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Mexicanas que trabajan pierden 40 días al año en labores domésticas
De manera anual, las mujeres destinan 24 días completos más que los hombres a la limpieza del hogar y el cuidado de los niños y los adultos mayores.
Al llegar diariamente a sus hogares después de trabajar, las mujeres ocupan en promedio casi tres horas más de su día para realizar labores domésticas, mientras que los hombres sólo una hora.
De modo que, al término de un año, las mujeres acumularon el tiempo equivalente a 40 días limpiando la casa y cuidando niños y adultos mayores, una cifra significativamente mayor que la registrada para los hombres (16 días).
La diferencia de género en la distribución de las tareas domésticas a escala nacional asciende a casi dos horas al día. En otras palabras, anualmente las mujeres, en promedio, trabajan en el hogar 24 días más que los hombres, de acuerdo con cifras estimadas para el 2016 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
En México persiste una brecha importante entre el tiempo que destinan las mujeres a estas tareas domésticas en relación con el dedicado por los hombres. Aunque en los años recientes la carga de mujeres en el mercado laboral ha incrementado, el tiempo que ocupan para las tareas del hogar ha permanecido constante.
Esta situación implica una doble carga laboral para la mayoría de las mujeres que trabajan fuera de casa, lo que las coloca en desventaja con sus pares hombres, en términos del tiempo que disponen para actividades académicas, profesionales o recreativas.
La doble carga de trabajo que experimenta la población femenina no sólo repercute en su desarrollo y nivel de vida sino también en el mercado laboral. De acuerdo con el estudio Pobreza y Género del Coneval, esta brecha limita los ingresos totales de los hogares y otros recursos no monetarios, reduce la participación femenina y por tanto tiene efectos en la productividad agregada.
Para las mujeres pobres, la carga es mayor
Esta problemática se extiende por todo el país y se intensifica entre la población más pobre. Las mujeres de bajos recursos dedican en promedio 13.6 horas más a la semana a las tareas domésticas en comparación con sus iguales hombres, según las cifras del Coneval.
Esto significa que cada año, las mujeres pobres, que adicionalmente realizan actividades remuneradas, utilizan casi 30 días más que los hombres a limpiar la casa, cuidar a los niños y abuelos o hacer las compras del hogar.
La población femenina clasificada como pobre, no sólo registra una brecha de género más amplía que la media nacional, también es la que en total más horas destina a estas labores. Si se suman todas las horas diarias que trabajan en la casa (además de sus empleos) las mujeres pobres gastan 45 días completos al año realizando estas actividades.
Sin avances
Las cifras del Coneval abarcan el periodo 2010-2016. Desde entonces y hasta la cifra más reciente la brecha de género en la distribución de las tareas domésticas ha mostrado nulos avances, incluso se identifican ligeras ampliaciones de ella.
En 2010 las mujeres trabajaron en promedio 10.9 horas semanales más que los hombres, en 2012 incrementó a 11.1 horas, en 2014 alcanzó su nivel más bajo de 10.8 horas y para 2016 repuntó ampliándose hasta 11.3 horas de diferencia cada semana.
Todos los avances en materia laboral se ven sesgados por la persistente desigualdad de género en el rubro de las labores domésticas no remuneradas. Por esta situación, que perpetúa las desventajas para las mujeres (especialmente las pobres), el Coneval insiste en la necesidad de que la política pública y las leyes fomenten una distribución equitativa de las tareas del hogar.