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Capital Humano

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¿Qué es la resiliencia y por qué es importante para la vida laboral?

La resiliencia no sólo significa recuperarse o volver a la condición anterior, sino también abrazar el cambio y aceptar una nueva realidad. 

La resiliencia se ha convertido en una de las habilidades más demandadas por las empresas.SHUTTERSTOCK

La resiliencia es un tema del que se habla mucho actualmente, ¿pero a qué se refiere realmente y cómo impacta en el trabajo al grado que se ha convertido en una de las habilidades más buscadas por las organizaciones? 

De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la resiliencia es la capacidad de recuperarse positivamente de circunstancias estresantes o traumáticas.

Cuando la trasladamos al ámbito laboral, ser resiliente se convierte en una competencia personal al:

  • Confiar en sí mismo y ser capaz de funcionar por cuenta propia si es necesario
  • Mantener la determinación para alcanzar objetivos
  • Gestionar y superar tiempos difíciles, encontrar soluciones y cumplir los planes
  • Tener el control sobre los resultados en la vida
  • Encontrar soluciones efectivas y convenientes a los problemas
  • Mantener el ánimo y valor frente a la adversidad
  • Desarrollar y mantener relaciones positivas, interacciones sociales efectivas y redes sociales
  • Mostrar comportamiento prosocial, es decir, ser altruista y generoso.

La resiliencia, una habilidad para la vida

En una serie llamada Habilidades para la vida, resiliencia, el BID refiere que esta competencia es necesaria para desenvolverse en la vida y abordar los problemas del mundo actual.

“La resiliencia no sólo significa recuperarse o volver a la condición anterior, sino también abrazar el cambio y aceptar una nueva realidad”, establece el organismo económico.

¿Por qué la resiliencia? De acuerdo con el BID, ésta ayuda a las personas a recuperarse de eventos traumáticos, como lo puede ser la pérdida de un empleo.

“Una persona resiliente ha desarrollado estrategias que le ayudan a enfrentar las dificultades que se le presentan. Por lo tanto, ser resiliente se relaciona con otras habilidades y comportamientos como la perseverancia, la adaptabilidad o flexibilidad ante demandas internas o externas, la capacidad de transformación, el sentido de propósito, la comunicación, la autoconciencia, la autorregulación y la autoestima”, se lee en el estudio.

Desarrollar la resiliencia, ¿es posible?

El Banco Interamericano de Desarrollo considera que la resiliencia como la mayoría de las habilidades del siglo XXI se puede aprender y cultivar a cualquier edad, pero es mejor adquirirla lo más pronto posible.

Considera que los primeros años de vida sientan las bases para una amplia gama de comportamientos resilientes debido al desarrollo cerebral y fisiológico continuo.

“Muchos estudios indican que tener una relación estable y positiva con un cuidador principal constituye un factor de protección que ayuda a desarrollar la resiliencia en los niños. Este tipo de relación puede ayudar a los más pequeños a dominar las capacidades para responder y adaptarse a la adversidad. Además, enfrentar niveles manejables de estrés puede ayudar a la capacidad de enseñar a los niños estrategias de afrontamiento”, explica.

El organismo internacional dice que las habilidades o recursos que sustentan la resiliencia se pueden desarrollar a cualquier edad y prácticas a lo largo de la vida.

Ante esto, Deloitte refiere que 65% de las empresas globales más implementaron programas de bienestar emocional, lo que redujo la rotación en un 40% y aumentó el compromiso de los empleados.

“Por ejemplo, los niños pueden manejar la adversidad a través del juego y de actividades creativas como el arte, mientras que los adultos pueden beneficiarse de la actividad física regular, métodos de reducción de estrés y programas que desarrollan activamente la función ejecutiva y las habilidades de autorregulación”, advierte el estudio.

Y es que, según Gallup, 58% de los trabajadores ha experimentado estrés debido a cambios laborales imprevistos, destacando la necesidad de cultivar la resiliencia como herramienta de adaptación”.

Para medir y evaluar la resiliencia existen muchos métodos; sin embargo, existe la dificultad de que pueden llegar a ser bastante subjetivos, indica el estudio del BID.

Pero los instrumentos más populares son la Escala de Resiliencia de Connor-Davidson (Connor & Davidson, 2003) y la Escala de Resiliencia (Wagnild & Young, 1993), ampliamente utilizadas para medir la resiliencia en adultos.

“No obstante, nuevas investigaciones han desarrollado métodos innovadores de evaluación, como los basados en juegos y simulaciones. Estos métodos confrontan a los usuarios con situaciones en las que experimentan estrés (como conducir un vehículo de emergencia y encontrar obstáculos para llegar a su destino). Luego, los investigadores analizan el progreso de los jugadores y extraen indicadores de desempeño, que luego describen el tipo de resiliencia que el usuario exhibió”, refiere.

Periodista especializada en temas financieros y económicos; hoy también escribe sobre empleo, carrera, políticas laborales, salud mental en el trabajo, desarrollo profesional, marca personal.

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