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Chivas da una lección
El rebaño se metió de lleno a la pelea por la calificación y las águilas se complican. Cubo Torres y Marco Fabián, las figuras.
Guadalajara. No importará más que aún tenga cara de niño, ni que apenas hace unos meses obtuvo su mayoría de edad. Erick Torres dejó ayer muy claro ante un estadio repleto y en el partido más importante, que ya no es más un adolescente y que se convirtió en un hombre, en el cual ya recaen muchas de las ilusiones del Guadalajara.
De la mano del Cubo, Chivas se impuso 3-0 al América en el Clásico y dio un paso importante hacia la calificación, instancia que ahora es más que incierta para las Águilas, que se quedaron en el segundo lugar del grupo más apretado del campeonato, pero con un partido más que el resto de los competidores.
El juvenil goleador del Rebaño apagó todas las dudas en 90 minutos. El centro delantero de las Chivas demostró que está para pelear pelotas y aguantar las patadas de cualquiera. Y es que ayer en el Omnilife, Diego Cervantes y Aquivaldo Mosquera, zagueros mucho más fuertes que Torres, se turnaron para ablandar al atacante sensación del Guadalajara.
La historia del partido
Pero el Cubo nunca se espantó ante las caricias de sus marcadores. Lejos de ello, se levantó una y otra vez del césped sintético para seguir siendo un dolor de cabeza para Memo Ochoa y compañía, dando el primer aviso al minuto 9, ganando por arriba y rematando a las tribunas.
Fue pasando los 25 minutos, cuando parecía que con base a patadas lo habían desaparecido, cuando Erick apareció en el área, dio una cátedra en el juego aéreo y demostró que a pesar de su corta edad se ha ganado ya el respeto del futbol mexicano.
Omar Arellano tomó una pelota en el pico derecho del área, levantó la mirada, observó el movimiento de su compañero y la mandó a la altura del manchón penal, sitio en el que apareció el Cubo para ganar por alto a dos torres como son Aquivaldo y Cervantes, conectar de cabeza y hacer inútil el manotazo de Ochoa, quien en el césped tuvo que observar cómo estalló el estadio tras el tanto del que ya se dice es el sucesor de Javier Hernández.
En medio de la gran tarde del juvenil delantero, Luis Michel levantó la mano a segundos del descanso al hacer una atajada del tamaño del estadio tras un disparo de Ángel Reyna que ya festejaban los americanistas.
Pero el festín de Erick no terminó ahí, porque en la segunda etapa, luego de varios minutos de agobio de las Águilas, el delantero demostró que también sabe poner goles al botarse de su posición, jugar de poste y retrasar una pelota a Marco Fabián, quien sin pensarlo la prendió de primera intención y la puso en el ángulo para hacer un golazo y liquidar el partido.
La cereza en el pastel la puso el mismo Fabián al empujar con la cabeza una pelota que techó a Ochoa a 10 minutos del final del partido en el que el Cubo dejó claro que de niño ya solo le queda el rostro.
El Rebaño Sagrado llegó a 21 puntos en el Grupo 1, luego de cinco victorias, seis empates y dos derrotas, mientras las Águilas se quedaron con 19 unidades en el sector 2 tras sufrir su séptimo revés por una igualada y seis triunfos para continuar como el equipo más goleado, con 26 recibidos.
El equipo de José Luis Real se medirá a media semana ante el Toluca en un partido clave para mantener vivas sus aspiraciones de Liguilla. América jugó ese partido el pasado mes de febrero (3-0) ante San Luis.
Cuando la pasión genera algunas locuras
Guadalajara. Toño ingresó al Omnilife con una sonrisa en su rostro, pero sabiendo que la felicidad terminaría apenas regresara a su casa.
El joven de 22 años sabía que una vez que pise el suelo de Chicago, ciudad en la que vive con su madre, tendrá que aceptar recibir un fuerte castigo .
Antonio vestía con orgullo una playera amarilla, repleta de firmas de elementos de las Águilas, que mostraba con el pecho erguido, hasta que alguna cámara se le atravesara, porque justo en ese momento desdoblaba una pancarta que contenía un mensaje para su madre: Julieta, perdóname, no lo vuelvo a hacer .
Y el oriundo de Monterrey que radica en Chicago tenía razones de sobra para pedirle disculpas a su madre, quien usó sus ahorros para pagarle el vuelo a Guadalajara y la entrada al estadio.
El fanático del equipo azulcrema tenía la orden de llegar a la casa del tío Alberto y la advertencia de usar la tarjeta de crédito, adicional de su mamá, sólo en caso de una emergencia, pero Toño echó por la borda ambas recomendaciones.
Solo pasé a saludar a mí tío, y de ahí me jalé al hotel donde estaba el América y como no traía dinero, tuve que dar un tarjetazo para pagar la noche, las comidas y la playera que me firmaron , explicó esbozando una sonrisa nerviosa, lo demás ya se lo imagine cuando regrese a casa, nada bueno probablemente.