Cruz Azul, campeón de las semifinales en las apuestas

En la etapa de semifinales de la Liga MX, Cruz Azul es el equipo que está recibiendo más inyección de dinero por parte de los apostadores y es el favorito al título según los momios. La plataforma de entretenimiento en línea, Strendus, registró que el monto de apuesta promedio incrementa a 30,000 pesos en fase de Liguilla.

En entrevista con El Economista, Eduardo Peláez, experto en deportes y apuestas deportivas de Strendus, señaló que, al año, el 30% de las apuestas que recibe la plataforma de entretenimiento corresponden a la disciplina del futbol, de las cuales, el balompié mexicano recibe el 50%.

Durante la Liguilla, debido a que es una menor cantidad de juegos, los apostadores incrementan el monto de apuesta que ingresan, siendo 30,000 pesos el promedio y 300,000 la cantidad máxima que permite la plataforma. En comparación, en la temporada regular, el monto promedio es de entre 15,000 y 20,000 pesos. De esta manera, la Liguilla representa el 20% del peso de las apuestas que se realizan al año de la Liga MX.

Al ser Cruz Azul el único equipo denominado “grande” en la etapa semifinal, monopoliza las apuestas y es el claro favorito al título. No así en cuartos de final, donde la mayor inyección de dinero estaba en el América, seguido de Monterrey y en tercer lugar ‘La Máquina’.

Dado su historial, ¿cómo encuentras la confianza que existe en los usuarios para apostar por Cruz Azul?

“Este torneo mostró bastante consistencia y seriedad, terminó de primero, pienso que sería distinto si hubiera tenido que jugar partidos de la primera fase (repesca) o cosas así, tal vez estaría la confianza más decaída. Pienso que sí hay una confianza hoy y las líneas lo demuestran: (Al 19 de mayo) Cruz Azul está -133, mientras que los otros tres a ser campeones están +350, o sea, el momio demuestra que Cruz Azul ahorita está favorito y hay mucha confianza de los apostadores”.

Peláez también explicó que el hábito de apostar ya se encuentra tan arraigado en la cultura mexicana que, una vez que se acerca el final del torneo, el presupuesto de los usuarios destinado a este tipo de entretenimiento se empieza a dosificar en otras ligas.

“Cuando estaba (solo) la liga mexicana era posible que ponían todo su presupuesto de entretenimiento deportivo en ella, pero ya cuando empieza la Liguilla ponen una parte en esta y otra parte lo distribuyen en otras ligas, entonces son muy fieles al deporte y mayormente apuestan en la liga mexicana y cuando esta se acaba buscan otras”.

Particularmente en el futbol los apostadores son diversos; si bien se concentran en un 90% hombres y 10% mujeres, el espectro de edades va desde los 18 hasta los 65 años, “incluso tenemos apostadores de mucha mayor edad, el futbol está completamente integrado en todas las generaciones en México”, explicó Peláez.

El apostador mexicano también tiene la característica de ser emocional y tomar decisiones con base en su sentimiento de fanatismo, una vez que la Liguilla comienza, si su equipo se encuentra eliminado, es posible que comience a apostar con más racionalidad.

“Durante la fase regular, esa pasión se ve muy acentuada en los tipos de apuestas que se hacen, mientras ya la liguilla empieza a correr y los equipos empiezan a salir, las opciones de apuesta para muchos se limitan sólo al equipo de sus amores, pero apostar está muy arraigado ya en nuestra cultura, está muy entendido que se ve como parte del entretenimiento de los deportes, entonces eso hace que aunque mi equipo no esté, yo sigo apostando y tal vez cuando ya mi equipo no está, trato de ser más racional”.

Sin embargo, el experto complementó: “En la Liguilla entran a jugar sus aspectos psicológicos, de equipos que odio, o que eliminaron al mío, así yo trate de meterle racionalidad, entonces hay una parte sentimental muy grande en los apostadores y a medida que sea un apostador profesional, que esté tratando de vivir de las apuestas, ahí entra una metodología muy distinta, pero la mayoría de los apostadores apuesta con el corazón, sea porque lo ama o porque lo odia”.

fernanda.vazquez@eleconomista.mx