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Chelsea, la cima de la inversión extranjera en la Premier

Una ráfaga de compradores foráneos lideran las transferencias en propiedades de clubes del futbol inglés en los últimos años, elevando el nivel de competencia.

Foto: Reuters

Con la compra del Chelsea por parte del grupo empresarial encabezado por Todd Boehly, Clearlake Capital, Mark Walter y Hansjoerg Wyss serán ya 10 equipos de los 20 que conforman a la Premier League los que contarán con capital estadounidense entre sus arcas, seis de ellos de forma mayoritaria: Arsenal, Burnley, Crystal Palace, Liverpool, Manchester United y ahora los Blues.

Pero esa cifra va más allá: en total, 16 de los 20 clubes de la máxima división inglesa cuentan con algún tipo de capital extranjero, procedente de diversas latitudes como Tailandia, Arabia Saudita, Irán, China, Serbia, Italia y en su momento Rusia, antes de que Roman Abramovich tuviera que vender su propiedad del Chelsea por disposición oficial del gobierno.

Al igual que con los jugadores sobre la cancha, el futbol inglés se está convirtiendo en una vitrina para el poderío económico global, con cifras cada vez más altas que esperan un retorno de inversión igual de fuerte a través de contrataciones lujosas e instalaciones de primer nivel.

La compra del Chelsea por parte de Boehly y compañía (Boehly también es copropietario de los Dodgers en las Grandes Ligas y los Lakers en la NBA) está tasada en 3,100 millones de dólares, que sería el récord de la mayor adquisición para una propiedad deportiva de la historia, superando los 2,400 millones que pagó Steven Cohen por los Mets de Nueva York en 2020.

Con ello entra a la línea de propietarios estadounidenses en la Premier League, en la que ya están los siguientes: Stan Kroenke con Arsenal; Wesley Edens en el Aston Villa; ALK Capital en Burnley; Joshua Harris, David Blitzer y John Textor en Crystal Palace; 49ers Enterprises con Leeds United; John Henry y Tom Werner con Liverpool; Silver Lake con Manchester City; la familia Glazer con Manchester United; y Albert Smith con el West Ham.

En general, solo Brentford, Brighton & Hove Albion, Norwich City y Tottenham Hotspur son los únicos equipos que no cuentan con algún tipo de capital extranjero, pues aunque en Norwich se encuentra el empresario galés Michael Wynn-Jones, pertenece a la nacionalidad británica.

“Hay nuevo dinero en el Chelsea, el Blackburn Rovers también hace tantos años cuando Jack Walker invirtió dinero, Leicester City ganando la liga con capital de Tailandia, Manchester City y la riqueza de Abu Dhabi, creo que somos una liga más fuerte por todas estas inversiones, una liga más competitiva y admirada en todo el mundo”, admitió Gary Neville, ex jugador del Manchester United y de la selección inglesa.

Existen propiedades en las que colaboran hasta tres nacionalidades, como en el Manchester City, cuya mayoría (78%) pertenece al Abu Dhabi United Group, de la familia real de Emiratos Árabes Unidos, junto con el 12% de China Media Capital y la reciente incorporación del 10% del conglomerado estadounidense Silver Lake.

El conjunto citizen se ha posicionado durante los últimos tres años como la plantilla número 1 en valor de la Premier League, incluso rebasando los 1,000 millones de dólares, con los que ha competido para seguir siendo el ganador de la liga, que estaría a punto de agregar una estrella más en 2022.

“No se están haciendo más equipos deportivos, por lo que está implícito en eso el valor de la escasez. Nos hemos centrado en las grandes marcas. Si hablas con personas que saben de esto, te dirán que hay cinco grandes marcas en Estados Unidos: están los Lakers, Dodgers, Raiders, Cowboys y Yankees. Todo nuestro objetivo es centrarnos en marcas súper grandes”, mencionó el propio Todd Boehly al Sports Business Journal unos días antes de concretar su adquisición por el Chelsea y reafirmando que su interés es potenciar aún más a una marca tan grande.

De acuerdo con un estudio de Brand Finance, siete equipos de la Premier League mantuvieron en números negros su indicador financiero del beneficio bruto de explotación calculado antes de la deducibilidad de los gastos financieros (conocido por sus siglas en inglés como Ebitda) después de la pandemia, que son el Manchester United, Liverpool, Tottenham Hotspur, Arsenal, Wolverhampton, Burnley y el Chelsea.

“La percepción general de los clubes de futbol es que son un negocio volátil. De hecho, de acuerdo con la actividad en torno a los clubes que cotizan en bolsa, el precio de las acciones puede fluctuar sustancialmente en función del rendimiento a corto plazo en el campo o la actividad del mercado de fichajes. Sin embargo, los gustos de Manchester City, Liverpool y Manchester United son indicativos del hecho de que una inversión a largo plazo al precio correcto puede generar excelentes rendimientos financieros para aquellos que estén dispuestos a tomar la iniciativa”, argumenta la investigación de Brand Finance.

El primero que abrió la puerta a estas magnas inversiones fue justamente el Chelsea en 2003, con la compra del magnate ruso Abramovich, con capital en la siderurgia. Logró meter al equipo en la élite del futbol inglés y a partir de ahí otros han intentado copiar su modelo, como ocurre actualmente con el Liverpool, finalista de la Champions League por tercera vez en los últimos cuatro años y cuyos propietarios son compartidos con los Boston Red Sox de las Grandes Ligas.

Un parteaguas de la globalización del futbol en Inglaterra también provino de la decisión de Margaret Thatcher, ex primer ministra del Reino Unido, de desregular el sector financiero, desmantelando la propiedad estatal y defendiendo la libre circulación de capitales. Así, la Asociación de Futbol (The FA) en 1983 permitió a los clubes evadir una regla que prohibía pagar a los directores, permitiendo que los clubes cotizaran en la bolsa de valores.

La sostenibilidad financiera y los cuantiosos ingresos de los derechos de transmisiones también han atraído a inversores extranjeros a los clubes de la Premier League. Además del objetivo de obtener ganancias de la inversión, la perspectiva de adquirir prestigio e imagen pública, así como el potencial de la capacidad publicitaria y la creación de marca que conlleva la adquisición de un club son los puntos focales de atracción para muchos empresarios.

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