocupante que cuando los gobiernos hablan de medidas de emergencia, generalmente se refieren a medidas económicas y no medidas también culturales, porque no tiene caso reproducir la vida si no podemos ser sujetos integrales. Yo creo que quienes hemos estado en el encierro saldremos con una avidez, con una curiosidad más grande de conocimiento y lectura. No sé qué tanta importancia tendrán los libros, que ya no son tan importantes como lo fueron en otras épocas, pero creo que jugarán un papel determinante”.

Estas fueron palabras del cuentista, novelista, ensayista y cronista, Juan Villoro, dichas durante la presentación del libro “Examen extraordinario”, una antología de 10 cuentos escritos en los últimos 30 años (entre ellos, “Mariachi”, “Los culpables”, “La casa pierde” y “Amigos mexicanos”), con la adición de un par de narraciones nunca antes publicadas (“Acapulco, ¿verdad?” y “Marea alta”), realizados en coedición entre el Fondo de Cultura Económica (FCE) y Editorial Almadía.

Y añadió: “tengo la confianza de que cuando podamos regresar a la vida habitual las librerías volverán a ser centros de reunión importantes. Mientras tanto, muchas de ellas han quebrado, las editoriales están pasando por un muy mal momento. Pero ciertamente las distintas formas de representación de la realidad: desde los memes que nos divierten hasta los poemas que recitamos, pasando por las canciones que de pronto cantamos, demuestran que la cultura de la representación es muy importante”.

Razonó que el contexto de emergencia sanitaria que nos incluye a todos es, así como su libro, un examen extraordinario, un examen de conciencia para ponernos en tela de juicio y observar en perspectiva la vida que llevábamos.

“La pandemia es una oportunidad de replantear ciertas cosas. Por desgracia, el ser humano es un especialista en oportunidades perdidas y espero que no dejemos pasar como colectividad la oportunidad que ahora tenemos”, explicó el también dramaturgo.

Una revisión sin tocar… mucho

“Las tres décadas me han permitido hacer un examen de conciencia sobre los cuentos de este periodo. Dejé fuera relatos de mis tres primeros libros porque estilísticamente ya me parecían un poco lejanos y diferentes a estos cuentos que, si bien recorren 30 años, creo que pueden tener cierta unidad de estilo. Incluyo dos cuentos que se mantenían inéditos y que formarán parte de un futuro libro de relatos”, explicó sobre este ejercicio antológico.

Agregó que el desafío de reunir cuentos como estos es que, si bien cada uno es distinto al otro, el conjunto debe de tener cierta familiaridad en común para pertenecer a un mismo libro, que no desentonen.

“Quise apelar a la memoria, pensar en los cuentos que me regresaban con fuerza en el recuerdo, reuniéndolos en una antología. Por supuesto que tomé en cuenta variedad de temas. Si unos eran protagonizados por un hombre o una mujer; si estaban escritos en primera persona, que no fueran demasiados en ese estilo. Lo fundamental era que la memoria me trajera estos relatos y poder compartirlos con los lectores, que tuvieran una nueva oportunidad de circular. Y esta nueva oportunidad me pone en examen”.

Elogió el trabajo que ha hecho la editorial Almadía para editar y poner en circulación objetos de valor literarios y estético. Además, aplaudió que existan coediciones mexicanas, como es el caso del libro en cuestión.

“Durante mucho tiempo se pensó que los escritores teníamos que luchar necesariamente por publicar en editoriales españolas, yo mismo lo he hecho, para poder circular de manera satisfactoria; que la industria editorial mexicana no podía dar la batalla, pero Almadía ha demostrado que se puede dar y no solo eso, sino que se puede dar desde Oaxaca con libros baratos, muy bien editados”, reconoció el escritor.

Se dijo a favor de las descargas gratuitas de libros en este punto referencial del tiempo, puesto que es una manera de hacer que la literatura pueda llegar sin costo a quien la necesite en el contexto de la pandemia. Explicó que todo escritor debe asumirse como aprendiz constante, puesto que aquel que considere que ya llegó a la meta queda cancelado.

“Yo creo que, en el caso de la escritura, cuando sientes que te gusta mucho lo que haces o que realmente dominas mucho tus recursos, ya estás perdido para seguir escribiendo; entonces, te tienes que convertir en un archivista de ti mismo, en tu propio museógrafo, pero ya no puedes seguir adelante. Creo que una de las razones por las que cambio de género constantemente es precisamente para evitar ese infierno de la repetición, para no seguir trabajando con el impulso adquirido y poder someterme a otros riesgos y aventuras”, concluyó.

El ejemplar en físico ya está a la venta en todas las librerías.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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