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Faenas de poder en La Plaza México
¡Todos los toros tienen lidia! Parecían gritar José Mauricio primero, y Pedro Gutiérrez El Capea después. La forma en la que se prodigaron para lidiar toros que presentaron dificultad y peligro, fue de un valor y entrega inconmensurables.
¡Todos los toros tienen lidia! Parecían gritar José Mauricio primero, y Pedro Gutiérrez El Capea después. La forma en la que se prodigaron para lidiar toros que presentaron dificultad y peligro, fue de un valor y entrega inconmensurables.
El diestro capitalino se alzó como el triunfador al cortar una oreja, el salmantino escuchó fuerte ovación en el tercio luego de terminar con la vida del cuarto y Fermín Rivera no desmereció.
José Mauricio mantuvo la calma, lo incierto que salió el tercero de la tarde tanto en los lances como en el tercio de banderillas no lo inmutó.
Él sabía que tendría que sobreponerse a las condiciones de su enemigo, un burel que resultó aplomado, espión y no embestía y se pegó un arrimón.
Inició su labor con pases por la cara, prácticamente perseguía al huidizo animal para lograr dominarlo y pisó sus terrenos de tal manera que el toro no tuvo más remedio que entregarse al engaño, tirando derrotes que presagiaban el percance.
Los terrenos comprometidos en los que se metió el valiente matador estimularon a varios asistentes que coreaban los desplantes y jaleaban con fuerza los pases, pero por momentos se mostraban preocupados por el riesgo que éste corría.
Un respetuoso silencio inundó la plaza al momento de la suerte suprema. La expectativa cambió cuando vieron irse en banda al matador en el primer intento y pese a dejar éste una estocada deficiente al segundo intento, solicitaron la oreja que le fue concedida.
Luego de que algunos protestaron por lo deficiente del estoque, José Mauricio entregó la oreja a su cuadrilla y emprendió la vuelta al ruedo con mucha fuerza. En su segundo, un toro extraordinario, realizó una faena de antología que terminó en vuelta al ruedo debido a sus fallas al matar, pero en la que lo acompañó el nieto del ganadero Alejandro Martínez Vertiz luego de que el ejemplar recibiera arrastre lento.
Otra faena de altura corrió a cargo del salmantino Pedro Gutiérrez, quien no tocó pelo por sus hierros con la toledana. En su primero escuchó palmas, saludó en el tercio tras despachar a su segundo y escuchó fuerte ovación en un séptimo, que regaló en busca de triunfar.
Fermín Rivera tuvo momentos muy estéticos por el lado derecho, no obtuvo el triunfo al negarle el juez una oreja que el público pedía con fuerza y sólo saludó en el tercio en su primero y escuchó palmas al matar a su segundo.
La empresa de la Plaza México anunció para la undécima corrida de la Temporada Grande a Rafael Ortega, Fernando Ochoa y Angelino de Arriaga, quien confirma su alternativa, para lidiar un encierro de Arroyo Zarco.